Aullando a la luz de la luna
Por Sergio Ariza
Dicen que, a veces, la vida imita al arte,
entonces en el caso de Howlin' Wolf
podríamos decir que su vida fue un largo blues con mucho arte e,
increíblemente, un final feliz. Tras todas las paradas posibles, la infancia ‘dickensiana’, la plantación, el alcohol,
las mujeres y, por supuesto, la música, llegó el reconocimiento. Música aullada
a gritos a la luz de la luna que fue la que le sacó de la miseria y le
convirtió en uno de los dos grandes pilares del blues de Chicago junto a su
rival Muddy Waters. Fueron ellos los
responsables de electrificar el blues del Delta plantando la semilla más
importante para que floreciera el rock and roll.
Chester
Arthur Burnett nació un 10 de junio de 1910 en pleno
delta del Misisipi. Cuando tenía un año sus padres se separaron y se quedó con
su madre, una fanática religiosa que le puso a trabajar casi al mismo tiempo
que empezó a andar. Siendo un niño le echó de casa y Burnett se fue a vivir con
su tío. Pero fue peor el remedio que la enfermedad y Wolf recordaría tiempo después
a este como "el peor hombre que
conoció en su vida". No es de extrañar que con solo 13 años se
escapara de casa y caminara 137 kilómetros hasta encontrar a la familia de su
padre, con la que por fin encontraría un hogar. Allí reuniría el dinero suficiente
para comprarse su primera guitarra, una fecha que se quedaría para siempre
marcada en su memoria, el 10 de enero de 1928. Para ese entonces ya se había
ganado el apodo de Howlin' Wolf debido a las terroríficas historias que le
contaba su abuelo sobre lobos antes de irse a dormir que le hacían chillar de
terror. No podía haber encontrado mejor apodo, tras escuchar a Blind Lemon Jefferson decidió que lo
suyo era la música y comenzó a acercarse a todos los lugares donde podía
escuchar el blues, una música que parecía hecha a medida para él. Por primera
vez en su vida, la suerte le sonrió, estaba en el mejor lugar del mundo para
empaparse de blues.
Aprendió del hombre al que se llegó a conocer
como el padre del blues del Delta, Charley Patton. Un hombre del que
se decía que tenía la voz de un león y que cuando cantaba se podía escuchar a
medio kilómetro sin necesidad de micrófono. Fue Patton quien le enseñó a tocar
la guitarra con su Stella Grand Concert y también sus trucos como tocar por
detrás de la espalda o entre las piernas. Si ese fue su maestro a la hora de
las seis cuerdas, el hombre que le enseñó a tocar la armónica fue otro mito, el
mismísimo Sonny Boy Williamson II.
No es de extrañar que el Lobo se hiciera un hueco en aquella mítica escena, su
imponente presencia (medía cerca de dos metros y pesaba 136 kilos) y su
increíble voz hacían el resto. Era al típico hombre al que era mejor no
derramar su cerveza. En poco tiempo estaba tocando con leyendas como Son House, Willie Brown, su ídolo Jimmie Rodgers o el mismísimo Robert Johnson.
Pero en 1941 su carrera musical sufre un parón
cuando es llamado a filas por el gobierno de EEUU. Cuando salga se dedicará
durante tres años a más a las labores del campo, trabajando en una granja. Pero
en 1948 la música volverá a llamarlo y, esta vez, será para siempre. Además el
lobo no aullará en solitario, formando una de las primeras bandas eléctricas de
la historia del blues. En aquel primer grupo destacará la guitarra de Willie Johnson, con un estilo frenético
y agresivo que encajaba a la perfección con la música de Wolf. Al poco tiempo
se les unirá al piano Ike Turner, un
hombre con varias conexiones con los estudios de grabación en Memphis. Así, a
comienzos de 1951, la voz de Howlin' Wolf quedó registrada por primera vez en
los Memphis Recording Service, que posteriormente el mundo conocería como Sun.
Fue el propio Sam Phillips el que
les grabó. En agosto de ese año, la banda volvió para registrar una de las
sesiones más importantes de la historia de la música popular. Se grabaron Moanin' At Midnight y How Many More Years, para muchos fue la
primera piedra del gran castillo del rock & roll, el piano de Turner echaba
humo, la guitarra de Johnson estallaba con la primera muestra de distorsión
pero, por encima de todo, Wolf aullaba dejándose el alma. Había nacido una
estrella, tenía 41 años. Phillips reconocería tiempo después que Wolf fue el
artista que más le impresionó de todos los que grabó. No está mal para alguien
que en los siguientes años descubriría a Johnny
Cash, Jerry Lee Lewis, Roy Orbison o un joven que respondía al nombre de Elvis Presley.
Como en esos tiempos Phillips no había creado
Sun Records les vendió los derechos a dos compañías distintas, RPM Records de
los hermanos Bihari en California y
Chess Records, la compañía de los hermanos Chess,
en Chicago. Fue un éxito para las dos y ambas lo reclamaron. Al final fue Leonard Chess el que ganó la partida y
en 1952 Wolf viajó a Chicago en su propio coche y con 4.000 dólares en el
bolsillo. Como él mismo dijo, fue el único de los músicos del Delta que hizo el
viaje al norte por la puerta grande. Cuando llegó allí, contactó con un viejo
paisano del Misisipi, Muddy Waters, y se hospedó en su casa. Pero, a pesar del
cordial recibimiento, no tardó en surgir una rivalidad que se tornaría mítica.
Waters era el indiscutido rey de Chicago pero Wolf no entendía de reyes que no
fueran él mismo. Su competitividad traería consigo la edad de oro del blues
eléctrico, en una ciudad que tenía el mayor número de talentos disponible,
Waters y Wolf reeditaron la vieja rivalidad de sus mentores, Son House y
Charley Patton en los gloriosos días del Delta.
Antes de partir de Chicago, Wolf conoció a un
joven guitarrista que suplió a un Willie Johnson borracho. Una vez en la ciudad
del viento le mandó llamar, su nombre era Hubert
Sumlin y dejaría una increíble huella en su trabajo, permaneciendo en la
banda de Wolf hasta su muerte. Realmente hubo unos meses en los que no estuvo
allí y es que Muddy Waters también quedó prendado de su talento y se lo robó a
Wolf durante unos meses en 1956. Al final volvió al redil, Waters pagaba tres
veces más pero Wolf fue de los primeros que les pagó a sus músicos un seguro de
desempleo y la seguridad social.
Wolf era un líder profesional que exigía a su
banda que vistieran correctamente y no fumaran ni bebieran en el escenario. Eso
sí, cuando se subía a éste, Wolf entraba en erupción, no había nadie en el
mundo capaz de resistirse a esa fuerza de la naturaleza, empleaba todos los
trucos de Patton, tocando su Kay Thin Twin por la espalda y demás, pero también
tenía los suyos propios. Uno de los más destacados era cuando cogía una botella
de Coca-Cola, la agitaba, se la metía dentro de sus pantalones, se abría la
cremallera y la abría empapando a todo el personal. Probablemente tenía en
mente lo mismo que su amigo Robert Johnson cuando escribió aquello de "puedes exprimir mi limón hasta que el jugo
corra por mi pierna". Eso sí, cuando el concierto se acababa la fiera
también descansaba. Y Wolf, que fue analfabeto hasta pasados los 40 años,
terminó estudiando contabilidad y empresariales.
Los 50 vieron llegar clásicos como Who Will Be Next, Smokestack Lightning, I
Asked for Water (She Gave Me Gasoline), Sitting On Top Of The World o I'm Leaving You. En 1959 Chess publicó
su primer LP, Moanin´ At Midnight,
que recopilaba algunos de sus mejores singles de la década, de How Many More Years al Evil de Willie Dixon, el principal bajista y compositor de Chess, del que
Wolf sospechaba que daba sus mejores canciones a Waters.
A pesar de ello Wolf viviría una de sus
mejores etapas a comienzos de los 60 grabando varias de las mejores canciones
de Dixon, perlas como Spoonful, Back Door
Man, Wang-Dang Doodle, The Red Rooster (mejor conocida como Little Red Rooster) o I Ain't Superstitious. Para cuando la
década llegara a su fin se habrían convertido en clásicos absolutos y habrían
recibido cientos de versiones de Cream,
los Doors, Koko Taylor, los Rolling Stones o Jeff Beck Group. Muchas de ellas aparecerían en el mítico LP, Howlin' Wolf (también conocido como The Rockin' Chair Album), publicado en
1962 por Chess. Un claro candidato a mejor disco de blues de todos los tiempos.
Sumlin es el guitarrista principal en casi todas ellas pero Wolf coge el
instrumento para ofrecer un gran 'lick' al slide en The Red Rooster, sirviendo
de inspiración para Brian Jones en la versión de los
Stones.
Claro que las grandes canciones siguieron
llegando, en 1964, en plena explosión de la Invasión Británica, Wolf grabó la
inmortal Killing Floor y el trabajo
de Sumlin con su Les Paul Goldtop se convirtió en una tremenda inspiración para
Jimi Hendrix o Led Zeppelin. A pesar de que ya no tocaba en el estudio, Wolf seguía
dando un verdadero espectáculo en la carretera con su guitarra, en 1963 se
compró una Stratocaster blanca y, posiblemente, se la llevó a su mítica gira
europea de 1964. El 26 de mayo de 1965, los Stones y Brian Jones intentarían
devolverle parte de lo mucho que le debían cuando insistieron en que Wolf
tocara en Shindig!, el programa de
televisión a nivel nacional en EEUU en el que también tocaban. Es impagable ver
a Brian Jones cortar al presentador diciéndole "es mejor que nos callemos, ¡tenemos a Howlin' Wolf en el escenario!".
Ese mismo día Wolf les concederá otro honor al presentarles al mismísimo Son
House. Fue la perfecta representación de aquello que cantaba Muddy Waters
"el blues tuvo un hijo y lo llamaron
rock & roll". En 1966 apareció el tercer disco absolutamente
fundamental de su carrera The Real Folk
Blues que contenía canciones grabadas entre 1958 y 1965.
Las innumerables versiones de sus canciones y
su buen hacer en los negocios le permitieron vivir bien. Así que llegó el
momento de afrontar el pasado, estando de gira pasó cerca de su ciudad natal y
un admirador le dijo que conocía a su madre. Wolf se quedó sorprendido pero fue
a buscarla, al principio la abrazó y la dio más de 500 dólares. Pero ella
arrojó su dinero al suelo y lo escupió. No quería saber nada de él, ni de su
sucio dinero ganado cantando la música del diablo. El gigante intimidante al
que todo el mundo temía vio cómo su madre se marchaba y sus ojos se inundaban
de lágrimas. A pesar de todo, el blues seguía presente en su vida...
Wolf fue un gigante en el sentido literal y en
el figurado, una de esas figuras más grandes que la vida. La música que ayudó a
definir para siempre, el blues, salió de las plantaciones del Delta del
Misisipi y se convirtió en el motor de la mayor revolución cultural del siglo
XX, el rock & roll. Aprendió de las leyendas originales, Charlie Patton o
Son House, y acabó dando lecciones a estrellas de rock como los Stones o Clapton. Un par de años antes de
morir le dijo a su amigo Hubert Sumlin: “Nací
40 años temprano. No miento, de joven tiré de mulas descalzo en diciembre con
nieve en el suelo y la tierra congelada como una roca. Las cosas siguen
mejorando con el tiempo”. Wolf había dejado los malos tiempos detrás y veía
abrirse un nuevo mundo delante de él, ese mismo año grabó Coon On The Moon, una canción en la que decía: "Solían llamarnos negratas, decían que no teníamos
cabeza, pero te vas a levantar una mañana y un negrata va a ser el Presidente"
("You know, they called us 'coons,' said we didn't have no sense. / You
gonna wake up one morning, and a coon's gonna be the President."). No
fueron 40 años sino 36 cuando esto se hizo realidad, figuras como Howlin’ Wolf
lo hicieron posible.