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Por Sergio Ariza

El mundo se empeña en olvidar la grandeza de Eddie Cochran. Casi reducido a un pequeño pie de página entre los pioneros del rock, la gente olvida que Cochran fue algo más que Summertime Blues. Escribía sus propias canciones, las producía, fue de los primeros en experimentar con multipistas y ‘overdubs’, tocaba varios instrumentos y era un excepcional guitarrista. Y es que, con su icónica Gretsch 6120, Cochran fue uno de los primeros y más importantes ‘guitar heroes’ del primer rock, creando un estilo rítmico único y capaz de ejecutar unos solos increíbles para la época. Además su papel como embajador del rock & roll en Reino Unido sería fundamental y su huella en la ‘Invasión Británica’ enorme.  

   

Eddie Cochran vino al mundo bajo el nombre de Edward Ray Cochran un 3 de octubre de 1938 en Albert Lea, Minnesotta. Desde pequeño mostró gran afinidad por la música, escuchando sin cesar la radio, con lo que fue normal que cuando su hermano mayor le dejó su Kay acústica al irse a los marines, el joven Eddie aprendiera rápido. Cuando la familia se mudó a las afueras de Los Ángeles en 1953 Eddie ya era capaz de duplicar cualquier solo que escuchara en la radio nota por nota. Allí se volcaría en la guitarra (su madre llegó a decir que hubiera estado tocando las 24 horas del día si le hubieran dejado) y haría sus primeras actuaciones en el instituto. Su fama comenzó a crecer localmente entre los aficionados al country y pronto entró en contacto con un vocalista llamado Hank Cochran con el que empezaría a tocar bajo el nombre de los Cochran Brothers, a pesar de no tener ningún parentesco.
 

Los Cochran Brothers se dedican en exclusiva al country y al hillbilly, a pesar de ser chicos de ciudad vestían con pañuelos al cuello y camisas de cuadro como si provinieran de las praderas de Tennessee. A finales del 54 son fichados por Ekko y al año siguiente graban sus primeros singles, Two Blue Singing Star y Your Tomorrows Never Comes. Es un año fundamental en la carrera de Cochran, además de estrenarse discográficamente el joven Eddie deja el instituto para dedicarse por completo a la música y girar por todo EEUU con Hank. En Dallas tendrá una revelación cuando vea en directo a Elvis Presley. Poco después cambiará su Gibson L-4C por la guitarra que definiría su carrera, una Gretsch 6120 naranja de 1955. Pero Cochran ya era un guitarrista experto y sabía cómo lograr su sonido, así que la modificó cambiando su pastilla DeArmond DynaSonic por una Gibson P-90, con un sonido más cálido y jazzy.
 



Para terminar de rematar el año, en octubre conoció a su futuro mánager y pareja compositiva, Jerry Capehart. Éste, al igual que Eddie, sabía que el rock & roll era el futuro, así que puso a grabar a los Cochran Brothers en Crest. Hay un cambio en su sonido con canciones como Latch On, Fool's Paradise o Slow Down sonando a puro rockabilly con la voz de Eddie cogiendo cada vez más peso y su guitarra demostrando que además de ver y escuchar a Elvis, también ha quedado impresionado por Scotty Moore. Para Eddie ya no había vuelta atrás, había contraído la fiebre del rock & roll y no quería otra medicina que esa música, por otra parte Hank quería volver al country. La carretera se separaba y Eddie tenía claro cuál era el desvío que iba a tomar. Una de las primeras canciones que grabó en solitario fue Teenage Cutie puro rock & roll sucio y pantanoso. Su guitarra estaba muy solicitada y en poco tiempo se convirtió en un excelente músico de sesión, aprendiendo todo lo que hay que aprender sobre el estudio de grabación, algo que le sería muy útil en el futuro.
 

En julio de 1956 apareció Skinny Jim, su primer single como solista, compuesta junto a Capehart era puro rock & roll y demostraba que, además de ser uno de los mejores guitarristas blancos del género, se había convertido en un cantante irresistible. Poco después le llegó su primera gran oportunidad cuando su buena imagen y su parecido con James Dean hicieron que obtuviera un pequeño papel en The Girl Can't Help It, una película a mayor gloria de la voluptuosidad de Jayne Mansfield en la que también aparecían Little Richard, Fats Domino o Gene Vincent. La canción que escogió Cochran para la misma es su primer clásico absoluto, Twenty Flight Rock. Una canción que pertenece al cielo del rockabilly, a pesar de que algún iluminado decidió cortar el solo de Cochran en la película.
 



Un mes después de su estreno, en enero de 1957, se vio que su compañía de discos, Liberty, trataba también de dulcificar su imagen, con una balada con coros masculinos, como los Jordanaires de Elvis, llamada Sittin' In The Balcony. No era una canción mala ni por asomo pero no era representativa de Cochran. Aun así fue su primer gran éxito, colándose entre los 20 primeros y haciendo que Liberty intentara repetir la jugada y convertir al joven Cochran en una especie de crooner, como demuestra Singin' to My Baby, su primer disco, publicado en noviembre de 1957, lleno de medios tiempos, con la Gretsch en un segundo plano. La cosa no pintaba bien y Eddie solo disfrutaba en las numerosas giras que le juntaban con algunos de sus artistas favoritos de rock & roll y r & b como Chuck Berry, Fats Domino o los Drifters. Fue así como se hizo amigo de otros rockeros como Gene Vincent o Buddy Holly.
 

Pero su suerte iba a cambiar cuando escribiera el himno juvenil definitivo, una de las grandes canciones de la historia del rock & roll, Summertime Blues. Con su conocido riff, tocado con la Martin D18 de su hermano, con esos 'power chords' sobre los que Pete Townshend construirá la carrera de los Who y su letra de desafío juvenil la canción elevó al estrellato a Cochran, a pesar de la ignorancia de su compañía que sacó la canción como cara B. Fueron los DJ's de la radio los que la llevaron al Top Ten de las listas e hicieron que Cochran pudiera tomar el control total de su carrera. Como se puede apreciar en esta canción fue de los primeros artistas que compuso y produjo sus canciones, siendo también uno de los pioneros en grabar 'overdubs' en el estudio.  



Poco después llegaría otro clásico absoluto, C'mon everybody, en el que también utiliza la D18 y en el que Liberty volvería a probar su poco oído al volver a relegarla a la cara B. Fue la canción que le convirtió en un ídolo en Reino Unido y ratificó su estatus como el rebelde sin causa del rock & roll con una letra en la que desafiaba el castigo de los mayores por una buena fiesta. A finales de año grabó sus escenas para una nueva película, Go, Johnny, Go! en la que compartía cartel con Chuck Berry y la jovencísima nueva estrella del rock, Ritchie Valens. Supuestamente iban a compartir gira a comienzos de 1959 con Buddy Holly pero a Cochran le surgió una posible aparición en Ed Sullivan y Holly no dudó en aconsejarle que se quedara en vez de helarse con ellos por el frío norte. Cuando el 3 de febrero el avión que transportaba a Holly, Valens y The Big Bopper se estrelló matándolos, Cochran comenzó a tener horribles presagios sobre su propia muerte. A los dos días del accidente entró en el estudio de grabación y registró Three Stars dedicada a sus amigos, cuando llegó a la parte de Holly su voz se rompió en el momento en el que decía "Well, you're singing for God now, in his chorus in the sky, Buddy Holly, I'll always remember you, with tears in my eyes". Todavía con lágrimas en los ojos entró en la cabina de grabación y le dijo a su mánager que si publicaba esa canción mientras estuviera vivo no volvería a grabar más. Para desgracia de todos no hubo que esperar mucho más.
 



Pero no adelantemos acontecimientos, 1959 fue un buen año musicalmente para Cochran con canciones como Teenage Heaven, Weekend o, principalmente, Somethin' Else, una palpitante, vibrante y lujuriosa canción en la que también toca el bajo y que es un claro antecedente del punk (no es de extrañar que los Sex Pistols la terminaran grabando). A pesar de todo, el éxito en los EEUU parecía alejarse y en enero de 1960 se embarca, junto a Gene Vincent, en una gira por el Reino Unido. Allí serán recibidos como Dioses y su influencia sobre la música británica posterior será enorme. Entre sus muchas aportaciones estará su innovación de utilizar una tercera cuerda desenrollada en la que podía hacer ‘bends’ en las notas un tono completo.  
 

Pero, a pesar de la cálida recepción, Cochran echaba de menos EEUU y seguía obsesionado con la muerte de Buddy Holly, hasta el punto de que solo escuchaba su música sin parar. Cuando su novia le preguntó si no le daba pena escuchar a su amigo, Cochran le respondió: “No, voy a reunirme con él en poco tiempo”. El 17 de abril de 1960 el taxi que le llevaba al aeropuerto para volver a casa, junto a Gene Vincent y su novia, se estrelló matándolo en el instante. Fue la única víctima mortal. Póstumamente apareció su última obra maestra, Three Steps To Heaven, grabada en su última sesión en enero de 1960, antes de salir hacia Inglaterra. En otro guiño del destino fueron los Crickets de Holly los que hacían los coros en esa canción.
 



Para los que solo le conocen por Summertime Blues o C'Mon Everybody deberían hacerse un favor y escuchar cosas como Pretty Girl, Eddie's Blues o Chicken Shot Blues para saber de la clase de guitarrista del que estamos hablando, con la perspectiva de saber su edad y la época en la que grabó. O sus muchas colaboraciones como guitarrista de sesión como sus excelentes solos en You Oughta See Grandma Rock de Skeets McDonald o Guitar Picker de Bob Luman.
 

Para los que creen que no ha dejado huella baste decir que es imposible escuchar Teenage Cutie y no pensar en John Fogerty y la Creedence Clearwater Revival, con ese sonido pantanoso de la guitarra, que Bowie le copió el riff de Three Steps To Heaven para Queen Bitch y Pete Townshend lo utilizó en la Obertura de Tommy, Jimi Hendrix expresó su deseo de que en su funeral sonara su música, los Led Zeppelin hacían varias versiones de sus canciones, Marc Bolan customizó su Les Paul para parecerse a su Gretsch, Brian Setzer revitalizó la escena rockabilly utilizando una 6120 como la suya y, como es bien sabido, Paul McCartney logró su puesto en los Quarrymen cuando impresionó al líder del grupo, un tal John Lennon, tocando y cantando a la perfección Twenty Flight Rock. Eso no es dejar huella, es algo más.


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