Guitarristas de una sola guitarra
Por Miguel Ángel Ariza
La mayoría de nuestros ídolos, habiendo vivido en una época en la que la música era un negocio gigantesco y multimillonario, acabaron por hacerse ricos y algunos de vosotros podríais pensar que teniendo toda esa pasta y pudiendo tener acceso a las mejores guitarras jamás fabricadas la colección de cada uno de ellos crecería hasta no caber en su mansión ¿verdad?
Pues muchos hicieron exactamente eso pero es cuanto menos curioso que haya ciertos guitarristas que se hayan adherido a un modelo específico de guitarra obviando todas las bellezas que les rodeaban y a las que tenían acceso total haciendo que su imagen casi no se percibiese como completa si no era con “su” modelo colgado del hombro.Os hablo de guitarristas como Slash o Paul Kossoff y sus Gibson Les Paul Standard; como Angus Young, Tony Iommi o Derek Trucks y sus Gibson SG; también podríamos meter en este saco a gente como B.B. King o Chuck Berry con sus Gibson de caja, ya sean la 335 o las 345. ¿Os imagináis a alguno de estos dos últimos entrando en el escenario con una Fender Stratocaster? No parecería el mismo artista ¿verdad?; por eso hemos rendir homenaje en este artículo a los guitarristas de una sola guitarra.
Lo primero que tenemos que diferenciar es que no es lo mismo tocar siempre con el mismo modelo que con la misma guitarra. Sabemos que Lucille ha habido muchas; sabemos también que la Fender Stratocaster es lo que es hoy en día gracias a un tipo llamado Jimi Hendrix pero también le recordamos quemando, rompiendo y tirando muchas de ellas en muchos de sus conciertos así que estos dos genios son buenos ejemplos de artistas unidos a un modelo de guitarra pero no a una guitarra en concreto. Algo mucho menos promiscuo ocurre con guitarristas que se centran en unas pocas guitarras incluso prefiriendo siempre una de ellas sobre el resto como Stevie Ray Vaughan y su Stratocaster del 59, Brian Setzer y sus diferentes Gretsch 6120 siendo una original del 59 su favorita y con la que tocó casi todo en su época de los Stray Cats o Danny Gatton y las dos o tres Fender Telecaster que realmente tocó durante mucho tiempo (siendo la del año 53 la más icónica y la que más años usó).
Si aún nos ponemos a estrechar más la relación entre guitarristas y una única guitarra tenemos que hablar de gente como por ejemplo Joe Strummer cuya Fender Telecaster, aunque no fue la única, le acompañó desde mediados de los 70 hasta que nos dejó en pleno siglo XXI; o a Bonnie Raitt y su Fender Stratocaster sin pintura y cuyo cuerpo data del año 65, guitarra que ha tocado en cada show desde que se hiciese con ella en 1969. A este grupo quizá debería pertenecer también la Gibson Les Paul Special de Bob Marley, que fue su principal guitarra desde los comienzos de su carrera hasta su muerte y la culpable de que se asocie ese sonido tan característico suyo siempre a la música reggae.
Y para terminar, sabiendo que son muchas las historias de amor entre guitarristas y modelos que nos faltan por mencionar, tenemos que nombrar las que nos parecen las relaciones más tiernas, ya sea por su longevidad o por lo emotivo o idílico de su unión, que hayan llegado a nuestros oídos. La primera es la guitarra hecha por Hermann Hauser para Andrés Segovia con la que, el que para muchos era el mejor guitarrista del planeta Tierra, estuvo tocando desde 1937 hasta 1962. Pero vayamos al mundo eléctrico que no hace falta remontarse tantos años para encontrar flechazos tan intensos como ese. Comencemos por la guitarra que un jovencito loco por las seis cuerdas y su padre diseñaron y construyeron juntos en un garaje dando como fruto la que hoy conocemos como Red Special y que siempre va ligada al nombre de aquel adolescente: Brian May. Si bien es verdad que toca alguna réplica es la original la guitarra que definió para siempre el sonido de Queen y de una época.
Relación parecida a la que tiene May con su Red Special es la que ha tenido, hasta que hace pocos años su luthier le aconsejase jubilarla de las giras, el señor Bruce Springsteen con su híbrido entre Fender Esquire y Telecaster; no hay imagen del Boss sin una Telecaster y esta ha sido su compañera durante más de cuatro décadas. No es de extrañar que con tanta gira y con conciertos de más de tres horas su luthier le haya convencido para usar alguna otra guitarra. Pero esto de la jubilación anticipada no todo el mundo lo lleva a cabo y si no que se lo pregunten a Neil Young que sigue tirando de su mítica “Old black” (una Gibson Les Paul Goldtop del 53 bastante modificada) en cada uno de sus conciertos en los que tiene que poner a botar al personal. Una auténtica pasada ver esa guitarra todavía en acción y en plena forma.
El último peldaño antes de terminar se lo vamos a subir junto a dos de los genios absolutos de la guitarra eléctrica y que comparten ambos el haber ceñido su estilo y su sonido a una única guitarra. Hablamos de mis adoradísimos Rory Gallagher y Peter Green. Si bien es cierto que Peter Green continuó su carrera más allá de Fleetwood Mac con otras guitarras es evidente que es y será recordado por lo que hizo en aquellos primeros años de la banda británica con “Greeny” al hombro, para algunos el mejor tono que ha salido jamás de una Les Paul (concretamente hablamos de una Gibson Les Paul Standard del 59 que como ya hemos comentado muchas veces en Guitars Exchange luego perteneció a Gary Moore y hoy en día la podemos ver en las giras de Metallica con Kirk Hammet).
Rory Gallagher, por su lado, no se separó de su Fender Stratocaster (la primera en llegar a Irlanda por cierto) desde que se hizo con ella en los 60 hasta el día de su muerte. Su historia y la de esta Strat del 61 con ese relic tan característico van tan ligadas como la del Rey Arturo y Excalibur. No se concibe uno sin la otra.
Y para rematar este artículo de amor entre guitarras y artistas tenemos que hacerlo con un hombre que dijo hace muchísimos años ya que “el día que Trigger se vaya, yo lo dejo” y es que la relación entre esta Martin N-20 bautizada como Trigger de 1969 y Willie Nelson va más allá del amor humano. Es sabido que toda la audiencia de sus conciertos aguanta la respiración, como si de liturgia eclesiástica se tratase, cuando uno de los backliners coloca a Trigger en mitad del escenario antes de dar comienzo a la actuación. Y es que esa identificación total entre una guitarra y un artista hace que esos objetos inanimados cobren vida propia en las mentes de sus fans y estos le otorguen todo tipo de habilidades y de capacidades que quizá, y aunque parezca un cuento bíblico de verdad, sí que deben tener ya que muchos de los tipos que hemos mencionado en este artículo han acabado rendidos a una o muy pocas guitarras y eso, entre la abundancia de modelos y guitarras que existen y la facilidad que tendrían de conseguirlas, es una auténtico milagro.