Un legado que no se desvanece

Por Sergio Ariza

El legado de musical de Buddy Holly es, junto al de Chuck Berry, el más importante de la primera generación del rock & roll. Un legado que es el más diverso de los padres del rock, basta escuchar Words Of Love para descubrir ese sonido tintineante de los Byrds y los Beatles, I'm Gonna Love You Too se puede considerar una de las primeras píldoras power pop, Well... All Right es folk rock antes de que esos dos mundos se acercaran y sus últimas grabaciones con una orquesta se pueden considerar antecedentes de Yesterday que tan revolucionaria pareció a mediados de los 60. Y es que si Chuck Berry es el padre del rock y el hombre en el que se modelaron los Rolling Stones, Buddy Holly lo es para el pop y la figura más influyente en la carrera de los Beatles, un grupo que heredaría no solo su formación, dos guitarras, bajo y batería, sino sus ganas de experimentar y abrirse a otros estilos.  

Charles Hardin Holley
nació un 7 de septiembre de 1936 en Lubbock, Texas, solo estaría en el planeta Tierra durante 22 años y cinco meses, pero en ese corto espacio le dio tiempo de marcar profundamente a un estilo, el rock and roll, que todavía estaba en pañales pero que le sigue considerando uno de sus nombres más importantes. Para comprender su increíble trayectoria baste decir que a la edad en la que Holly murió, John Lennon, uno de sus más claros discípulos solo había sacado un disco, Please Please Me. Es imposible no soñar con lo que podría haber hecho de no haber fallecido tan joven pero parece claro que es el que mejor hubiera encajado en las innovaciones de la siguiente década.
 

Pero es mejor centrarse en el increíble legado que sí que le dio tiempo a dejar. Nacido en una familia de clase media tejana, el joven Holley (su verdadero apellido) creció amando la música country & western y bluegrass de gente como Hank Williams o Jimmie Rodgers. Tanto su madre como sus hermanos mayores cantaban y tocaban algún instrumento así que a una temprana edad Buddy ya estaba dando sus primeros pasos en la música. En la escuela formó un dúo con su amigo Bob Montgomery y comenzó a componer sus primeras canciones. Pero, al mismo tiempo, el joven talento estaba comenzando a enamorarse de la música negra que ponían en la radio a altas horas de la madrugada, a su temprano amor por el country le estaba sumando el blues y el R&B que escuchaba a escondidas en su coche. La iluminación final llegaría el 13 de febrero de 1955 cuando Buddy y Bob se encargaron de abrir para el mismísimo Elvis Presley. Buddy se quedó de piedra cuando Elvis incluso le cedió su Martin acústica para su actuación, tras ver al Rey con Scotty Moore y Bill Black, supo lo que quería hacer en la vida, el rock and roll había ganado un nuevo converso. Ese mismo año abrirían para Elvis otras dos veces en Lubbock, la última de ellas el Rey apareció con su flamante nuevo batería, DJ Fontana y Buddy no tardaría en agenciarse uno propio, su amigo Jerry Allison.
 

 

Un poco antes se había producido otro de los momentos más importantes de la historia del rock. Buddy se había comprado su primera guitarra eléctrica a finales de 1954, era, nada más y nada menos, una Gibson Les Paul Goldtop pero el joven guitarrista no estaba muy satisfecho. Tres meses después pasó por el escaparate de una tienda de música de Lubbock y vio una preciosidad que costaba 305 dólares. Buddy no tenía el dinero pero iba a tener la guitarra. Se fue a casa de su hermano Larry y le dijo algo así como "Larry voy a triunfar en la música y necesito la mejor guitarra". Su hermano le prestó el dinero y Buddy se compró una flamante Fender Stratocaster. El nuevo modelo de Leo Fender no llevaba ni un año en el mercado y Buddy fue el hombre que introdujo esta mítica guitarra en el universo del rock. Enchufada a un Magnatone Custom 280 y, posteriormente, a un Fender Bassman el sonido de la Strato de Holly, una mezcla entre country y blues, entre rítmico y solista, cambiaría el curso del rock.
 

 

A principios de 1956 Buddy consiguió su primer contrato discográfico con Decca e hizo sus primeras grabaciones. La compañía le eligió los músicos y Buddy cedió bastante el control creativo. La sombra de Elvis seguía siendo enorme y el par de singles que se editaron son claramente rockabilly al estilo Sun, con los característicos hipeos country de Holly. Fue aquí cuando su apellido perdió la 'e' al traspapelarse por error cuando Decca lo imprimió. Tras fracasar en las listas la compañía le despidió y en enero de 1957 se volvió a juntar con Allison a la batería, además de Joe Mauldin al bajo y Niki Sullivan a la otra guitarra y se marchó a Clovis para entrar en contacto con Norman Petty, un productor discográfico que sería clave a la hora de darle a conocer.
 

En su primera sesión juntos grabaron That'll Be The Day y I'm Gonna Love You Too, dos de las mejores canciones de su carrera. Petty se dio cuenta enseguida de que tenía un diamante en bruto, así que, de la necesidad, salió una jugada que marcaría su carrera. Como Holly ya había grabado That'll Be The Day para Decca y esta seguía teniendo los derechos, se decidió que la canción se atribuiría a los Crickets, el nombre de la banda de acompañamiento. Luego se enteraron de que Brunswick, la compañía que les distribuía, era una subsidiaria de Decca y, por lo tanto, no había problemas pero Petty decidió seguir utilizando el nombre de los Crickets para unos lanzamientos y el de Buddy Holly para otros, así podía sacar el doble de canciones. That'll Be The Day, con su magnífica intro de guitarra y su maravillosa melodía, fue la canción que les catapultó al éxito.

Tras sus primeras actuaciones en Nueva York, la canción comenzó a subir en las listas y el 23 de septiembre de 1957 llegó al número uno. Tres días antes había aparecido el primer single publicado a su nombre, Peggy Sue, en la que los Crickets también ejercían de banda de acompañamiento. Es más esa canción, compuesta por Holly y Allison, se llamaba así en honor de la novia del batería. En ella se puede apreciar el particular estilo de Holly a la eléctrica, utilizando un estilo percusivo, con solo golpes hacia abajo creando un peculiar estilo rítmico basado en los acordes.
 

En octubre Peggy Sue había escalado hasta el número tres de las listas, Buddy Holly y los Crickets eran, oficialmente, la nueva sensación musical. Petty aprovechó para grabar más material y en noviembre apareció su primer disco en el mercado, The "Chirping" Crickets, que sería un tremendo éxito en el Reino Unido. El 1 de diciembre hicieron su primera aparición en el show de Ed Sullivan. Poco después Niki Sullivan dejaría el grupo debido a las intensas giras. Aun así, su presencia en la formación clásica de los Crickets daría al rock y al pop de la siguiente década su combinación mágica, dos guitarras, bajo y batería.
 

En enero de 1958 salieron de gira con The Everly Brothers, Eddie Cochran y Paul Anka. Su amistad con los hermanos Everly duraría lo poco que le quedaba de vida (Phil sería uno de los encargados de llevar su ataúd el día de su entierro). Si sumamos sus armonías a la música de Holly y al sonido de su banda tenemos una aproximación bastante acertada del sonido de los primeros Beatles. Un grupo que también heredaría su imagen de chicos buenos.
 

 

Pero, a pesar de esa imagen, Holly no se libró de la hostilidad hacia todo lo relacionado con el rock and roll por parte de la puritana sociedad estadounidense de los años 50. El caso más evidente fue su segundo paso por el popular programa de Sullivan el 26 de enero de 1958. A éste no le hacía ninguna gracia el rock, pero las audiencias mandaban y Holly era una de las sensaciones del momento. A Buddy tampoco le apetecía volver a hacerle la pelota a aquel viejo que tampoco intentaba disimular el poco aprecio que le tenía a él y a su música. A pesar de todo era difícil rechazar la tremenda difusión que suponía aparecer allí. Así estaban las cosas cuando los Crickets aparecieron por el estudio para interpretar su nuevo éxito Oh Boy y otra canción. Pero Sullivan decidió que solo interpretaran una canción y que no fuera Oh Boy, un tema que le parecía "demasiado sexual".
 

Buddy se negó ante el todopoderoso Sullivan a no tocar su éxito actual y Sullivan se las arregló para sabotear la actuación desde las bambalinas. El sonido y la luz comenzaron a fallar misteriosamente pero Buddy se las arregló para dar una actuación que permitió que les volvieran a invitar una tercera vez… Pero era un chico texano con orgullo y mandó a paseo al hombre más poderoso de la industria del espectáculo de EEUU, alguien que te garantizaba una audiencia de 50 millones de espectadores.  

El 1 de marzo de 1958 viajaron a Inglaterra, en esa gira le verían unos tiernos adolescentes llamados John Lennon, Paul McCartney, Keith Richards, Eric Clapton (la primera vez que vio una Stratocaster), Mick Jagger o Graham Nash (que bautizaría a su banda The Hollies). Unos años después serían ellos los que desembarcarían en EEUU para devolverles la música que les había marcado.
 

Durante el resto del año Buddy llevaría su música a distintos niveles, encargándose cada vez más de la producción y cuidando hasta el último detalle, así llegaron Not Fade Away, con un ritmo cercano al de Bo Diddley, Words of Love y Listen To Me, que se adelantan al sonido tintineante de las guitarras de los Byrds, Well... All Right, en la que toca una Guild F-50 Navarre acústica y las últimas grabaciones que llegaría a publicar en vida junto a una orquesta de cuerdas, con temas como True Love Ways. La canción estaba dedicada a María Elena, la mujer que se convirtió en su esposa y le llevó a distanciarse de Norman Petty. Lo malo del caso es que este decidió jugar sucio y convenció al resto de Crickets para que se quedaran con él y, lo que es peor, congeló las cuentas de Holly embarcándole (involuntariamente) en la gira que resultaría fatal.
 

 

En diciembre de 1958, en su apartamento de Greenwich Village, Holly escribió y grabó algunas de las mejores canciones de su carrera con el único acompañamiento de una Gibson J200 acústica. Estaba tan emocionado que incluso escribió a sus padres diciendo que había compuesto unas cuantas grandes canciones, la mejor de ellas una totalmente secreta llamada Peggy Sue Got Married. Posiblemente fuera su intento de hacer las paces definitivas con Jerry Allison, el hombre que se había casado con Peggy Sue. Pero antes de poder grabarlas tenía que solucionar el problema económico así que montó una gira por algunos de los estados más fríos de EEUU en pleno invierno. Para aquella gira contrató como músicos a Tommy Allsup, un guitarrista que ya había aparecido en alguna de sus grabaciones como Heartbeat o It's So Easy, y Waylon Jennings, la futura estrella del country, como bajista. Para completar el cartel estaban Ritchie Valens, Dion & The Belmonts y The Big Bopper.
 

 

El 31 de enero tocaron en Duluth Minnesota, delante de un impresionable chico llamado Robert Zimmerman. Años después ya bajo el nombre con el que ha pasado a la historia, Bob Dylan, recordaría a Holly en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura. El 2 de febrero tocaron ante una audiencia de unas 1300 personas en el Surf Ballroom de Clear Lake. Dion & The Belmonts tocaban antes que ellos, como el batería estaba enfermo, Buddy ocupó su lugar, cuando el concierto llegó a su fin, Dion presentó a la banda, al final dijo "¡nuestro nuevo batería, Buddy Holly!". Entonces Buddy, que había estado en penumbra, se levantó y comenzó a tocar Gotta Travel On ante el delirio de las personas que abarrotaban el Surf Ballroom. Luego se le uniría el resto de la banda que, para la ocasión, tenía a Ritchie Valens como batería. Para el final Valens se levantaba de la batería y Bopper (sudando por la fiebre) se les unía en el escenario para cantar entre todos La Bamba.
 

Holly había decidido librarse del incómodo autobús y ganar un día de descanso alquilando un pequeño avión para que le llevara a la siguiente parada, solo tenía tres plazas y les dio las otras dos a sus compañeros de banda, Allsup y Jennings. Pero antes del concierto Bopper había conseguido convencer a Jennings para que le cediera la suya debido a su estado febril. Después del concierto Valens consiguió que Allsup se jugara la suya con él echando una moneda al aire. El autor de Donna dijo cara y ganó la plaza afirmando "es la primera vez en mi vida que gano algo". Antes de salir para el aeropuerto Holly se despidió de Jennings, en broma le dijo "he escuchado que no vienes en el avión con nosotros". Waylon se lo confirmó y Buddy con una sonrisa le replicó "bien, pues espero que tu viejo autobús se congele". A lo que Waylon contestó con la frase que le perseguiría toda su vida: "y yo espero que tu viejo avión se estrelle".
 

El 3 de febrero de 1959 fue el día que, según Don McLean, "la música murió". Holly, Valens, Bopper y el piloto fallecieron pero, contradiciendo a American Pie, ése no fue el día en que murió la música. Ese día murió Buddy Holly pero su música siguió viviendo.
 

Cinco meses después de su muerte unos adolescentes llamados The Quarrymen se juntaron para grabar su primera canción. Fue la primera vez que las voces de John Lennon y Paul McCartney, además de la guitarra de George Harrison, quedaban registradas para la posteridad. Su elección no fue otra que That'll Be The Day. Antes de que acabara el año los tres se presentarían a un concurso de la televisión británica en el que interpretarían Think It Over e It's So Easy. Cuando en enero de 1960 se pasaron a llamar The Beatles (Las cucarachas) lo harían en homenaje a los Crickets (los grillos). Serían ellos los encargados de llevar la música de Holly a los lugares que él no pudo. A día de hoy McCartney es el dueño de los derechos de publicación del hombre que les marcó el camino.
 

Su legado está lejos de desvanecerse…  

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