La Biblia del rock duro

Por Sergio Ariza

Led Zeppelin II se abre con el mítico riff de Whole Lotta Love pero logra no bajar de fuerza e intensidad en los casi 42 minutos que dura. Primero entra la Les Paul Standard Sunburst del 59 de Jimmy Page, luego se le une el bajo de John Paul Jones y un poco más tarde el torrente de voz de Robert Plant, para cuando a los 32 segundos se les une John Bonham, como un elefante en una cacharrería, queda claro que la máquina más perfectamente engrasada del rock duro se ha puesto en marcha. Era octubre del 69 pero el rock entraba oficialmente en los 70 y la huella que dejaría este disco en toda la música posterior, incluyendo a unos Black Sabbath totalmente obsesionados, sería enorme.   

    

El disco se editó el 22 de octubre de 1969, un año antes los de Jimmy Page, aún bajo el nombre de The New Yardbirds, habían dado su primer concierto, pero en esos 12 meses ya les había dado tiempo a publicar su primera obra maestra, su homónimo debut, a conquistar EEUU con sus conciertos y, entre medias de las giras, a grabar uno de los discos más importantes de la historia del rock, este Led Zeppelin II del que aquí hablamos. Compuesto y grabado en la carretera, Page tira claramente de viejos temas de blues para armar el esqueleto de muchas de las canciones pero el resultado sonará totalmente nuevo y original, continuando con una tradición histórica en el blues, acercando a este género a los límites más duros y pesados.
     

El disco se abre con esa enormidad de la que hablábamos al principio, Whole Lotta Love, una de las canciones más influyentes de todos los tiempos. Jimmy Page demuestra que podía hacer magia tanto con la guitarra como detrás de la mesa de producción. Ayudado por Eddie Kramer, el guitarrista saca la varita y le da a Led Zeppelin su sonido definitivo, con un riff simple y salvaje, tocado con la guitarra que definiría su carrera y que acababa de conseguir, la Les Paul de 59 que le consiguió Joe Walsh. Es una llamarada que requiere tu completa atención, como una señal de alarma ante lo que va a venir después. Robert Plant le copia la letra al You Need Love de Willie Dixon y las inflexiones vocales a Steve Marriott pero logra llevarlo un paso más lejos que el de los Small Faces, soltándose la melena como solista, reconociendo que fue a partir de este disco cuando comenzó a disfrutar de su papel en la banda. Y luego está la increíble sección del medio, una orgía de sonidos creada por Page y Kramer de la que se sale con un espectacular solo que lleva nuevamente a la parte principal, llevada con paso firme por la mejor sección rítmica de la historia del rock, la formada por Bonham y Jones.
   

     

La Les Paul vuelve a aparecer con fuerza en What Is And What Should Never Be, una composición original de Page (esta vez sí) a la que Plant pone la letra, en una de las primeras ocasiones que lo hace en la banda. Es un tema espectacular, en el que endurecen la psicodelia hasta convertirla en rock duro, luego transforman el Killing Floor de Howlin' Wolf en The Lemon Song, con Plant apropiándose de aquella expresiva frase de Robert Johnson, "exprime (mi limón) hasta que el jugo corra por mi pierna", en la que ninguno de los cantantes estaba pensando en la fruta. La primera cara se cierra adelantando los sabores acústicos de su siguiente disco con Thank You. John Paul Jones vuelve a demostrar que es el arma secreta del grupo encargándose del Hammond, mientras que Page toca varias partes con guitarras distintas, incluyendo una Vox Phantom de 12 cuerdas y una acústica con la que hace un solo que vuelve a demostrar que su pericia con ese tipo de guitarras está a la altura de su lado eléctrico.
     

Otro riff mítico vuelve a abrir la otra cara del disco, se trata de Heartbreaker, una canción que contiene uno de los solos más recordados de Page, siendo la primera vez que utilizó la combinación entre Les Paul y ampli Marshall. Sin apenas tiempo para recobrar el aliento comienza la trepidante Living Loving Maid (She´s Just A Woman) sobre una de las múltiples groupies que acechaban al grupo. Luego aparece otra de las grandes canciones de la banda, Ramble On, con John Paul Jones luciéndose al bajo y Plant haciendo sus primeras referencias sobre la obra de Tolkien, con Gollum y el señor Oscuro tratando de robarle a su chica. Musicalmente es mucho más interesante, jugando con la dicotomía entre las partes calmadas y los ataques de electricidad, con un Page nuevamente en excelente forma, haciendo un precioso solo basado en la psicodelia, con unas notas suaves y sostenidas que sacó de su Les Paul con un efecto construido por Roger Mayer, el hombre al que Jimi Hendrix describía como "su arma secreta".
    

    

Moby Dick
está construida a mayor gloria de John Bonham, generalmente estoy en contra de los solos de batería pero Bonham es Bonham... El disco se cierra con los Zeppelin enseñando al mundo su fórmula con Bring It On Home, una vieja canción de Willie Dixon para Sonny Boy Williamson que la banda interpreta fielmente en su primera parte para hacer, como diría Sinatra, a su manera en la segunda, demostrando como se puede llevar el blues del Delta a nuevos terrenos sónicos en un solo paso.
   

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