Reinventando el ‘Muro de Sonido’ con guitarras

Por Sergio Ariza

Johnny Marr es uno de los 'guitar heroes' más atípicos de la historia, uno que ha construido su leyenda sin casi necesidad de hacer ningún solo, pero logrando integrar sus múltiples influencias en uno de los estilos más reconocibles de la historia de la música. Con los Smiths se impuso una tarea titánica, replicar el famoso ‘Muro de Sonido’ de Phil Spector solo con guitarras. No solo lo consiguió sino que en el intento alcanzó algo único e inimitable que hizo que la guitarra volviera a ser el instrumento más popular en los 80 en el Reino Unido. Si antes de él los chicos británicos querían ser Eric Clapton, después de él quieren ser Johnny Marr.  

Pero la historia de Johnny Marr no se puede contar sin relacionar su guitarra y su música con las letras y la voz de Morrissey. La suya fue una intensa historia de amor musical que duró menos de cinco años pero dio como resultado una de las discografías más impolutas de la historia de la música, en esos años sacaron cuatro discos de estudio y un buen puñado de singles que están marcados a fuego en el subconsciente colectivo de una generación. Fue como si hubieran nacido para conocerse y complementarse el uno al otro. Pero se separaron en su mejor momento y no se volvieron a ver hasta mucho tiempo después en una agria disputa en los tribunales interpuesta por el bajista de la banda que formaron juntos, The Smiths. A pesar de todo la gente sigue suspirando por un reencuentro que no parece que se vaya a producir nunca. Pero es que escuchar a Morrissey cantando Panic sin Marr o a este tocar How soon is now? sin la voz del otro es una especie de ‘coitus interruptus’...
 

Marr, nacido un 31 de octubre de 1963, y Morrissey se conocieron por primera vez en 1978 en un concierto de Patti Smith pero no fue hasta cuatro años después cuando comenzó su historia. Marr era, con solo 18 años, uno de los guitarristas más prometedores de Manchester y tenía una ambición a la altura de su talento. Tras pasar por varias bandas, decidió que había llegado el momento de buscar un compañero que pusiera a los esqueletos de canciones que tenía las palabras adecuadas. Inspirado por un documental que había visto hace poco sobre Jerry Leiber y Mike Stoller, decidió hacer como el primero y llamar a la puerta del hombre con el que iba a pasar a la historia. Steven Morrissey tenía cuatro años más que Marr y tenía fama de solitario y excéntrico, vivía junto a su madre y no parecía ir a ninguna parte. Pero Marr sabía que era su hombre, había tenido ocasión de leer varios de sus poemas y un libro que había escrito sobre los New York Dolls, de ese territorio común, Patti Smith y Johnny Thunders, sabía que podía salir algo interesante. Cuando subió a su cuarto y descubrió la colección de 45 revoluciones de este vio que tenían mucho más en común, su pasión por la música les hizo inseparables. AL día siguiente Morrissey llamó a Marr para confirmarle que sería el cantante de su banda. Era mayo de 1982, los Smiths habían nacido.
 

Al poco tiempo estaban escribiendo juntos, una de sus primeras canciones fue The Hand that Rocks the Cradle, que comenzó inspirada por el Kimberly de Patti Smith pero acabó convirtida en algo totalmente diferente. Desde estos primeros momentos se puede ver el genio de Marr, capaz siempre de subvertir sus influencias para dar con algo propio, en ese momento ese algo fue ese sonido tintineante ('jingle jangle') tan propio de los Smiths como las letras literarias y melancólicas de Morrissey. Para cuando compusieron la canción que supieron que sería su primer single, Hand in glove, ya estaba con ellos la pareja que pondría la distintiva sección rítmica de la banda, Mike Joyce a la batería y Andy Rourke al bajo. La canción volvía a construirse sobre una cuidada mezcla de guitarras acústicas y eléctricas grabadas por Marr para crear su distintivo sonido. Esta fue la canción que les valió un contrato con el sello independiente Rough Trade. Al poco tiempo estaban tocando en Londres donde fueron descubiertos por el productor del programa de John Peel en la BBC. Sus comentarios son una perfecta representación de lo que hacía a los Smiths tan especiales: "No podías saber inmediatamente que música habían estado escuchando. Lo que era algo bastante raro y totalmente impresionante".
 

Los siguientes singles fueron This Charming Man y What Difference Does It Make?. La primera es el mejor ejemplo del sonido Smiths de esta primera época, con ese increíble arreglo a la guitarra de Marr (que volvió a grabar varias partes) que todo el mundo pensó que tocaba con una Rickenbacker (la canción con la que apareció en la famosa actuación en el Top of th Pops en la que Morrissey cambió el micrófono por un ramo de flores) pero que en realidad fue grabada con una Telecaster del 54. La intro de esa canción es una guía de estilo del propio Marr.
 

 

En febrero del 84 apareció su primer disco en el mercado, llamado simplemente The Smiths y, a pesar de no quedar muy satisfechos de su producción, subió hasta el número 2 de las listas en Reino Unido. Allí se encontraban otras delicias del catálogo Marr/Morrissey como Reel around the fountain o Still ill. Para su grabación Marr utilizó toda una gama de distintas guitarras, desde la Telecaster a la Rickenbacker 330 de 12 cuerdas, pasando por Les Paul o una Gretsch Super Axe.
 

Pero lejos de encasillarse, el sonido de la banda siguió evolucionando como se vio en los siguientes singles, Heaven Knows I'm Miserable Now y William, It Was Really Nothing que contaba con una de las caras B más importantes de la historia, How Soon Is Now?, otro de los grandes momentos de Marr. En vez de los frecuentes cambios de acordes que había utilizado hasta aquel entonces, aquí decidió construir la canción sobre un único acorde, con el famoso riff de Bo Diddley en mente. Pero si alguien piensa que suena como Who do you love? es que no conoce a Marr, que hizo una sinfonía de guitarras para la misma, utilizando un efecto de trémolo que se conseguía pasando la pista original de la guitarra a través de cuatro Fender Twin Reverb distintos manipulados manualmente por el propio Marr y el productor John Porter.
 

Esta meticulosidad a la hora de construir su música se vio confirmado en Meat is murder, que escaló hasta el primer puesto de las listas. Para la canción que lo abría, The headmaster ritual, Marr utiliza cinco pistas de guitarra distintas, dos Martin D-28 acústicas, dos Rickenbacker y una Epiphone Coronet con una afinación especial y cejilla en el segundo traste. El riff principal suena al Day Tripper de los Beatles, algo que no era buscado aunque sí que pensaba en Harrison mientras la tocaba.
 

La banda estaba en la cúspide y ese mismo año grabó su obra maestra definitiva, The Queen is dead, donde Marr alcanzó la perfección de su estilo, mezclando las más diversas influencias, rockabilly en Vicar in a tutu, los Stooges en la canción titular, Keith Richards en Bigmouth strikes again o Nile Rodgers en The boy with the thorn in his side. Marr era una enciclopedia pop y rock que siempre terminaba sonando solo a sí mismo. Nuevamente sacaba a colación su increíble arsenal de guitarras esta vez con una Gibson Les Paul Black Beauty como protagonista y añadiendo una Stratocaster por primera vez a su paleta. Un disco gigantesco para una banda irrepetible, Marr se erige como uno de los guitarristas (y músicos) más notables y originales de la década y Morrissey se gradúa como poeta laureado, ya sea sacando a relucir su humor negro en Cemetery gates o su lado más romántico en There is a light that never goes out.
 

   

Pero, a pesar de que el disco estaba terminado desde noviembre de 1985, no salió al mercado hasta junio del 86. Problemas con su discográfica, además de una saturación de trabajo, tanto en el estudio como en directo, comenzaron a hacer mella en un exhausto Marr. Aun así no se bajó el ritmo y en el 86 aparecieron dos de sus más conocidos singles, Panic, su homenaje a T. Rex, y Ask, en la que suenan dos Martin, la Rickenbacker 330 y una Strato del 63. Ese mismo año Marr colaboró con Billy Bragg, algo que no hizo mucha gracia a Morrissey.
 

En 1987 grabaron su último disco, Strangeways here we come, otro cambio de sonido para Marr y la banda. Aquí quiso un sonido más fuerte y con menos capas de guitarras y para ello utilizó otra de sus guitarras míticas, una Gibson ES-335 de 12 cuerdas, que se puede escuchar en I Started Something, Stop Me If You've Heard This One Before o Paint A Vulgar Picture, una canción con uno de los pocos solos (en una Strato) de la banda. La última canción del disco fue I Won't Share You en la que Morrissey dejaba claro lo poco que le gustaban las 'infidelidades' de Marr fuera de los Smiths (Bryan Ferry acababa de tener un éxito junto a él) y su complicada historia de amor llegó a su fin.
 

Johnny Marr abandonó los Smiths, harto de las restricciones de Morrissey sobre lo que se podía tocar o no. Pero no se quedó ocioso, ese mismo año grabó con los Talking Heads su último disco, con aportaciones brillantes como en (Nothing but) flowers. En agosto de 1987 se convirtió en miembro de los Pretenders con los que grabó a finales de año Windows of the world. A pesar de estar en una de sus bandas favoritas, cuyo guitarrista original James Honeyman-Scott le había servido de inspiración, no duró mucho en el puesto, y pasó a formar parte de The The, la banda liderada por Matt Johnson con los que dejaría huella en discos como Mind Bomb y Dusk, además de canciones como la genial The Beat(en) generation o Dogs of lust, donde además de tocar la guitarra volvía a hacer un uso muy expresivo de la armónica. Al mismo tiempo formó un grupo, Electronic, junto a Bernard Sumner de New Order, donde daba rienda suelta a su pasión por la música de baile, algo impensable junto a Morrissey, emparentándole con la nueva hornada de bandas que estaban surgiendo en Manchester en ese momento, Happy Mondays y Stone Roses, que contaban con uno de sus alumnos más aventajados, John Squire.
 

 

Su lista de colaboraciones con otros artistas es increíble y su guitarra (y sus composiciones) han dado color a canciones de Kirsty MacColl, Beck, Jane Birkin o Crowded House, además de haber formado parte de Modest Mouse, con los que grabó la irresistible Dashboard (usando una Jazzmaster), y The Cribs. Además a principios del siglo XXI comenzó con su proyecto propio Johnny Marr and The Healers y en 2013 publicó su primer disco en solitario, The Messenger. Desde 2005 su guitarra principal ha sido una Fender Jaguar y en 2012 la marca hizo su propio modelo Signature. Pero a pesar de seguir siendo un guitarrista único, sus canciones suenan huérfanas de la voz y las letras de Morrissey.
 

Pero eso no debe hacernos olvidar que Johnny Marr es, sencillamente, el guitarrista británico más importante de los últimos 40 años. Todas las bandas importantes del Reino Unido después de los Smiths han estado influidas por el sonido de su guitarra, de Stones Roses a Radiohead, de Oasis a Blur, de Suede a Arctic Monkeys, no ha habido un solo guitarrista en las Islas Británicas que no haya soñado con tocar como él. Incluso se puede decir que sus guitarras han pasado a ser parte integral de estas bandas ya que gente como Noel Gallagher, Ed O'Brien de Radiohead o Bernard Butler poseen alguna guitarra regalada por el propio Marr. Una elegante forma de pasar la antorcha y hacer de su legado algo imperecedero.
 


(Imágenes: ©CordonPress)

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