Los 10 mejores solos de Mike Bloomfield
Por Sergio Ariza
Mike Bloomfield es uno de los
guitarristas más importantes de la historia. Aunque su nombre no resuene como
el de otros su contribución es fundamental a la hora de unir blues y rock,
siendo uno de los pocos guitarristas blancos que pudo tocar con los originales
en los garitos de Chicago. Pero Bloomfield nunca se quedó en mera copia de los
maestros y siempre tuvo una personalidad propia, siendo también de los primeros
en usar en un contexto rock influencias como las de la música india y modal,
convirtiéndose en el referente para los demás músicos blancos de blues y rock
que han venido después. De Jerry Garcia
a Duane Allman, pasando por Carlos Santana o Jimmy Page, son muchos los que se
han visto influidos por él. Pero más allá de su enorme influencia está su
increíble forma de tocar, de la que aquí veremos 10 maravillosos ejemplos. Y es
que, a pesar de que terminó derrotado por sus demonios, Mike Bloomfield tocaba
como los ángeles.
Tombstone
Blues (29 de julio de 1965)
Mike Bloomfield nació y creció en Chicago, el
paraíso del blues eléctrico. Siendo un adolescente se convirtió en uno de los
pocos chicos blancos que no se perdían una actuación de Sonny Boy Williamson, Little Walter, Otis Spann, Buddy Guy o las dos grandes figuras
del estilo, Muddy Waters y Howlin' Wolf. Con el tiempo le dejaron subirse con ellos, siendo
uno de los pocos afortunados que mamó de la fuente original. A mediados de los
60 Bob Dylan, un absoluto fan, le
convirtió en la pieza secreta de su conversión eléctrica. Juntos grabaron Like A Rolling Stone y el resto del
disco favorito de todos los tiempos del que esto escribe, Highway 61 Revisited. El momento en
el que brilla más es en Tombstone Blues
en el que responde con feroces y agrias ráfagas de su Telecaster del 63 al
torrente lírico de Dylan. Lo increíble es que, como es habitual en Bloomfield,
el guitarrista no utiliza ningún efecto, más allá de los controles de volumen y
tono, y su Telecaster está enchufada directamente a un Ampeg Gemini I. Cuatro
días antes de grabarla, Dylan y Bloomfield habían provocado un disturbio cuando
achicharraron a los puristas 'folkies' del Festival de Newport con su abrasiva
nueva música, principalmente en una frenética versión de Maggie's Farm con un Bloomfield en modo pirómano.
Blues
With A Feeling (9 de septiembre de 1965)
La banda de Paul Butterfield fue la primera que demostró que los blancos
también podían tocar blues, formados por el propio Butterfield a la voz y a la
armónica, Elvin Bishop a la
guitarra, Mark Naftalin a los
teclados y la increíble sección rítmica formada por Sam Lay y Jerome Arnold,
ex componentes de la banda de Howlin' Wolf, fueron también una de las primeras
bandas integradas de los EEUU. Su sonido era puro blues de Chicago pero cuando
se les unió Mike Bloomfield como guitarra solista a comienzos de 1965 se
convirtieron en una máquina imparable. Escuchando su primer disco se puede
entender el porqué de las calabazas a Dylan, aquí Bloomfield puede explayarse a
gusto y dar todo lo que tiene. En Blues
With a Feeling encontramos uno de sus primeros mejores ejemplos, con un
tono y una técnica absolutamente increíble para el año 1965, se adelanta en un
año al mítico Beano de Mayall y Clapton y en
tres al debut de los Fleetwood Mac
de Peter Green, para crear el primer
gran disco de blues rock de la historia. Aquí se puede comprobar como
interactúa a la perfección con el cantante, añadiendo ira al lamento de
Butterfield. Es la visceralidad de Bloomfield a la guitarra el que les da el
poso rock y lo que hará que se convierta en el absoluto faro para el resto de
guitarristas blancos estadounidenses.
East
West (Julio 1966)
Si Mike Bloomfield solo hubiera tocado en esta
pieza, que también ayudó a componer, del segundo disco de la Paul Butterfield Blues Band su nombre
seguiría siendo uno de los más importantes entre los guitarristas de rock de la
historia. Grabada en julio de 1966 no es solo una de las primeras incursiones
del rock en la música modal de John
Coltrane sino que aquí se puede rastrear el sonido de los Allman Brothers o de los Grateful Dead. En definitiva, East
West es la primera gran ‘jam’ de la historia del rock y el sonido de
Bloomfield es absolutamente increíble. Para esta época ya no tocaba con la
Telecaster sino que lo hacía con una Les Paul Goldtop de 1956 junto a un
amplificador Gibson Falcon. Su estilo sigue evolucionando y va perfeccionando
su propia voz con el instrumento. En la primera parte se meten en territorios
de la música india, adelantándose a la floreciente psicodelia, creando el
'viaje definitivo' (en la época se decía que escuchar esta canción te colocaba
sin necesidad de drogas). En la segunda, alrededor del minuto siete, Bloomfield
crea su propio mundo, su tono es dulce y suave, está construyendo algo nuevo
sobre la sólida base blues de la que viene, pero también se nota que, como McGuinn, ha estado escuchando a Ravi Shankar. Al final Elvin Bishop
comienza a armonizar con él, adelantándose en el tiempo a Duane Allman y Dickey Betts. Para hacerlo todavía
más intenso, en directo Bloomfield solía acompañar su larga improvisación (a
veces se iba por encima de la media hora) con momentos en los que escupía fuego
(literalmente) creando el trance perfecto entre los florecientes hippies.
I Got A
Mind to Give Up Living (Julio 1966)
Otro corte del estupendo East West de la Butterfield Blues
Band, aquí se puede comprobar la enorme influencia de B.B. King y Otis Rush
en su forma de tocar, aunque siempre pasada por su estilo totalmente personal.
Es una de las canciones en las que su toque es más emocional y profundo, y se
puede comprobar cómo está ampliando su vocabulario, añadiendo a las explosiones
nerviosas de sus inicios, unas suaves ejecuciones cromáticas en las que nunca
se repite una idea. Una de las cumbres emotivas de su carrera.
Killing
Floor (Enero de 1968)
Tras abandonar a Butterfield, Bloomfield creó Electric Flag junto a su amigo Nick Gravenites y el gran Buddy Miles. Tuvieron su primera
aparición en el Festival de Monterrey donde también hizo su debut la guitarra
más mítica de la carrera de Bloomfield, la Gibson Les Paul Standard de 1959.
Una de las canciones que interpretaron en Monterrey fue esta versión del Killing Floor de Howlin' Wolf que
también se incluyó en su disco de debut, A
Long Time Comin'. La canción se inicia con un extracto de un discurso Lyndon B. Johnson seguido de unas
carcajadas. Luego entra como un trueno la Les Paul de Bloomfield acompañada de
unos vientos que son los encargados de hacer el riff, luego es el turno de la
voz de Gravenites mientras que Bloomfield tiene total libertad para escupir
fuego (esta vez solo con la guitarra) a lo largo de la canción. Al final hay un
puente instrumental muy ‘jazzy’, antes de volver a este blues al que convierten
en algo totalmente funky.
Texas (Enero 1968)
Este blues con mucha alma, compuesto por
Bloomfield y Buddy Miles, era el gran momento del batería en Electric Flag,
pero es el guitarrista el que brilla con fuerza, contestando a las inflexiones
vocales de éste con un amplio muestrario de matices y sutileza en su Les Paul.
Albert's
Shuffle (28 de mayo de 1968)
La aventura de Electric Flag tampoco duró
mucho, Bloomfield estaba alcanzando su cénit como guitarrista pero, a la vez,
se estaba desmoronando en lo personal. Su insomnio crónico y su divorcio
estaban empeorando su consumo de drogas. Aun así, seguía contando con la
admiración de la mayoría de los músicos de su generación. Así fue como Al Kooper, con el que había coincidido
durante la grabación de Highway 61,
le eligió para llevar a cabo su idea de hacer una sesión al estilo de los
músicos de jazz, pero enfocado al rock, dejando espacio para la improvisación.
En mayo de 1968 alquiló un estudio y la magia comenzó a fluir. Bloomfield tocó
como nunca, con su Les Paul conectada a un Twin Reverb, sin ningún otro efecto
que la magia de sus dedos y su increíble tono. Uno de los mejores ejemplos es este
Albert's Shuffle, un tributo a Albert King en el que el
guitarrista brilla con la fiera intensidad que le distingue de los ortodoxos.
Stop (28 de mayo de 1968)
Otra canción del Super Session junto a Kooper, se llama Stop pero la podrían haber llamado Don’t Stop y es que una vez que Bloomfield se pone a tocar lo
último que quieres es que pare. No estoy exagerando si digo que pocas veces se
ha tocado mejor un blues en la historia. Este es, posiblemente, el mejor solo
de su carrera, uno con el que uno entiende a la perfección lo que quería decir
el gran Buddy Guy cuando le preguntaron si un blanco podía tocar blues: “Mike Bloomfield toca más blues que yo. Si
escucharas a este tipo dejarías de hacer preguntas estúpidas sobre si pueden
tocar el blues o no. Mike es uno de los mejores sin duda”. Toda su
intervención es increíble, con el primer solo sirviendo como la mejor
presentación de su peculiar estilo, en el que se nota que ha bebido de los
mejores, como B.B. y Albert King, pero es capaz de sonar con personalidad
propia y no como un mero imitador. En el segundo, que comienza a partir del
minuto tres, se permite varios ‘licks’ de puro soul, en su mejor
reinterpretación de Curtis Mayfield,
capaces de erizar el vello. Lo increíble de todo es que incluso aquí, en su
momento de mayor gloria, sus demonios no le abandonaran. Tras grabar algunos de
los mejores solos de su carrera se fue sin avisar dejando a Kooper una simple
nota, haciendo que este tuviera que llamar a Stephen Stills para completar el
disco que, ironías del destino, se convertiría en el más exitoso de la carrera
de Bloomfield.
Moon
Tune (30 de enero de 1969)
Nick Gravenites fue el principal colaborador
de Bloomfield, compuso varias canciones para la Paul Butterfield Blues Band
(como Born In Chicago), le acompañó
en Electric Flag y se marchó con él cuando se disolvió el grupo. Los conciertos
que dieron en el Fillmore de Bill Graham en San Francisco el 30 y el 31 de
enero de 1969 dieron con el material para los discos de debut en solitario de
ambos. En los dos discos aparece este increíble Moon Tune compuesto y cantado por Gravenites. Pero el que es capaz
de elevarlo a las alturas (hasta una celestial luna, podríamos decir) es
Bloomfield con dos deslumbrantes solos en los que da lo mejor de sí mismo. Este
es mi momento favorito del guitarrista, casi una despedida ya que 1969 fue el
último año que le vio en forma antes de que las drogas le dejaran bastante
tocado hasta su temprana muerte en 1981.
One
Good Man (Junio de 1969)
Termino con este excelente solo para el disco I Got Dem Ol' Kozmic Blues Again Mama!
de su amiga Janis Joplin, a la que ayudó, junto
a Gravenites, a formar una banda tras su marcha de Big Brother & The Holding Company. Es un gran ejemplo de su
maestría con el slide, que llevaba tocando desde los tiempos de Highway 61. Nuevamente se vuelve a
comprobar su telepatía con los cantantes, acompañando a la perfección el
lamento blues de Janis.