Rock and Roll clásico y potente

Por Paul Rigg

Han pasado más de 30 años desde que The Black Crowes publicaron su disco de debut, Shake Your Money Maker (13 de febrero de 1990; Def American Recordings), que llegó a vender más de cinco millones de copias, con cinco sencillos exitosos y logrando alcanzar el número cuatro en la lista de discos de Billboard 200.    

Sí, la relación fraternal entre el cantante Chris Robinson y el guitarrista y compositor Rich siempre acaparará los titulares, pero la apretada sección rítmica formada por el batería Steve Gorman, junto con el bajista Johnny Colt y el guitarrista Jeff Cease, ayudó a impulsar este clásico americano. Curiosamente, Rick Rubin fue acreditado como productor después de que el disco se convirtiera en un éxito, pero fue George Drakoulias quien fue acreditado inicialmente, y quien trajo a Chuck Leavell, anteriormente de la Allman Brothers Band, para añadir teclados al álbum.
    

     

Los Crowes fusionaron el rock americano con un sonido de blues que recordaba a bandas británicas como los Rolling Stones, los Faces y Humble Pie, pero que, sin embargo, sonaba urgente y fresco. Merece la pena recordar el contexto en el que se produjo; un contexto en el que el Glam Metal seguía teniendo influencia. Concretamente, en 1990, Neil Young, Peter Gabriel y Tracey Chapman se unieron para ofrecer un concierto de homenaje a Nelson Mandela en Wembley; Jean Michel Jarre atrajo a 2,5 millones de personas para un concierto en París y Roger Waters puso en escena The Wall de Pink Floyd en Berlín. Menos sublime fue la revelación de que el dúo de dance-pop que formaba Milli Vanilli había estado haciendo mímica de "sus" canciones, que en realidad habían sido escritas y grabadas por otros artistas. En contraste con este sinsentido, The Crowes volvieron a las auténticas raíces del rock, que tocaron la fibra sensible de toda una nueva generación.
    

El álbum se abre con el gran, lento y sucio riff de Twice as Hard antes de que Chris Robinson entre con las inmortales líneas: "Clean as a whistle, Smellin' like a rose...". A este tema de puro rock le sigue un corte más duro, Jealous Again, que fue el primer sencillo y ayudó a que todo el disco ganara tracción comercial. Los siguientes temas, Sister Luck y Could I've Been So Blind, son contribuciones sólidas e imprescindibles, mientras que la versión de Hard to Handle de Otis Redding y Seeing Things también tuvieron éxito como sencillos, y la primera se situó en lo alto de la lista Billboard estadounidense. La segunda tuvo menos éxito comercial, pero es una balada desgarradora que aporta un necesario cambio de ritmo al disco. Mucho mejor recibido fue el brillante cuarto single, She Talks to Angels, que es un tema acústico, posiblemente con una Guild F112 o una Martin D-28 de 1976, que habla de la adicción a las drogas y los remordimientos. El tema muestra la profundidad de Rich como compositor, demostrada por líneas como "Ella guarda un mechón de pelo en su bolsillo, lleva una cruz alrededor de su cuello, el pelo es del niño pequeño y la cruz es alguien que no ha conocido, todavía no..."
    

     

Hacia el final llegan temas como el gran número de rock y blues Thick n Thin, con su pegadizo riff de guitarra y el bajo funky de Colt, y Stare it Cold, que te hace sentir como si te hubieran metido en algún bar del sur profundo donde se está gestando una seria pelea.
    

Shake Your Money Maker
ayudó a convertir a The Black Crowes en una banda de estadios y dio lugar a una serie de discos de gran éxito, antes de que el fuego que impulsaba a esta gran banda de rock & roll empezara a arder demasiado...
    

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