Las 10 mejores canciones de George Harrison con los Beatles

Por Sergio Ariza

A estas alturas es una obviedad llamar a George Harrison el arma secreta de los Beatles, su papel a la sombra de la dupla compositora más famosa de todos los tiempos, Lennon / McCartney, no impidió que el guitarrista principal de la banda diera a los de Liverpool algunas de las canciones más recordadas de su historia. Es evidente que al principio sus contribuciones no estaban a la altura de las de John y Paul, pero poco a poco fue ganando confiando y para el final, con Abbey Road, Harrison podía decir que estaba a la par de sus dos famosos compañeros, a pesar de que estos seguían repartiéndose la mayoría de las canciones. 

Aun así en el tiempo que va desde que grabaron Love Me Do, un 4 de septiembre de 1962, hasta su última fecha de grabación juntos, el 4 de enero de 1970, menos de ocho años después (aunque Lennon no participó), Harrison cantó 28 canciones como voz principal de la banda, componiendo 22 de ellas, lo que podrían ser dos discos enteros (y largos) que llevarían su pluma. Solo una de ellas fue lanzada como cara A de un sencillo, Something, y los discos en los que más participa son el Doble Blanco, con cuatro canciones (tampoco son muchas sin tenemos en cuenta que era doble), y Revolver, con tres.
Para el que quiera la lista completa, aquí van por orden de aparición, Don’t Bother Me, You Like Me Too Much, I Need You, Think For Yourself, If I Needed Someone, I Want to Tell You, Love You To, Taxman, Within You Without You, Blue Jay Way, It's All Too Much, It's Only A Northern Song, The Inner Light, Savoy Truffle, Piggies, While My Guitar Gently Weeps, Long Long Long, For You Blue, Old Brown Shoe, Here Comes The Sun, Something y I Me Mine. Estas son nuestras diez favoritas:
 

I Need You (1965)
 

La primera canción propia que grabaron los Beatles, en ese momento llamados todavía The Quarrymen, venía firmada por Paul McCartney y George Harrison, se trataba de In Spite Of All The Danger, una especie de plagio/homenaje del Tryin’ To Get To You de Elvis, pero realmente era una canción de Paul en la que decidió dar crédito a su amigo por los dos solos que tocaba. Eso sí, ahí se terminaría el tándem McCartney/Harrison para, poco después, dar paso al mucho más conocido Lennon/McCartney que dominaría la historia de los Fab Four, tanto es así que en los primeros cuatro primeros discos de los Beatles solo aparecería una canción firmada por Harrison, Don't Bother Me, en el segundo, With The Beatles. Pero en 1965 Harrison comenzó a mejorar ostensiblemente, algo que se confirmaría en Rubber Soul, pero que ya se podría apreciar en esta pequeña gran canción de amor que apareció en Help, tanto en el disco como en la película. Harrison juega con el pedal de volumen en su Rickenbacker 360 de 12 cuerdas para darle ese sonido tan propio a una melodía burbujeante dedicada a su entonces recién esposa, Patty Boyd.

 

If I Needed Someone (1965)
 

Siempre se ha hablado de la influencia en dos direcciones entre los Beatles (principalmente John) y Dylan, o entre los Beatles (principalmente Paul) y los Beach Boys, pero se habla menos de una tercera vía de influencia recíproca y es la que tuvieron los Beatles (principalmente George) y los Byrds, y esta canción es una prueba perfecta. Primero habría que retrotraerse a como unos folkies como Roger McGuinn, David Crosby y Gene Clark alucinaron viendo A Hard Day's Night, y como vendieron sus acústicas para hacerse con unas guitarras eléctricas. La que lo cambiaría todo sería la Rickenbacker 360 de 12 cuerdas que McGuinn se compró después de ver a Harrison con una en la película. El caso es que menos de un año después el uso que haría el líder de los Byrds de la misma en su disco de debut (sobre todo en The Bells Of Rhymney) harían que Harrison compusiera una de sus primeras obras maestras, este If I Needed Someone que aparecería en Rubber Soul abriendo la etapa de madurez de la banda. El efecto tintineante de la Rickenbacker, unido a las maravillosas armonías de Paul y John, y a la increíble melodía de George hacen de ella una de las grandes canciones de un disco imprescindible.

 

Taxman (1966)
 

Puede que Something fuera el único sencillo firmado por Harrison pero Lennon y McCartney le habían dejado antes el honor inmenso de abrir con una de sus canciones uno de sus discos, y no uno cualquiera sino el mismísimo Revolver, uno con muchas papeletas para ser considerado el mejor de su carrera. Se trata de Taxman una enormidad musical de canción cuyo único fallo es una letra sobre un millonario quejándose porque paga muchos impuestos... Eso sí, como decía, musicalmente es una maravilla en la que recibe mucha ayuda de Paul McCartney. Y es que Macca regala una línea de bajo, con su Rickenbacker 4001, totalmente icónica (que más tarde fusilarían los Jam en Start!), además de encargarse del magnífico solo de la canción, hecho con su Epiphone Casino, mientras Harrison se encarga de la rítmica con su Stratocaster. Lennon solo aparece en los coros, también junto a McCartney, y es que, a pesar de que, debido al agrio final, la relación entre McCartney y Harrison no pasó por sus mejores momentos al final, Paul fue mucho más colaborativo en las canciones de George de lo que lo fue John, que en muchas de ellas no llega ni a aparecer.

 

Love You To (1966)
 

Harrison siempre estará ligado a la introducción del sitar en la música rock, haciendo su primera aparición en el Norwegian Wood de Lennon, pero él también lo utilizó con gran fuerza en tres de sus composiciones, Love You To, Within You Without You y The Inner Light. Las tres me gustan bastante pero me quedo con la primera, incluida también en Revolver, en la que Harrison entrega un gran riff con el sitar, además de tocar su J160 acústica, logrando fusionar a la perfección la música india en una canción pop, a lo que también ayuda la tabla que toca Anil Bhagwat.

 

While My Guitar Gently Weeps (1968)
 

Una canción estratosférica que debería haber sido elegida como sencillo y que es una de las grandes (¿la mejor?) canciones del Doble Blanco de los Beatles. Lo curioso del caso es que Harrison había presentado la canción ante Lennon y McCartney recibido la típica indiferencia por parte de sus compañeros, pero Harrison estaba seguro del potencial de la canción, así que convenció a su amigo Eric Clapton para que le acompañara al estudio para grabar la canción. El guitarrista estaba inseguro, ya podía ser considerado el Dios de los guitarristas pero los Beatles estaban en otro planeta, hasta para estrellas del rock como él. Aun así accedió y todos mostraron su mejor cara ante el invitado, grabando la canción en un ambiente mucho mejor que el resto del disco. McCartney vuelve a ayudar bastante, tocando el piano, pero es Clapton el que más destaca con una de las mejores interpretaciones de su carrera, ofreciéndole a su amigo un solo inolvidable con Lucy, la Les Paul Standard de Harrison.

 

Savoy Truffle (1968)
 

Otra gran canción que surgió por la amistad entre Harrison y Clapton, al Beatle le hacía mucha gracia la pasión del guitarrista de Cream por el chocolate y las golosinas, así que decidió escribir este Savoy Truffle como advertencia de las posibles consecuencias de la ingesta de tanto azúcar. Un divertimento que se ve agrandado por una colosal sección de vientos (tres saxos tenores y tres saxos barítonos), algo poco habitual en los Beatles pero que sí que aparecería durante la carrera en solitario de Harrison, y en la que este también se encarga de todas las guitarras, su J160 acústica y Lucy, con la que se hace el solo, en otra canción en la que John Lennon está ausente.

 

Old Brown Shoe (1969)
 

Una pequeña joya que quedó relegada como cara B de The Ballad Of John And Yoko, una canción que grabaron en exclusiva John Lennon y Paul McCartney, supongo que metieron esta canción de Harrison en la cara Bcomo una especie de compensación. A pesar de eso es una de las cuatro canciones de Harrison que aparecen en el mítico recopilatorio que recoge lo mejor de la banda de 1967 a 1970, y que es conocido como el disco azul. A pesar de su relativa oscuridad es una canción que no desentona entre varias de las mejores canciones del Siglo XX. El caso es que es una gran canción que Harrison presentó durante la grabación de Get Back (lo que luego se convertiría en Let It Be) pero que al final (la historia de su vida) no entró en el disco, la canción se volvió a grabar en abril de 1969, durante las primeras sesiones para Abbey Road, pero al final se decidió utilizar en la cara B de The Ballad Of John And Yoko. La canción tiene un sonido blues y furioso, con Harrison haciéndose cargo del distorsionado bajo, además de entregar uno de los mejores solos de su carrera en los Beatles con su Rosewood Telecaster.  

 

Something (1969)
 

Uno de los artistas que ficharon los Beatles para Apple fue un joven James Taylor, es más, su homónimo primer disco contó con la participación, sin acreditar, de McCartney y Harrison, que tocaban el bajo y cantaban en una de sus canciones, Carolina In My Mind. Eso sí, la canción que encandiló al guitarrista fue otra de las canciones de aquel disco, Something In The Way She Moves. A partir de ese título, que le dio la frase inicial de la canción, Harrison la juntó con sus estudios sobre Krishna y su amor por Patty Boyd, su mujer, dando como resultado, en palabras del mismísimo Frank Sinatra, "la mejor canción de amor jamás grabada” (aunque "la Voz" se la atribuyera erróneamente a Lennon y McCartney, hurgando en la mala suerte de Harrison al compartir banda con dos de los mejores compositores pop de todos los tiempos). Esta vez Harrison sí que se hace cargo él mismo de la guitarra principal, sacando las notas más sublimes a su querida Lucy.

 

Here Comes The Sun (1969)
 

Una obra descomunal que Harrison compuso en una bonita mañana de abril, mientras paseaba por el jardín con su amigo Eric Clapton al lado. El sol brillaba después de un largo y gris invierno y el Beatle callado supo transmitir perfectamente esa sensación de alegría y convertirla en música. Su introducción con la acústica, su Gibson J200, ya es capaz de derretir el hielo por sí misma, pero cuando entra la voz ya puedes sentir que esta canción es algo así como felicidad encapsulada en tres minutos de pura ambrosía musical.

 

I Me Mine (1970)
 

La única canción de los Beatles que se grabó por entero en los 70, en una de las últimas sesiones de grabación que hicieron para terminar Let It Be, el 3 de enero de 1970, y en la que John Lennon estuvo ausente (la última sesión en la que estuvieron los cuatro juntos fue el 20 de agosto de 1969). Aun así fue una sesión especialmente productiva, con los Beatles convertidos en trío (en una de las tomas repescadas en el Anthology se puede escuchar a Harrison bromeando sobre la situación: “You all will have read that Dave Dee is no longer with us.
But Mickey and Tich and I would just like to carry on the good work that’s always gone down in [studio] number two (Todos habréis leído que Dave Dee ya no está con nosotros. Pero Mickey, Tich y yo queremos continuar con el gran trabajo que siempre hemos hecho en el estudio dos”). No se equivocaba el trabajo que hicieron ese día fue estupendo, con un Harrison espléndido en la guitarra solista y una canción dividida en dos partes, una especie de vals quejumbroso y una explosión de rock & roll, en las que Harrison lamentaba la absurda lucha de egos entre Lennon y McCartney que estaba llevando a la banda a su ruptura. Fue la última contribución de Harrison y la última canción grabada por entero por los Beatles, Harrison la tenía en tal consideración que en 1980 tituló así a su autobiografía. Tras la amarga disolución Harrison deslumbraría al mundo con el excelente All Things Must Pass, un triple disco en el que, al fin, pudo dar rienda suelta a todo el material que había ido acumulando sin ser grabado por ser el tercero en el escalafón de la banda más grande de todos los tiempos, pero esa historia ya la contaremos en otro momento...