Las 10 mejores canciones de los Sex Pistols

Por Sergio Ariza

Es mejor quemarse rápido que desvanecerse poco a poco, Neil Young y los Sex Pistols (y tristemente Kurt Cobain) compartían lema. La fulgurante aparición y posterior desbandada de los Pistols es uno de los mayores revulsivos que ha sufrido el rock en toda su historia, algo que necesita urgentemente actualmente. Pero no nos desviemos, los Pistols aparecieron soltaron varios salivazos en forma de perfectas canciones pop, disfrazadas con metralla guitarrera y una voz que no cantaba sino escupía sobre lo aburrido que estaba de todo, de la monarquía a las interminables canciones de 15 minutos sin una sola melodía. Cuando el asunto degeneró y Malcolm McLaren decidió poner al frente a un tipo sin talento ninguno como Sid Vicious, los Pistols se separaron definitivamente, pero los berridos de Johnny Rotten y las descargas eléctricas de Steve Jones ya habían servido para volver a traer al rock & roll la sensación de rebeldía y desacato que había tenido en sus orígenes. 

Puede que otra de las razones de su pronta desaparición es que tuvieran bien claro que nunca iban a superar su única obra, Never Mind The Bollocks, uno de los discos de rock más perfectos que existen, en el que no sobra nada, una especie de grandes éxitos en el que cada segundo, desde el sonido de unas botas militares en Holidays in the Sun hasta esa especie de pedorreta con la que Johnny Rotten cierra E.M.I., encaja a la perfección. Tanto es así que uno de los egos más grandes de la historia de la música, Noel Gallagher, dijo "he hecho más de diez discos y en mi cabeza ninguno está a la altura de ése... y soy un bastardo bastante arrogante". No es de extrañar que nuestras diez canciones preferidas de los Sex Pistols pertenezcan a él.
 

Anarchy in the U.K.
 

Posiblemente la segunda canción de la historia que más guitarras ha puesto en las manos de jóvenes cabreados, después del Johnny B. Goode de Chuck Berry. Producida con maestría por Chris Thomas (logró que un disco tocado por unos imberbes que apenas sabían tocar sonara como un tiro), la canción suena absolutamente brillante, con un Steve Jones desatado a la guitarra, su Gibson Les Paul Custom del 71 que había pertenecido a Sylvain Sylvain de los New York Dolls, llegando a hacer dos solos, algo que no podía ser más punk, ya que los punks, supuestamente, odiaban los solos. Johnny Rotten tampoco se anda por las ramas soltando desde el principio una de las procalamas más famosas de la historia del rock: "I am the Antichrist, I am an anarchist", algo que sonaba escandaloso pero que puso ahí porque no se le ocurría otra rima...

 

God Save The Queen
 

Para el momento en el que se editó God Save The Queen, en mayo de 1977, Glen Matlock, el bajista original de los Pistols, ya no estaba con ellos. Menos mal que antes le había dado tiempo de componer una buena parte de los riffs y la música de muchas de las canciones del disco, la mítica God Save The Queen entre ellas. Sus sustituto, Sid Vicious, era incapaz de hacer la O con un canuto, y mucho menos de tocar el bajo, así que Steve Jones tuvo que grabar la mayoría de las partes de bajo el mismo. Los Pistols se convertían en el enemigo público número uno del Reino Unido, amargándole el jubileo a la Reina Isabel II. Otra canción perfecta en la que muchas bandas, irónicamente si tenemos en cuenta su letra, vieron el futuro del rock & roll.

 

Holidays In The Sun
 

El cuarto, y último, adelanto de Never Mind The Bollocks fue también la canción elegida para abrir aquel maravilloso disco. Desde el momento en el que suenan esas botas militares uno tiene la sensación que una revolución va a comenzar, algo que se confirma cuando Steve Jones demuestra que con cuatro buenos 'power chords' y mucha actitud se pueden hacer mejores canciones que con diez años de conservatorio musical. Seguro que Paul Weller está de acuerdo, porque a día de hoy sigue pensando que esos cuatro acordes se los robaron a él y a su In The City para The Jam. Puede tener parte de razón, pero, a pesar de lo gran canción que es In The City, me quedó con Holidays In The Sun. Una de las pocas canciones que escribieron después de la marcha de Matlock, aunque Vicious, afortunadamente, tampoco participó en la grabación.

 

Pretty Vacant
 

El tercer sencillo de los Pistols, publicado en julio de 1977, tiene uno de los orígenes menos punk (o, posiblemente, más) de la historia. Y es que el encargado de crear su conocido riff, nuevamente Matlock antes de ser despedido, dice que se inspiró en el SOS de ABBA. Más allá de eso, la canción vuelve a ser una bomba inflamable gracias a las dos principales armas de la banda, el guitarreo de Steve Jones, nuevamente con la Les Paul blanca, y Rotten desgañitándose. Claro que un buen estribillo para poder ser cantado a pleno pulmón tampoco molesta.

 

New York
 

Los New York Dolls, y en particular Johnny Thunders, habían sido una de las grandes influencias de la banda, pero los Pistols y Rotten en particular eran unos iconoclastas que hacían que la hierba no volviera a crecer por donde ellos pasaban. Así que en esta canción se deciden a burlarse de los neoyorquinos y de su canción Looking For A Kiss. El final de la misma es verdaderamente explosivo con Rotten chillando "A kiss a kiss you're sealed with a kiss, A looking for a kiss you're coming to this, I wanna kiss anything, Oh kiss this, batty boy" mientras que Jones entra en éxtasis con su guitarra con un solo que no puede ser más Thunders. Eso sí, el de los New York Dolls grabaría su respuesta para los británicos, London Boys, en un disco en el que contaba como invitados con Paul Cook y Steve Jones.

 

E.M.I.
 

Rotten y los Pistols se meten con saña con la compañía que les fichó y les despidió en un tiempo récord. Jones compone el potente riff inicial y toca su Les Paul Custom negra del 54 a través de un Fender Twin, dejando otro de sus solos parientes de Chuck Berry. Rotten disfruta cada palabra y la retuerce con saña e ironía.

 

Bodies
 

Una de las canciones más potentes de la banda y con una de sus letras más afiladas y duras sobre un tema tan conflictivo como el aborto. Jones compuso el riff inicial, que está tocado con dos guitarras, y puso la música para que Rotten volviera a remover conciencias: “Mummy, I'm not an animal”.

 

Submission
 

Malcolm McLaren, el mánager de la banda, tenía un tienda llamada SEX en Londres y quería que sus chicos escribieran una canción llamada Submission, sobre sadomasoquismo y demás parafernalia en la onda del Vicious de Lou Reed, pero Johnny Rotten ya estaba bastante harto de McLaren y decidió, junto a Matlock, gastar la broma definitiva al convertir Submission en una canción sobre una misión submarina. Musicalmente es una de sus canciones más clásicas, con un riff que podría haber aparecido en un disco de los Doors o los Kinks.

 

No Feelings
 

Otra canción que lleva la impronta de Steve Jones y que, musicalmente, es una mezcla de dos de las cosas que más le gustaban, los New York Dolls y el Bowie de Ziggy Stardust, el que tenía como guitarrista a su modelo absoluto, Mick Ronson. Una canción simple, con solo dos acordes y dos palabras en el estribillo, pero con unas grandes licks a cargo de Jones. Líricamente Rotten se muestra irónico ante las atenciones recibidas por una chica "A no feelings for anybody else, except for myself".
 

 

Liar
 

Había mucha gente a la que Johnny Rotten quería gritar mentiroso pero, posiblemente, estuviera pensando en McLaren, expresando toda la rabia de un grupo de jóvenes que fueron arrojados, sin preparación ninguna, al mundo adulto y se convirtieron en una mina de oro. Musicalmente vuelven a coger la inspiración de los New York Dolls, en concreto de Puss 'N' Boots, pero nuevamente vuelven a superar a sus referentes y es que Liar es una canción mucho mejor que su modelo.