Encontrándose a sí mismos

Por Sergio Ariza

En febrero de 1970 los Allman Brothers se metieron en el estudio para grabar su segundo disco. Las sesiones se fueron encajando en las pocas fechas que tenían entre medias de sus innumerables conciertos. El líder de la banda, Duane Allman, utilizaba esos conciertos para ir probando el nuevo material que proporcionaban su hermano Gregg Allman y Dickey Betts, e ir haciendo los arreglos sobre la marcha.    

El material cada vez era más sofisticado y mejor, y supuso la primera vez que Betts comenzó a aportar sus propias canciones. Un disco en particular tenía entusiasmada a toda la banda. Se trataba del A Kind Of Blue de Miles Davis de 1959, su influencia daría una nueva dimensión a la banda, separándola del resto de bandas de blues/rock de la época. Sus directos continuaban siendo su fuerte pero esta vez había llegado el momento de traspasar la magia de los mismos al estudio de grabación.
 
  


El disco comienza con las guitarras de Duane Allman y Dickey Betts perfectamente armonizadas en Revival, una canción que durante más de un minuto y medio parece uno de sus típicos instrumentales hasta que se convierte en una especie de gospel hippie con unas voces cantando "people can you feel it, love is everywhere". Es una perfecta carta de presentación del disco y de la propia banda, con su acercamiento al jazz modal y luego con una parte mucho más sureña y pegadiza.
   

Don't Keep Me Wonderin'
sirve de perfecta plataforma para que Duane se luzca con el slide mientras que su hermano Gregg demuestra lo gran cantante que es, claro que es el mayor el que brilla con más fuerza llevando al slide a cotas increíbles de expresividad y sentimiento. En Midnight Rider es la acústica de Duane la que lleva la canción, aunque es Dickey Betts el que toca la guitarra solista, dándole ese sabor country, tipo pedal steel, que tanto utilizará en el futuro. Es una de las mejores composiciones de Gregg, que la rescataría para su debut en solitario en 1973, y los Allman en general.
   



Pero puede que la canción más importante del disco sea la instrumental y 'jazzy' In Memory of Elizabeth Reed de Betts que demuestra la increíble musicalidad de todos y cada uno de los componentes de la banda. Es un tiovivo musical con Dickey y Duane tomando turnos para emular a Miles Davis y John Coltrane, sus claras inspiraciones para la pieza. La canción sirve de corazón al disco, con un gran 'groove' a cargo de la sección rítmica y un excelente trabajo de los solistas, primero Betts con su SG del 61, luego un Gregg Allman cuyo Hammond echa humo y cerrando con el magisterio habitual Duane con su Goldtop del 57. Es el cierre perfecto para una primera cara absolutamente gloriosa.
   



La segunda cara bajaba algo el nivel, aunque mantenía un nivel altísimo, primero llega su versión del Hoochie Coochie Man que tiene al bajista Barry Oakley como cantante principal, por primera y única vez en su carrera. Es una versión llena de fuerza pero suena muy parecida a lo que hacía Johnny Winter por esa misma época. Cierran el disco otras dos canciones de Gregg, la hermosa Please Call Home, con otro excelente trabajo a la guitarra de Duane, y el sabor blues de Leave My Blues at Home.
   

Los Allman Brothers habían superado su notable disco de debut con un disco de estudio en el que sus composiciones propias habían dado un nuevo paso adelante, sumándose Dickey Betts a la partida. Si a esto sumamos que seguían sonando como nadie cuando lo hacían juntos, tenemos como resultado el mejor disco de estudio de la banda. Con un Duane Allman inmenso en la cima de sus poderes, fue en estas mismas fechas cuando grabó esa maravilla llamada Layla & Other Assorted Love Songs junto a Eric Clapton, y una banda que se encontraba a sí misma y se preparaba para entregar su disco definitivo, esta vez en el lugar en el que mejor se hallaba y desarrollaba, encima de un escenario.


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