Bowie al rescate

Por Sergio Ariza

La historia es la siguiente, Mott The Hoople eran una gran banda de rock & roll, adorados por un reducido pero fiel grupo de seguidores, entre los que se encontraba un adolescente Mick Jones de los Clash, habían sacado cuatro discos de estudio desde su formación y dado cientos de grandes conciertos desde sus inicios en 1968, pero el éxito les seguía dando la espalda, es más, cada vez parecía más claro que huía de ellos. Su último concierto había sido en una desolada gasolinera en Suiza por el que no habían sacado ni lo necesario para regresar a Inglaterra.   

Cuando por fin consiguieron volver ninguno de los miembros de la banda daba un duro por su continuidad, así que el bajista Pete Overend Watts se ofreció a un David Bowie que estaba comenzando a hacerse un nombre por sí mismo. Todavía no había publicado Ziggy Stardust, pero estaba grabándolo y a muy poco tiempo de convertirse en una estrella con su aparición en el Top Of The Pops cantando Starman. El caso es que el cantante era uno de esos fans irreductibles de Mott The Hoople y no quería que se separaran, así que les ofreció una de las canciones que tenía para su nuevo proyecto, se trataba de Suffragette City pero, increíblemente, la banda la rechazó, era febrero de 1972, los compositores principales de la banda, el cantante Ian Hunter y el guitarrista Mick Ralphs, no tendrían mucho éxito pero si un ego que se resistía a aceptar material ajeno, a pesar de que fuera una canción tan grande como esa.
   

Pero Bowie no se rindió, se reunió con la banda y les enseñó una canción que había compuesto para ellos, se trataba de All The Young Dudes. Todos se miraron como si se hubiera vuelto loco, ¡nadie regala una canción tan buena! Pero ahí estaba Bowie, en su imagen Ziggy Stardust, entregándoles en bandeja uno de los estribillos más demoledores de la historia. Ya no hubo dudas, Bowie se ofreció como productor y trajo a su mano derecha, Mick Ronson, para que ayudara con los arreglos, aun así, fue Bowie el que dio con el arreglo final de la canción, aunque fue Ralphs el que salió con la perfecta intro para Dudes, su mejor trabajo hasta la fecha. Para ello utilizó una Gibson Firebird y su estilo sencillo y totalmente al servicio de la canción encontró su ejemplo más perfecto.
 

  

La letra, destinada para resonar en los oídos de una nueva generación de adolescentes post Beatles y Stones era perfecta, con sus guiños a T. Rex y su estribillo perfecto para cantarse en cuadrilla. El glam rock había encontrado su himno, escrito por su principal figura, pero interpretado por una banda de rock con más en común con Jagger y Richards que con Marc Bolan. Aun así, cuando se publicó a finales de julio de 1972, tres semanas después de que Bowie/Ziggy se convirtieran en la estrella más grande en Inglaterra en el momento, fue un éxito absoluto, y Hunter, Ralphs y compañía comenzaron a abrazar la imagen Glam.
   

Eso sí, musicalmente seguían siendo una grandísima banda de rock sin adjetivos, ni aditivos, extra. Solo había que escuchar la imparable One Of The Boys, compuesta por Hunter y Ralphs, en la que la banda estallaba con unos power chords de la guitarra de Ralphs y la mejor interpretación vocal de todo el disco de Hunter, sonando desafiante y arrogante. Y es que si algo deja claro All The Young Dudes es que hasta quitando la enorme aportación de Bowie Mott the Hoople era una banda de rock & roll condenadamente buena.
  

   

Momma's Little Jewel
era un rock sexy con un saxo caliente (cortesía de Bowie) y toques de piano de Hunter que apoyan el riff principal, la versión del Sweet Jane de la Velvet, posiblemente otra sugerencia de Bowie, era una maravilla, no yendo a la fuerza de la versión en directo de Lou Reed, que llegaría un par de años más tarde, sino a la melancolía de la versión original, sin restarle nada de su tremenda fuerza, con un gran Ralphs y un Hunter pletórico. Sucker era sucia y depravada como el mejor rock & roll, hablando de una relación sadomasoquista, y tenía un extraño y vacilón solo de ¡mandolina!. Mientras que Jerkin’ Crocus dejaba clara su deuda con los Stones con una gran canción al estilo Brown Sugar.
   

También aparecía aquí la versión original del Ready For Love de Ralphs, que posteriormente recuperaría en su aventura con Bad Company, pero, a pesar de que su riff es igual de efectivo (posiblemente tocado con su querida Les Paul Junior), la toma vocal, del propio Ralphs, palidece si la comparamos con la que haría Paul Rodgers. El disco se cerraba con una nota melancólica con la balada de piano Sea Diver que se beneficia de un excelente arreglo de cuerdas de Ronson, que acabaría sustituyendo a Ralphs en la época final de la banda.
   

Pero no adelantemos acontecimientos, All The Young Dudes fue el disco con el que esta gran banda, con admiradores como Bowie, Queen, Mick Jones, Noel Gallagher o R.E.M., encontró finalmente el éxito que parecía esquivarles y entró en la mejor fase de su carrera que se completaría con sus siguientes dos discos, los últimos, Mott y The Hoople. Una trilogía totalmente recomendable para cualquier amante del mejor rock & roll.
 

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