El milagro de Dave Grohl

Por Paul Rigg

Cuando Kurt Cobain se quitó la vida en abril de 1994 y el increíble éxito que había logrado Nirvana llegó abruptamente a su fin, lo último que nadie podía imaginar era que en un tiempo relativamente corto el baterista Dave Grohl estaría enfrente de un estadio lleno, como líder de otra banda, con una guitarra eléctrica Gibson DG-335 en la mano. Pero esto es lo que pasó, y en ese momento parecía que algo milagroso había ocurrido. Y todavía lo sigue pareciendo 25 años después. 

El hecho de que Grohl escribiera todas las canciones, las grabara en sólo siete días, prácticamente tocara todos los instrumentos, y lo empaquetara todo con el nombre que los pilotos de la Segunda Guerra Mundial dieron a los OVNIs, Foo Fighters - mientras ponía una antigua pistola de rayos de Buck Rogers en la portada - sólo añadía más mística. El álbum homónimo fue lanzado el 4 de julio de 1995 (Capitol Records) y llegó al número 3 de las listas de éxitos en el Reino Unido, siendo platino en los EEUU y en otros países.
 

  

Tras la muerte de su amigo y compañero de banda, Grohl estaba deprimido hasta el punto de que le resultaba difícil incluso escuchar música. Consideró la posibilidad de abandonar la industria por completo, pero descubrió que tenía que hacer "una especie de terapia catártica para salir y grabar canciones que había escrito yo mismo". Así que reservó seis días en los estudios Robert Lang de Seattle, y grabó "mis canciones favoritas que había escrito en los últimos cuatro o cinco años y que nadie había escuchado", con la ayuda del productor Barrett Jones. Grohl nunca había estado al frente de una banda y tenía dudas sobre su forma de cantar, lo que le llevó a menudo a doblarse para potenciar su voz. "El primer disco de Foo Fighters no estaba destinado a ser un disco, era un experimento para divertirse", dijo Grohl. "Sólo estaba bromeando. Algunas de las letras ni siquiera eran palabras reales".
 

La compañía discográfica de Grohl quería que tuviera una banda y por eso para los 'Foo Fighters en vivo' reclutó a Pat Smear en la guitarra, Nate Mendel en el bajo y William Goldsmith en la batería.
 

 

Las cuatro primeras canciones del disco representan lo que la mayoría de la gente imagina cuando piensa en el sonido de los Foo Fighters. This Is a Call puede ser "la fragmentada historia de una familia salvajemente disfuncional o una estridente fantasía de punk-rock" pero sea lo que sea, es decididamente pegadiza. Recuerda a Nirvana por su formato grunge calmado/fuerte, pero sus letras, como en otras partes del disco, nunca te atrapan tan intensamente como las de Cobain.
 

I'll Stick Around
- aparentemente una amarga canción de amor, quizás relacionada con Courtney Love - de nuevo es 'Nirvanesca', y la repetición a gritos de "No te debo nada", ciertamente recuerda a Cobain. La tercera canción, Big Me, es un número pop más tranquilo y melódico, que en muchos aspectos recuerda a los Beatles. La sobresaliente Alone + Easy Target, según se dice, se refiere al período en que Nevermind comenzaba a vender millones. "Los sueños locos de la televisión pueden ser verdad... ¿Alguna vez los escuchaste?" canta Grohl con ira, "... Sal, sal, sal".
 

 

For All the Cows
está en una línea similar, con los primeros versos tranquilos 'rumiantes', que de repente explotan en el punk duro. "Mi especie se ha agotado", canta Grohl, tal vez criticando a los que siguen a la manada sin pensar. Exhausted cierra el álbum, y quizás describe el estado mental de Grohl, ya que una larguísima sección de feedback a mitad de camino da paso finalmente a una salida más melódica.
 

Tras la tragedia de la muerte de Cobain, Dave Grohl canalizó sus demonios y temores en un proyecto sobre el que él mismo tenía serias dudas, pero tras este sobresaliente debut la banda que creó se hizo enorme. Grohl consolidó el éxito de la banda a través de giras mundiales y exitosos discos y, en muchos sentidos, esta transformación puede considerarse nada menos que milagrosa. 

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