Rick Nielsen, grande en Japón
Por Sergio Ariza
Kurt Cobain, uno de los fans confesos de Cheap Trick, dijo una vez que Nirvana sonaban como ellos, aunque con guitarras más fuertes. Cualquiera que hubiera recibido semejante elogio de uno de los mayores iconos de la historia del rock se sentiría orgulloso, pero Rick Nielsen no es cualquiera, así que no dudó en decir que aquello le parecía ofensivo, "¡mis guitarras suenan jodidamente altas!". No le faltaba razón, Cheap Trick se convirtió en un faro para todas aquellas bandas que querían tocar melodías 'beatlelianas' con guitarras a todo volumen y 'power chords', a medio camino entre la fuerza de Black Sabbath y la agresividad del punk.
Su fórmula se mostró perfecta convirtiéndoles en uno de los grandes nombres del Power Pop, aunque reducirlos a eso sería olvidar su tremenda huella en el rock alternativo de los 90, con Nirvana, Pearl Jam, Smashing Pumpkins, Weezer o Foo Fighters tomándoles como referentes. Cheap Trick fue, en definitiva, una de las grandes bandas de rock & roll de finales de los años 70, y lo fue gracias a las canciones y los guitarrazos de Rick Nielsen, el 'freak' que se escondía bajo un aspecto ridículo sacado de un cómic, gorra del revés, pajarita y la más extraña de las muecas siempre en su rostro.
Nielsen nació un 22 de diciembre de 1948 en Rockford, Illinois, cerca de Chicago. Su familia estaba estrechamente relacionada con la música, sus padres eran ambos cantantes de ópera y su padre, además, dirigía sinfonías y llegó a grabar 40 discos. Es normal que el pequeño Rick se sintiera atraído por la música desde una tierna edad, eso sí, lo que le apasionaba era Chuck Berry y Elvis, más que Verdi y Puccini. Su amor absoluto eran las guitarras eléctricas y pronto pudo ver su sueño hecho realidad y es que, siendo un adolescente, su padre abrió una tienda de instrumentos musicales, era como un niño en una tienda de chucherías.
Antes de cumplir los 20 Nielsen ya había tenido una Gretsch Duo Jet, algunas Fender Esquires, Telecaster Customs, Stratos, Les Paul Juniors... Fue el inicio de toda una vida coleccionando guitarras, también de venderlas. En cuanto tuvo edad se puso detrás del mostrador de la tienda e incluso le llegó a vender su segunda Les Paul Standard al guitarrista que más admiraba en el mundo, Jeff Beck. Pero lo que más le gustaba era tocarlas, consiguió su primera Les Paul, una Goldtop del 55 por 65 dólares y con ella a cuestas se iba a un garito llamado El Dorado, los músicos que tocaban allí le conocían de la tienda y cuando se necesitaba un guitarrista el joven Nielsen les acompañaba. Fue así como se fue curtiendo, tocando con leyendas como Del Shannon, Bo Diddley o el mismísimo Chuck Berry. Nielsen confirma que las míticas malas pulgas del padre del rock & roll no eran leyenda, Berry ni se dignaba a decirles en que nota estaba cada canción, tenían que mirar sus manos y adivinar en que traste estaba.
Tras tocar en varios grupos de versiones la primera banda seria en la que estuvo Nielsen fue Fuse, formada en 1968, donde ya coincidió con Tom Petersson que tocaba el bajo. Llegaron a grabar un disco, bastante mediocre, que apareció en 1969, con tres canciones compuestas en solitario por nuestro protagonista que, además de tocar la guitarra, también tocaba el melotrón. El caso es que la banda no fue a ninguna parte pero Nielsen y Petersson congeniaron bastante bien y se fueron a Europa a principios de los 70 con una nueva banda llamada Sick Man Of Europe, en la que ya estaba como batería Bun E. Carlos. En 1973 volvieron a Rockford y cambiaron su nombre por el de Cheap Trick.
En esta época Nielsen seguía sacando más dinero vendiendo guitarras, ahora como coleccionista privado, que con la banda. En 1973 recibió una llamada de Paul Hamer que estaba buscando una Les Paul Standard Sunburst. Nielsen tenía una y muchos problemas económicos, su mujer estaba embarazada de su primer hijo, así que decidió vendérsela por 2.500 dólares. Hamer la revendería poco después por mucho más dinero y con lo que sacó empezó su propia compañía de guitarras, Hamer. En 1974 sacaron uno de sus primeros modelos, la Hamer Standard, en la que recurrían al diseño de la Gibson Explorer, Nielsen fue uno de los primeros en hacerse con una y la convertiría en su guitarra más conocida. Su relación con la marca sería totalmente simbiótica.
En 1975 Nielsen decidió despedir al cantante de Cheap Trick hasta ese momento, Randy Hogan, para hacer hueco a Robin Zander. El nuevo cantante tenía la presencia de una estrella de rock y, más importante, una voz a la altura de su apuesto físico. Con su llegada Cheap Trick encontraba su formación definitiva y la imagen más contradictoria de la historia del rock, dos Adonis, uno rubio, Zander, y otro moreno, Petersson, sumados al lunático Nielsen, y su pinta de dibujo animado, y al inefable Carlos, que más que un miembro de la banda parecía su contable.
Durante dos años Cheap Trick se fogueó en todos los escenarios posibles, tocando más de 200 conciertos al año y haciendo de teloneros de bandas como AC/DC, The Kinks, Kiss o Queen. Eran imparables encima de las tablas y tenían un repertorio increíble, firmado principalmente por Nielsen, en el que ya estaban casi todas las canciones de sus tres primeros discos. Tanto trabajo dio su fruto y en 1976 la banda firmó por Epic y se puso a grabar su primer disco. Tras tanto tiempo en la carretera la banda era una mina de oro llena de grandes canciones, el productor, Jack Douglas, se decantó por el material más polémico, las canciones que hablaban sobre psicópatas, pedófilos y gigolós a los que solo les interesa el dinero, y musicalmente logró trasladar la energía de sus directos.
Se llegaron a grabar más de veinte canciones, entre ellas futuros éxitos como I Want You To Want Me o Lookout, pero al final se quedó en diez canciones. La banda tenía tanta confianza en ellas que nombró a las dos caras del disco así, cara uno y cara A, aquí no había material B. Tenían toda la razón ese primer disco era una maravilla que se abría con la energía glam de ELO Kiddies y contenía joyas como la imparable He's A Whore, normal que Joey Ramone fuera fan, o las más power poperas como Taxman Mr. Thief o Oh Candy. La única balada de todo el disco era Mandocello, basada en ese instrumento del que Nielsen, como no, tenía una copia.
Es en este disco donde nace esa mezcla entre metal y punk con melodías propias de la Invasión británica que Nirvana terminarían perfeccionando en Nevermind, es el disco de estudio donde más parecidos a sus increíbles directos suenan. Pero en un momento dominado por el soft rock californiano, el disco recibió entusiastas críticas y pocas ventas. Así que para el segundo la compañía les asignó al productor Tom Werman que buscó potenciar su parte más pop, algo que se puede comprobar a la perfección en la versión de I Want You To Want Me, cercana al bubblegum. El caso es que, a pesar de este sonido menos afilado (Nielsen dijo que le dijeron a Werman que querían sonar como los Sex Pistols pero este les dijo que no le gustaban y se salió con la suya), el guitarrista entrega la mejor colección de canciones de su carrera, Hello There, Big Eyes, Downed, la propia I Want You To Want Me, Clock Strikes Ten, Southern Girls y Come On, Come On tenían todo el potencial para convertirse en éxitos por cuenta propia. Más de la mitad del At Budokan proviene de este increíble disco.
Lo increíble es que seis meses después la banda se iba a superar a sí misma e iba a sacar el mejor disco de estudio de su carrera, Heaven Tonight. El disco se abría con su clásico más recordado, Surrender, una canción en la que la Les Paul de Nielsen, a través de uno de los primeros amplificadores Orange, y la Rickenbacker 450 de Zander ponen el perfecto mantel sonoro para que brille la mejor melodía escrita jamás por Nielsen. Su sobresaliente versión del California Man de The Move vuelve a demostrar su amor por los grupos de la Invasión Británica pero con una dosis extra de fuerza y energía, por otra parte Auf Wiedersehen suena a clásico perdido del Grunge, aunque editado veintitantos años antes de que se hablara de ese movimiento, mientras que Stiff Competition se abría con unos 'power chords' propios de los Who, otra de sus grandes influencias, pero tocados a muchas más revoluciones. El disco era una perfecta combinación de la fuerza del primero y las melodías del siguiente, resultando en uno de los discos imprescindibles de la historia del Power Pop.
En la portada, como en In Color, volvían a aparecer solo Zander y Petersson relegando a Nielsen y a Carlos a la contraportada, volviendo a parecer dos grupos totalmente distintos. Pero ni siquiera esta estrategia les sirvió para vender discos. La banda estaba desmoralizada y sin energías, habían entregado tres discos sobresalientes en apenas año y medio pero sus ventas seguían siendo mediocres, muy por debajo del potencial de sus increíbles canciones. Fue entonces cuando les propusieron ir a tocar en Japón, la banda no había tocado nunca allí pero en el país nipón se habían convertido en una sensación por pura casualidad. Cuando publicaron su primer disco Queen les había invitado a abrir dos conciertos para ellos y habían invitado a numerosos periodistas de todo el mundo. Pues bien los periodistas japoneses volvieron a Japón y comenzaron a hablar maravillas de Cheap Trick convirtiéndoles en todo un fenómeno allí.
Cuando la banda aterrizó en el aeropuerto de Tokio había 5.000 fans histéricas gritando como si fueran los Beatles. Los miembros de la banda no se lo podían creer, el propio Nielsen reconoce que pensó que estaban viajando en el mismo avión que el presidente del país o algo similar. La cosa es que en Japón ofrecieron varios de los mejores directos de su carrera ante más de 10.000 enfervorecidos fans. Aquello se grabó pensando en editarlo únicamente en el mercado japonés, bajo el nombre de Cheap Trick At Budokan, y se editó el 8 de octubre de 1978, pero la cosa fue tan bien que se vendieron 30.000 copias de importación en EEUU. Así que la compañía decidió sacarlo también allí en febrero de 1979, dos años después de la aparición de su disco de debut, con I Want You To Want Me como sencillo de presentación. De repente el disco se comenzó a vender como rosquillas y el grupo se convirtió, de la noche a la mañana, en estrellas, colándose en el número 4 de la lista de disco y en el siete en la de sencillos.
Lo habían logrado, pero pocas veces el éxito le ha sentado peor a una banda como a Cheap Trick. Solo les quedaba un gran disco entre las manos, Dream Police, que editaron el 21 de septiembre de 1979, siendo un éxito todavía mayor que At Budokan y dando otra buena colección de clásicos, como la canción titular, Voices, la mejor balada de su carrera, o Way Of The World. A sus armas de siempre, los 'power chords' de Nielsen y sus pegadizas melodías, se unía ahora un sonido más lujoso, con orquesta incluida.
Pero aquello fue el canto del cisne creativamente de la banda que entraría en una espiral de discos mediocres durante los años 80, aunque con alguna canción que recordaba a su excelente pasado, con Nielsen más interesado en los nuevos juguetes que Hamer ponía en sus manos, como su guitarra de cinco mástiles, que en escribir grandes canciones, llegando incluso a recurrir en varios de aquellos discos a compositores externos. Aunque hay que reconocer que All Shook Up, producido por George Martin en 1980, todavía mantenía un buen nivel.
En los últimos años han vuelto a sacar discos bastante interesantes y en 2016 fueron incluidos, con total justicia, en el Rock And Roll Hall Of Fame. Pero hay que reconocer que su esencia sigue encerrada en esos primeros cinco discos, algo que hasta el propio Nielsen reconoce "no hemos evolucionado pero es que empezamos de manera inmejorable". No se le puede llevar la contraria, Cheap Trick logró articular el invisible hilo que unía el pop de los 60, el heavy metal y el punk, logrando convertirse en el referente para todas las bandas posteriores que quisieran crear agresivas píldoras pop construidas sobre tres acordes.