El 'Rey del slide'

Por Sergio Ariza

Elmore James es el ‘rey de la guitarra slide’ y uno de los más importantes guitarristas de la historia, puede que Duane Allman o Ry Cooder toquen mejor que él pero pónganlo así, sin Elmore James no habría Duane ni Ry. O si prefieren piensen en este otro ejemplo, Angus Young toca mejor que Chuck Berry, pero desde luego el segundo es más importante que el primero. Y es que la importancia de James está muy por encima de su fama.  

Jimi Hendrix
se hacía llamar Jimmy James en su honor, Brian Jones se hacía pasar por Elmo Lewis cuando conoció a Jagger y Richards, Jeremy Spencer, de los primeros Fleetwood Mac, solo quería tocar su música una y otra vez, y Mick Taylor solo tiene un consejo cuando le preguntan sobre el slide, “¡escucha a Elmore James!” aun así la fama de Elmore James está muy lejos de la de los grandes grupos de rock a los que tanto influyó, puede que porque su temprana muerte le impidió disfrutar del redescubrimiento que muchas de las grandes figuras del blues tuvieron tras la 'Invasión Británica'.
 

 

Por eso no conviene olvidar que es, junto a Muddy Waters y Howlin' Wolf, la tercera figura fundamental del blues de Chicago, con el que electrificaron el blues del Delta y pusieron los cimientos para el advenimiento del rock and roll. Si los primeros estaban apadrinados por los míticos Son House y Charley Patton respectivamente, a Elmore James le apadrinó el mismísimo Robert Johnson del que aprendió de primera mano varias de sus canciones y eso es casi como haber recibido enseñanzas del mismísimo diablo en persona. Cuando a principios de los 50 electrificó a Johnson con Dust My Broom, James creó el riff más importantes de la historia del blues (el equivalente de la intro de Johnny B. Goode en el rock) pero, a pesar de lo que muchos piensan, su aportación no se quedó solo en eso, convirtiéndose en un maestro en los medios tiempos también. En cada una de sus grabaciones Elmore lo dio todo, tanto con la guitarra como con su increíble voz, como si supiera que su tiempo en la Tierra iba a ser corto. A diferencia de Waters o Wolf, James no estuvo allí cuando los chicos británicos les dieron una segunda oportunidad alcanzando la fama con su adaptación de su música pero pocos entre el blues habían atrapado el espíritu del rock and roll mejor que él.
 

Elmore James vino al mundo como Elmore Brooks un 27 de enero de 1918 en las orillas del Mississippi. Hijo ilegítimo de la quinceañera Leola Brooks, adoptó el apellido de Willie James, el hombre con el que se fue a vivir su madre. A los 12 años ya estaba tocando música con uno de esos instrumentos de una sola cuerda que se fabricaban los chicos negros pobres del Sur. A los 18 había alcanzado el nivel suficiente como para ganarse la vida con la guitarra. Poco después conoció al hombre que más le influiría en su vida, Robert Johnson, del que probablemente aprendió a tocar el slide y del que tomó varias canciones para su propio repertorio. Pero su relación profesional más importante llegaría con otro gigante del blues, Rice Miller, mejor conocido como Sonny Boy Williamson II, uno de los mayores mitos de la armónica. A principios del 39 James ya estaba tocando con una banda, ampliando los horizontes de la música del Delta.
 

 

En los 40 sirvió en la Marina de los EEUU y participó en la II Guerra Mundial luchando en la invasión de Guam. Después de la guerra volvió a unirse a Williamson, tocando juntos varios años. Para ese momento Elmore James ya se había electrificado y seguía perfeccionando su forma de cantar. Aun así no estaba muy seguro de sí mismo y no parecía muy inclinado a grabar. Todo cambió cuando a Williamson le ofrecieron grabar algunas canciones para Trumpet Records en enero de 1951 y James le acompañó. El 5 de agosto de aquel año volvieron a una sesión y después de que Williamson hubiera grabado Elmore decidió tocar Dust My Broom, una de las canciones del repertorio de Johnson. El dueño de la compañía decidió grabarlo y el blues quedó marcado para siempre. A la fiereza de su voz se unía su agresivo uso del slide con el famoso riff que le daría un puesto en la posteridad. Se grabó en directo a través de un único micrófono y no hubo más tomas ni canciones. Dio igual el blues rural se había transformado en una tormenta eléctrica y el rumbo de la música popular había cambiado.
 

La canción se editó y se convirtió en un gran éxito, de repente las compañías discográficas se disputaban a James que se decantó por la oferta que le presentó Ike Turner a favor de los hermanos Bihari. Se mudó a Chicago y allí encontró el paraíso del blues eléctrico. Al poco de llegar formó una banda que pasó a ser conocida como The Broomdusters, en honor a su mayor éxito, que consistía del saxofonista J. T. Brown, el batería Odie Payne, Jr., y el pianista Johnny Jones. En poco tiempo se convirtieron en la única banda capaz de rivalizar con los Headhunters de Muddy Waters, el rey de la ciudad. Eran los más ruidosos y tenían una legión de seguidores. Una vez superado su miedo a grabar, James lo hizo para múltiples sellos como Chess, Checker, Meteor, Flair o Chief, debido al éxito de Dust My Broom hizo distintas versiones de la misma, además de variaciones como I Believe o Dust My Blues, también volvió a mirar entre el material de Robert Johnson con Standing At The Crossroads y le dio tiempo para meter su inconfundible slide en uno de los éxitos de Big Joe Turner, TV Mama. Sobre el equipo que utilizaba hay mucha controversia y poca información, en algunas fotos se le puede ver con una Silvertone 1361, aunque el modelo que es más probable que utilizara en las grabaciones es una Kay, posiblemente una Dreadnought, sobre la que montaba dos pastillas, una en el agujero (parece ser una Gibson pre-P90 de los '40) y una DeArmond Rhythm Chief 1000 en el puente. Sobre sus amplificadores se ha especulado con viejos Gibson TwoTone (modelo GA-30) y también un Magnatone.
 

 

Pero su éxito se vio interrumpido a mediados de los 50 cuando se le diagnosticó una enfermedad en el corazón, a la que no ayudó su excesivo amor por el alcohol. Fue así como sufrió un ataque al corazón y se retiró a su Mississippi natal. Pero la huella que había dejado en Chicago no se disipaba, así que uno de los disc jockeys más famosos de la ciudad, 'Big' Bill Hill le reclamó para que apareciera en sus programas. Supuestamente James le iba a ayudar en las labores de DJ pero el mismo día que volvió a Chicago ya estaba tocando en alguno de sus locales nocturnos. Al poco se supo de su vuelta y el productor Bobby Robertson se apresuró a firmarle. No había tiempo que perder, todo el mundo sabía que Leonard Chess suspiraba por tenerle en su sello.
 

Su primera sesión juntos no pudo ir mejor, estaba lloviendo y Elmore sentía con fuerza el blues, su slide se deslizó acariciando el mástil y su apasionada voz lo resumió todo: "El cielo está llorando, mira todas las lágrimas rodando por las calles". Editada en 1960 The Sky Is Crying se convirtió en otro gran éxito. Albert King y Jimi Hendrix, en su propia Red House, recogerían su poderosa influencia. En poco tiempo aparecerían I Can't Hold Out, Rollin' and Tumblin' o Shake Your Moneymaker. Elmore James seguía creciendo como músico y en sus actuaciones seguía siendo imparable, llegando a hacer versiones de temas de más de 15 minutos. Toda esa energía que nunca ahorraba acabaría por pasarle factura.
 

En la primavera de 1963 James estaba programado para inaugurar el nuevo garito de Big Bill Hill, el Club Copa Cabana, pero no llegó a esa actuación, esta vez el ataque al corazón fue definitivo y el hombre que electrificó el slide murió un 24 de mayo. En menos de un año un puñado de chicos blancos ingleses iba a llegar a su país para redescubrir al gran público a los grandes del blues como él mismo. Elmore James ya no estaría allí para ver como Brian Jones, uno de sus discípulos introducía el slide en el lenguaje del rock, tampoco para escuchar a los Beatles honrarle en For You Blue, ni mucho menos para escuchar a Hendrix o los Allman Brothers hacer rendiciones de sus temas. Pero eso no le resta un mínimo de importancia, puede que no llegara a grabar con Clapton o Johnny Winter, pero podemos imaginar lo que podría haber logrado este hombre si logró sacarle esas maravillas a una acústica 'barata' electrificada con una (o dos) únicas pastillas.
 

 

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