Las 10 mejores canciones de Lowell Fulson

Por Sergio Ariza

Lowell Fulson es uno de los grandes olvidados de la historia del blues, de poco importa que en su banda debutara un joven Ray Charles o que sus canciones fueran grabadas por mitos de la talla de B.B. King, Elvis Presley u Otis Redding, a día de hoy pocos se acuerdan de este excelente cantante, guitarrista y compositor, que fue uno de los principales nombres del blues de la Costa Oeste y de sus posteriores coqueteos con el soul. Aprovechando que este 31 de marzo Fulson cumpliría 100 años años, desde Guitars Exchange queremos rendirle tributo hablando de nuestras 10 canciones favoritas de su notable repertorio. 

Three O'Clock Blues (1948)
 

Cuando Fulson grabó esta canción, escrita por él y grabada en junio de 1946, pocos podrían imaginarse que ahí estaba uno de los grandes clásicos de la historia del blues. Pero en este dueto junto a su hermano Martin en la segunda guitarra estaba todo lo que hace grande al género, siendo una especie de desesperada nota de suicidio en la que Fulson se expresa con magisterio tanto en la voz como en la guitarra. La canción tardó dos años en ser publicada, en una época en la que Fulson ya estaba plenamente integrado en el sonido de la Coste Oeste con una banda al completo, pero su fuerza era tal que se convirtió en su primer éxito, alcanzando el sexto puesto en las listas de R&B. Eso sí, todo el mundo la recuerda por la excelente versión de la misma que hizo B.B. King en 1951, siendo la canción sobre la que se construyó la carrera del guitarrista más importante del género.  

   

Everyday I Have the Blues (1950)
 

Claro que no fue la última vez que el rey del blues rebuscó en el repertorio de Fulson. Y es que Everyday I Have The Blues, una de las canciones más fuertemente relacionadas con King fue un éxito por primera vez en 1950 en la versión de Lowell Fulson con su mítica Gibson ES-5, llegando el número 3 de las listas R&B, en una canción que pasaría a formar parte de su repertorio y que tocaría varias veces en directo cuando el joven Ray Charles comenzara a tocar en su banda a comienzos de los 50. La brillante adaptación del Nobody Loves Me de Memphis Slim que hizo Fulson es, sencillamente, inmortal.
  

   

Blue Shadows (1950)
 

1950 fue el mejor año de la carrera de Fulson, con lo que es lógico que fuera en ese año en el que grabara su mayor éxito, este colosal Blue Shadows que subió a lo más alto de las listas R&B, a pesar de que su guitarra queda en segundo plano, dejando el foco instrumental al saxofón y, sobre todo, al piano del gran Lloyd Glenn. Eso sí, la inconfundible voz de Fulson es la que pone todo el sentimiento.
  

    

Lonesome Christmas (I & II) (1950)
 

Dividida en dos partes como sencillo de cara A y cara B, aquí está otra prueba del año mágico de Fulson, la maravillosa cosecha del 50. Lloyd Glenn compone y vuelve a tocar el piano para este clásico navideño, aunque es una Navidad solitaria y melancólica, como no podía ser de otra forma para alguien que tiene el blues. La banda suena de lujo, normal para alguien que siempre tuvo mucho cuidado a la hora de elegir a sus músicos, teniendo entre sus filas a luminarias como los mencionados Ray Charles, Lloyd Glenn, el saxofonista Stanley Turrentine o el mismísimo Ike Turner.
  

    

Low Society Blues (1950)
 

Un instrumental a mayor gloria de la excelente banda de Fulson, nuevamente acercándose a la frontera en la que el blues y el jazz se encuentran, tanto Fulson a la guitarra, como Glenn al piano tienen momentos de lucimiento, aunque puede que en esta ocasión sea el saxofonista el que tenga el momento más inspirado. Una verdadera delicia.  

     

I'm a Night Owl (I & II) (1951)
 

Otra gran canción que se tuvo que dividir para encajarla en las dos caras de un sencillo, un sencillo que volvió a poner a Fulson en el Top Ten de las listas en 1951. Nuevamente lleva la firma de Glenn, jugueteando entre el blues y el jazz, y volviendo a sonar a madrugada solitaria en un tugurio cargado de humo de tabaco y de alcohol de alta graduación.  

     

Reconsider Baby (1954)
 

En 1954 Fulson abandonó Swing Time y fichó por Checker, una de las subsidiarias del mítico sello Chess. Lo primero grabó para su nueva casa discográfica, un 24 de septiembre de 1954, fue otro de sus clásicos incontestables, Reconsider Baby, una canción en la que volvía a brillar con la guitarra, además de en la voz, abriéndose con uno de sus mejores solos. La letra habla sobre una ruptura que terminará en la barra de un bar a altas horas de la madrugada, con el protagonista contándole sus penas al camarero: "So long, oh, I hate to see you go, And the way that I will miss you I guess you will never know...". Puede que sea la canción más recordada de Fulson, presente tanto en el Hall Of Fame del Blues como del Rock & Roll, y con incontables versiones de artistas como Bobby Bland, Ike & Tina Turner, Freddie King, Joe Bonamassa, Eric Clapton o Gregg Allman, aunque, evidentemente, la más conocida (y la mejor) es la que realizó Elvis Presley en 1960, al poco de regresar del servicio militar.
   

     

You're Gonna Miss Me (1957)
 

A pesar de sus dos primeros éxitos para Checker, la canción anterior y Loving You en 1955, el resto de su trayectoria en el sello no tuvo el mismo éxito. Pero, a pesar de todo, la calidad no bajó lo más mínimo, como bien ejemplifica este gran tema, cocinado a fuego lento, que grabó en 1957 y sacó como sencillo junto a otra canción original como Don't Drive Me Baby. A pesar de que no fue uno de sus grandes éxitos Fulson seguiría tocando esta pieza en su repertorio en directo durante toda su carrera, incluido en el año de 1963 de donde hemos recuperado una de las pocas actuaciones de la época en vídeo, en el que se le puede ver todavía con su ES-5.
   

      

Black Nights (1965)
 

Cambiar de compañía le sentaba de maravilla a un Lowell Fulson que se sabía adaptar a la perfección a los tiempos, diez años después de su último éxito, Fulson volvía a entrar en las listas con este temazo, Black Nights, en la que se puede apreciar que Fulson había sabido combinar maravillosamente el blues con el naciente soul y una maravillosa sección de vientos.
   

     

Tramp (1967)
 

Pero su canción más recordada de su periodo soul es este clasicazo llamado Tramp. Fulson con una batería funk y un riff sencillo pero totalmente efectivo en su recién estrenada Gibson ES-335, la guitarra que le acompañaría en el resto de su carrera, se lanza con un torrente de voz. Su solo en esta canción es uno de los más representativos de su carrera, limpio y sin estridencias, cálido y accesible. La canción subió al número cinco de las listas R&B pero ese mismo año aparecería una versión todavía más exitosa, el espléndido dueto que hicieron Otis Redding y Carla Thomas que fue un éxito a ambos lados del Atlántico.