Los 10 mejores solos de Stevie Ray Vaughan

Por Sergio Ariza

En un momento en el que la música se dividía entre sintetizadores y guitarras heavies, Stevie Ray Vaughan volvió a traer las mejores esencias del blues rock y el rock clásico a las ondas de radio. Puede que no fuera un compositor especialmente brillante, ni un cantante superdotado, pero como guitarrista no tenía discusión posible, era uno de los elegidos, el claro sucesor de su admirado Jimi Hendrix. Creo que John Mayer supo definir muy bien el estilo y la pasión con la que tocaba Vaughan: "Hay una intensidad en el toque de Stevie que sólo él pudo lograr, aún hoy en día. Es una rabia sin ira, es devocional, es religioso. Combinó a la perfección la vibración sobrenatural de Jimi Hendrix, la intensidad de Albert King, lo mejor del blues británico, de Texas y de Chicago y la clase y la precisión de su hermano mayor Jimmie. Stevie fue el 'guitar hero' definitivo". Aquí están diez increíbles solos para demostrarlo. 

 

Pride and Joy (Texas Flood)
 

Pride And Joy
es la canción más conocida de la carrera de Stevie Ray Vaughan, fue una de las composiciones originales que tocó en su mítica actuación de el Festival de Jazz de Montreux en 1982, donde una pequeña parte de puristas llegó a abuchear al artista, aunque la gran mayoría quedó asombrada con ese diamante en bruto que todavía no tenía firmado un contrato de grabación. Al poco tiempo grabaría Texas Flood, junto a sus fieles Double Trouble, y el blues de Texas encontraría a su nueva guía. Pride And Joy, y el resto del disco, sonaban marcianos en 1983, en una radio dominada por sintetizadores y nuevos románticos, con Vaughan entregando un máster en todo tipo de 'licks' con el mejor sabor añejo del blues, el rock & roll y el R&B. Se convertiría en una de las fijas de su repertorio en directo y se pueden encontrar grandes versiones en sus conciertos, desde la comentada en Montreux hasta la rendición acústica, con una 12 cuerdas, del Live At MTV Unplugged de 1990.
 

 

Texas Flood (Texas Flood)
 

A finales de 1982 Jackson Browne les cedió a Vaughan y Double Trouble su estudio de grabación en Los Ángeles durante tres días. El plan, en principio, era grabar una maqueta para que la escuchara alguna compañía discográfica, sin embargo, la fuerza y la energía puesta en aquellas 10 canciones, harían que se terminaran convirtiendo en el primer disco de su carrera. La última canción que grabaron fue una versión de un blues llamado Texas Flood, grabado por Larry Davis en 1958. Fue una grabación cocinada a fuego lento pero con tal nivel de intensidad que Vaughan decidió llamar al disco así, y es que pocas mejores cartas de presentación de su estilo se pueden escuchar, con su increíble tono y vibrato, tan personales como los de un B.B. King. La versión en directo que aparece en Live At The Mocambo es también totalmente recomendable.
 

 

Lenny (Texas Flood, 1983)
 

La historia es de sobra conocida entre los seguidores de Vaughan, en 1980 estaba de compras con su mujer, Lenora Bailey, a la que llamaba Lenny, cuando vio una Stratocaster del 60 en una tienda de empeños. A pesar de que ya era un nombre conocido en Austin, todavía estaba lejos de ser reconocido fuera de allí y no se podía permitir los 350 dólares que costaba. Viendo la desilusión de su marido su mujer contactó con varios amigos comunes e hizo una colecta hasta que pudo ir a la tienda y comprar la guitarra. El mismo día que se la dio Vaughan se quedó despierto toda la noche tocándola y compuso Lenny en homenaje a su mujer. De todas las piezas instrumentales de su carrera Lenny es la más bella y sutil, es también en la que se nota más la huella del Hendrix más etéreo, el de Little Wing, The Wind Cries Mary o Castles Made Of Sand.
 

 

Rude Mood (Texas Flood, 1983)
 

El primer disco de Vaughan, Texas Flood, contaba con tres piezas instrumentales, Lenny, Testify y este Rude Mood en el que el tejano actualizaba el Hopkins' Sky Hop de otra figura fundamental del blues de Texas, Lightnin' Hopkins. Es increíble escuchar la enorme cantidad de técnicas de guitarra que utiliza, desde esas cascadas de notas, a sutiles toques a lo Curtis Mayfield o ardientes solos de una sola nota. Esta era la demostración de su maestría absoluta de las seis cuerdas.
 

 

Let's Dance (Let's Dance, 1983, David Bowie)
 

David Bowie
fue uno de los afortunados que pudo disfrutar en directo de la actuación de Vaughan en el Festival de Jazz de Montreaux. Según dijo no había visto un guitarrista que le impresionara tanto desde que descubrió a Jeff Beck a mediados de los 60, antes de entrar en los Yardbirds. Tras la actuación les presentaron y hablaron horas y horas sobre las raíces del funky blues de Texas, sobre los inicios de Vaughan, el guitarrista se quedó sorprendido por lo interesado que se mostraba la superestrella, más todavía cuando al final le dijo algo sobre seguir en contacto. Meses después Vaughan no pensaba que Bowie volviera a llamarle en su vida, pero el creador de Ziggy Stardust le llamó y le dijo que estaba grabando un disco. Era enero de 1983 y Vaughan grabó varios solos para el nuevo disco de Bowie, entre ellos el de la canción titular, con su Strato enchufada a un Super Reverb. La canción apareció el 14 de marzo de 1983 y se convirtió en un éxito planetario de manera inmediata, combinaba el funk de Nile Rodgers con los "aaahh" del Twist & Shout de los Beatles y terminaba con un espectacular solo a cargo de Vaughan. Eric Clapton recuerda como cuando escuchó la canción por primera vez tuvo que parar el coche que conducía y decirse a sí mismo, "tengo que saber quién es ese guitarrista hoy mismo". Y es que Stevie Ray Vaughan era el guitarrista de la canción número uno en EEUU y todavía no había publicado un solo disco...
 

 

Voodoo Child (Slight Return) (Couldn’t Stand the Weather, 1984)
 

Se podría decir que Stevie Ray Vaughan fue el guitarrista que se quedó más cerca de alcanzar el fuego sagrado de Hendrix. A pesar de tener dos estilos diferentes, su pasión por las Stratos, su timidez fuera del escenario y, sobre todo, sus explosivas transformaciones cuando se subían a un escenario, les hacían almas gemelas. Vaughan no se acobardó e intentó reinterpretar al maestro con dos de los monumentos de la carrera del zurdo, Little Wing y Voodoo Child. La primera no estaba mal, pero no se puede superar la perfección, así que me he decantado por la segunda, porque es un ejemplo de sus dos enfoques diferentes, mientras Hendrix ataca su guitarra y amplificador para sacar furiosas notas distorsionadas con el wah, buscando una especie de tormenta de ruido, Vaughan no busca ese enfoque sonoro, sino que se centra en la precisión y la técnica. El guitarrista se quedó tan contento de su versión que Voodoo Child fue la canción que más veces interpretó en directo.
 

 

Scuttle Buttin' (Couldn’t Stand the Weather, 1984)
 

La canción que abría el segundo disco de su carrera, Couldn't Stand The Weather, es un instrumental que no llega a los dos minutos pero que puede dejar exhausto al más pintado, gracias a la energía y exposividad que pone SRV en su toque e interpretación. Basada en el Chicken Pickin' de Lonnie Mack Vaughan vuelve a demostrar que era el guitarrista de blues más intenso y en forma de los 80.
 

 

Tin Pan Alley (AKA Roughest Place In Town) (Couldn’t Stand the Weather, 1984)
 

El segundo disco de Vaughan y Double Trouble se grabó en Nueva York en enero de 1984. Al poco de llegar al estudio el productor, Richard Mullen, les pidió que tocaran algo para ir probando el sonido. Vaughan comenzó a tocar este calmado blues de los años 50 y Double Trouble le siguieron. Nueve minutos de magia después después Mullen se dio cuenta de que acababa de grabar la primera canción del disco. Así de bueno era Vaughan, con varios solos inolvidables en los que el mejor sabor del blues se mezcla con ligeros toques jazz para dar lugar a otra prueba más de su enorme talento como guitarrista.
 

 

Tightrope (In Step, 1989)
 

Publicada en su último disco de estudio, In Step, Tightrope es una notable composición original de R&B con dos excelentes solos, aunque el primero es el verdaderamente especial, una maravilla de cascada de notas, mezclados con esos expresivos silencios que solo él sabía colocar. El sonido que aquí logra demuestra que Vaughan seguía (increíblemente) mejorando con el paso del tiempo.
 

 

Riviera Paradise (In Step, 1989)
 

La última canción de su último disco de estudio, Riviera Paradise, se convirtió, desgraciadamente, en una despedida con mucha clase, con su Strato tocada limpia, con un maravilloso tono, y un ejercicio de estilo en el que demuestra que el guitarrista se tenía tan bien estudiado a Wes Montgomery como a Albert King.