Un clásico perdido del rock progresivo

Por Sergio Ariza

En 1971 el cuarteto holandés de rock progresivo Focus, liderados por el guitarrista Jan Akkerman y el vocalista y multiinstrumentista Thijs van Leer, publicó su segundo trabajo Moving Waves (también conocido como Focus II) y consiguió algo que pocas bandas de Europa continental han logrado, triunfar en el mercado anglosajón, alcanzando el número 2 de las listas británicas y el ocho de las estadounidenses.  

Hocus Pocus
fue el responsable del éxito de la banda y escuchando su riff inicial es fácil entender por qué, y es que podría venir firmado por Black Sabbath o Deep Purple, pero Focus demuestra que no siguen caminos fáciles y cuando entra la voz nos quedamos perplejos escuchando a van Leer empezar a cantar a la tirolesa (nota para la traducción: yodel). Es un verdadero desmadre que, de alguna manera, funciona. Es una canción bizarra y loca en el mejor de los sentidos y ha sido empleada numerosas veces en publicidad y en cine (este mismo año ha tenido una importante aparición en Baby Driver). Akkerman tiene en ella uno de los mejores vehículos para demostrar su talento y colocarse entre los mejores guitarristas del rock progresivo junto a Steve Howe, Martin Barre o Robert Fripp. Su empleo de escalas como la armónica menor o la húngara menor se adelanta en muchos años a la aparición de Yngwie Malmsteen y le convierte en uno de los padres de los 'shredders'. Claro que el resto de la banda tampoco se queda atrás, en especial con el increíble trabajo de Pierre van der Linden a la batería.
 



El resto del disco está a la altura y lo convierte en un clásico del rock progresivo con conexiones a otras bandas como Pink Floyd o Jethro Tull. Le Clochard (Bread) es un breve instrumental de apenas dos minutos de Akkerman en el que brilla con la guitarra clásica y un aire cercano al Concierto de Aranjuez del maestro Rodrigo. Janis está llevada por la flauta de Van Leer, es una bonita balada con toques psicodélicos en homenaje a la recientemente desaparecida Janis Joplin. Moving Waves se abre con un piano que recuerda a Debussy, antes de que entre la voz de Thijs van Leer en la única canción cantada (con palabras) del disco.
 

Pero, sin duda, la pieza principal del mismo es Eruption que ocupaba toda la segunda cara del LP con sus 23 minutos de duración. Se trata de una suite de varias piezas conectadas entre sí, que es una versión 'hard rock' de la historia de Orfeo y Eurídice, eso sí, sin letra. La suite es casi en su totalidad de Van Leer (aunque Akkerman mete una pequeña pieza llamada The Bridge en la que se nota la influencia de Zappa), eso sí es el guitarrista el que más brilla en esta pieza que es como la quintaesencia del rock progresivo, con sus defectos, hay veces que no parecen saber muy bien a dónde van y hay pasajes que se hacen pesados, y sus virtudes, es increíble cómo tocan y cuando encuentran una buena pieza de música (atención a partir del minuto cinco y ocho segundos) suenan a gloria, Akkerman se luce de manera especial con su Les Paul Black Beauty a partir del 6:10 con un solo memorable que hace que entendamos por qué en 1973 los lectores de la revista británica Melody Maker le eligieron como el mejor guitarrista del mundo.
 



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