James Williamson, el poderío y la crudeza
Por Sergio Ariza
Posiblemente no haya existido un guitarrista con un sonido más sucio, salvaje y violento que James Williamson, su introducción para el Search & Destroy de Iggy & The Stooges es tan salvaje que hace sonar al resto de bandas de rock & roll como si fueran agradables grupos de 'bubblegum'. Johnny Marr, uno de sus mayores fans dijo de él que tenía "la habilidad técnica de Jimmy Page sin ser tan estudioso, y la chulería de Keith Richards sin ser tan descuidado" y habló de su estilo como "demoníaco y, a la vez, intelectual" algo que puede tener que ver con el hecho de que este tipo comenzara siendo un delincuente juvenil y acabará como vicepresidente de una gran corporación de alta tecnología en Silicon Valley.
James Robert Williamson nació un 29 de octubre de 1949 en Texas y se colgó una guitarra al hombro después de que su hermana trajera a casa algunos discos de Elvis. Cuando su familia se mudó a la zona de Detroit acabó de vecino de una familia donde todos tocaban y eso le ayudó a mejorar. Era el verano de 1963 y por la radio no paraba de sonar el Heatwave de Martha & The Vandellas. Vivir en Detroit, casa de la Motown, era un orgullo y la ciudad bullía de bandas nuevas. Williamson formó la suya propia, The Chosen Few, haciendo versiones de los Beatles y los Stones, para ese momento ya tenía su primera guitarra buena, una Fender Jaguar.
El último día que tocó con los Chosen Few fue el primero de un nuevo bajista, Ron Asheton, y aunque apenas cruzaron palabra sus caminos terminarían cruzándose otra vez. Hasta ese momento Williamson no paró de meterse en problemas, incluido un paso por el reformatorio cuando se negó a cortarse el pelo, como le querían obligar su padrastro y su escuela. En una fiesta de una fraternidad se volvió a encontrar con Asheton y conoció a James Osterberg, que ya se hacía llamar Iggy Pop. Los tres caminaban por el lado salvaje de la vida, que diría Lou Reed, y quedaron como amigos. Al poco presenció la primera actuación en el Grande Ballroom de la banda que aquellos habían formado, llamada, por entonces, The Psychedelic Stooges. Williamson quedó fascinado, eran unos salvajes como él, no sabían tocar muy bien, pero eran grandes intérpretes, capaces de cautivar al público.
Cuando se marcharon a Nueva York a grabar su primer disco, Williamson se pasó por allí. Increíblemente el disco pasó desapercibido, todavía más increíble su siguiente disco, el maravilloso Fun House también fue olvidado casi al instante. Fue poco después de su publicación, a finales de 1970, cuando la banda le invitó como segundo guitarrista, en una gira en la que era evidente que Iggy estaba fuera de control, perdido en una nube de drogas que le hacían totalmente imprevisible. Claro que el resto de la banda tampoco se quedaba atrás, con los peligrosos hábitos de Williamson encajando como un guante en una banda sin control. Cuando el batería Scott Asheton estuvo a punto de matarse en un accidente de tráfico, todo llegó a su fin. Se intentó convertir al saxofonista Steve Mackay en improvisado batería, pero aquello no funcionó. Los Stooges se habían acabado.
Williamson no había estado ni un año pero su salud se resintió tras los excesos de la gira. De repente se vio viviendo en el sofá de su hermana, sin futuro, con una grave hepatitis B y ninguna perspectiva de vida. De aquel agujero le sacó el tipo que menos esperaba, Iggy Pop. El cantante había recibido una llamada de un fan que se estaba convirtiendo a pasos agigantados en una estrella de rock, David Bowie. Le ofrecía 10.000 libras y un contrato para grabar un disco en Londres. El caso es que la oferta era para él en solitario pero Iggy no pensaba irse a Londres sin la guitarra de Williamson, una guitarra que para ese momento ya era su Les Paul Custom del 69.
El caso es que los dos delincuentes de Michigan se embarcaron en un avión y llegaron al Londres de 1972, la capital mundial del Glam Rock. Nada más bajar del avión las autoridades intentaron meterles de vuelta al avión para que no entraran en el país, pero cuando intervino el mánager de Bowie, los dos consiguieron pasar. De un día a otro habían pasado de la pobreza absoluta al lujo. Se alojaban en el Hotel Kensington Gardens, se codeaban con las estrellas del rock y sus cochazos y pasaban gratis a ver los conciertos de Marc Bolan y sus T. Rex.
Williamson y Pop también aprovechaban para componer material nuevo, Williamson sacaba los acordes con su Gibson B-25 acústica y Iggy le ponía la poesía transgresora. En poco tiempo tenían un buen ramillete de canciones para practicar pero no conseguían entenderse con los músicos ingleses, mucho más refinados que las salvajadas que tenían en mente el dúo americano. Al final tuvieron una conversación y decidieron que en casa había dos tipos que entendían perfectamente su música y sabrían tocarla a la perfección, los hermanos Asheton, Ron y Scott. Al final se los trajeron también ante las protestas de sus nuevos mánagers que solo querían a Iggy y ahora se encontraban con una nueva versión reformada de los Stooges.
A Ron no le hizo ninguna gracia que le desplazaran al bajo, pero no había duda de que Williamson era mejor guitarrista y, además, también alguien al que mejor no venir con problemas. El guitarrista seguía siendo tan arisco y poco amigable como la tormenta de sonidos que escupía su guitarra. Además Bowie se había convertido en una estrella del todo y toda la maquinaria estaba funcionando para que triunfara en América, así que nadie se preocupó mucho de lo que hacían aquellos cuatro salvajes americanos.
El disco que estaban grabando pasó a llamarse Raw Power, toda una profecía que definía a la perfección lo que los Stooges grabaron durante su estancia en las Islas británicas. Al final entregaron nueve canciones viscerales y hechas desde las entrañas, sonaban agresivas y absolutamente geniales pero no todos lo veían así. Todos sus nuevos mecenas, menos Bowie, quedaron horrorizados ante aquello, así que decidieron darle una oportunidad a su chico de oro, el mismísimo Ziggy Stardust, para que hiciera algo con ellas. Bowie remezcló el disco y resumió a la perfección el sonido de la banda: “Vuestra música es tan primitiva que la batería debería sonar como si estuviera golpeándola con un tronco de madera”. Pero no solo la batería, todos los instrumentos, de la guitarra de Williamson a la voz de Iggy suenan como si fuesen agresiones. El inicio con Search & Destroy es pura maldad, parece como si los amplificadores estuvieran a punto de explotar y Williamson hace un trabajo que se adelanta, y supera, al punk, siendo el momento por el que siempre será recordado el guitarrista. Por otro lado, el piano de la canción titular, tocado por el propio Iggy, suena como un martillo haciendo obras en la casa de al lado, y cuando comienza a gritar eso de "can you feel it...can you feel it", James toca un solo que suena como una sierra eléctrica cortando ladrillos. Eran 33 minutos de energía cruda, en los que los tímpanos de los que lo escuchaban corrían serio peligro.
Sin duda una de las razones de su sonido fue un Williamson desatado con unos solos que cortan como los alaridos del propio Iggy. Your Pretty Face Is Going To Hell debe ser la cosa más sucia jamás grabada, con la distorsión alcanzando niveles incandescentes. Iggy canalizaba a Jim Morrison en Gimme Danger ("Gimme danger, little stranger, and I feel with you at ease") y Williamson hace que hasta su Martin D-28 acústica tenga la misma sensación de peligro que sus alaridos eléctricos. Mientras que Penetration era un blues tan lascivo que haría que el mismísimo Robert Johnson (el mismo que pedía que le exprimieran el limón hasta que el zumo le corriera por la pierna) se sonrojara. La canción titular era una de las más sobresalientes, y directas, canciones de su carrera. Con I Need Somebody vuelven al blues primitivo y sexy, con Williamson mezclando la Martin D-28 con los latigazos de su Gibson Les Paul Custom del 69 sonando a través de un Vox AC30. Con Shake Appeal vuelven las descargas eléctricas a la velocidad del rayo. Cierra el disco la brutal Death Trip, que suena como si cuatro cavernícolas hubieran sido descongelados tras siglos en hibernación y les hubieran puesto a tocar rock & roll.
Era una maravilla pero volvió a ser demasiado radical para su tiempo. Tampoco ayudó que mucho del dinero que les adelantaron para promocionarlo terminara siendo gastado en drogas. El disco se acreditó a Iggy and The Stooges, al contrario que los dos primeros, que habían salido como The Stooges, pero poco importó. El mundo no estaba, todavía, preparado para ellos. Por otro lado, ellos tampoco parecían estar preparados para el mundo. Seguían viviendo la vida al límite sin importar mucho el mañana, su gira de presentación fue tan tumultuosa y problemática como la anterior y terminó con Iggy recibiendo una paliza, después de encararse con una banda de moteros en el concierto final en Detroit.
Parte de ese caos se refleja en el directo Metallic KO del que el mítico crítico Lester Bangs llegó a decir que era el "único disco de rock que conozco en el que se pueden oír realmente las botellas de cerveza lanzadas rompiéndose contra las cuerdas de la guitarra". Los Asheton, derrotados, se largaron, Iggy y Williamson lo siguieron intentando en Los Ángeles, pero aquello ya fue la debacle final, con un Iggy abatido y desesperado, incapaz de manejar su vida. Al final acabó ingresado en un hospital mental. Aun así hubo un último intento, en los pocos momentos en los que le dejaban salir, Pop y el guitarrista grabaron varias demos que terminarían apareciendo un par de años más tarde, en 1977, bajo el nombre de Kill City, una vez que Iggy se había hecho un nombre, nuevamente bajo el amparo de Bowie, con The Idiot y Lust For Life. En esas canciones la guitarra de Williamson seguía sonando cruda y potente, pero para cuando salieron su vida habría dado un giro.
Tras ser detenido por la policía de Los Ángeles por posesión de heroína y lesionarse un dedo en una fiesta de Alice Cooper Williamson decidió dejar la música profesionalmente para trabajar como productor discográfico y cursar estudios superiores como ingeniero electrónico, matriculándose inicialmente en el City College de Los Ángeles. A pesar de que volvió a colaborar con Iggy en New Values y Soldier, Williamson dejó definitivamente la música a principios de los 80 y se dedicó a su nueva pasión, los ordenadores. Después de graduarse se trasladó a Silicon Valley donde se convirtió en uno de los pioneros del lugar. En 1997 llegó a ser vicepresidente de normas técnicas en Sony. Casi nadie en su nueva vida sabía que estaba trabajando con uno de los guitarristas más salvajes de la historia del rock & roll.
En 2003 Pop y los Asheton reformaron los Stooges pero Williamson se mantuvo alejado, pero el 6 de enero de 2009 Ron Asheton murió y Iggy Pop vio la oportunidad de reformar Iggy y los Stooges con Williamson. El guitarrista llevaba tanto tiempo sin tocar que se enroló con una banda de la zona, Careless Hearts, para practicar antes de volver con Iggy. Finalmente, el 7 de noviembre de 2009 Williamson volvió a ser un Stooge. Al año siguiente la banda fue inducida en el Rock & Roll Hall Of Fame. La banda hizo varias giras e incluso llegó a grabar un disco nuevo, titulado Ready to Die, con otras diez nuevas composiciones de Pop y Williamson. El 15 de marzo murió Scott Asheton y al año siguiente Steve Mackay, el saxofonista de Fun House. Williamson decidió que eso era todo: "Los Stooges se acabaron. Básicamente, todo el mundo está muerto menos Iggy y yo. Así que sería un poco ridículo intentar hacer una gira como Iggy and The Stooges cuando sólo hay un Stooge en la banda y luego tienes chicos secundarios. Eso no tiene ningún sentido para mí".
No fue un gran trauma, Williamson ya se había retirado antes, justo antes de que su música comenzara a ser apreciada y ensalzada por el punk, el género que ayudó a crear. Fue justo en 1977, el año en el que los Sex Pistols llevaban ese sonido sucio y anárquico a las listas de éxito. Todo el mundo ensalzaba a los desaparecidos Stooges, sobre su mítico guitarrista principal, el hosco James Williamson corría el rumor de que había muerto de sobredosis de heroína... Pero no era así, si hubieran escuchado a Iggy Pop habrían sabido la respuesta y es que en Dum Dum Boys, la canción de The Idiot en la que dejaba claro lo que echaba de menos a los Stooges, estaba la pista fundamental: "¿Qué pasó con Zeke? Está muerto en jaco, hombre (Zeke Zettner, que sustituyó a Dave Alexander como bajista en los Stooges, murió de sobredosis en 1973) ¿Qué hay de Dave? Se ha muerto por el alcohol (Dave Alexander, bajista original de los Stooges, muerto por intoxicación alcohólica en 1975) Oh, ¿qué está haciendo Rock? Oh, está viviendo con su madre (Scott 'The Rock' Asheton, en la época que escribió la canción Iggy estaba sin trabajo en casa de su madre) ¿Y James? Se ha vuelto formal". Eso sí, su guitarra sigue sin estar domesticada…