Las dos caras de Shakey

Por Sergio Ariza

Barn es, nada más y nada menos, que el 41º disco de estudio de Neil Young, además del 14ª con Crazy Horse, y el segundo con esta nueva formación de su banda de acompañamiento, con Nils Lofgren sustituyendo a Frank 'Poncho' Sampedro. Es evidente que a estas alturas el 'canericano' ya no está explorando nuevos territorios pero tampoco suena cansado, ni agotado, esta es una buena colección de canciones que hará las delicias de los fans de toda la vida aunque tampoco sirva para ganarle muchos nuevos adeptos. 

Young ha tenido varias caras durante su carrera, pero las principales han sido dos, como Padrino del Grunge al frente de Crazy Horse y como cantautor acústico con toques country rock como en Harvest, ha habido discos más enfocados en la electricidad y otros más en su faceta campestre, también los ha habido en los que los ha combinado a la perfección. En este Barn, teniendo a Crazy Horse detrás uno esperaría un disco más volcado a la distorsión pero Song Of The Seasons abre el disco con una suave calma, mirando a la otra parte de la carrera de Young, la acústica con la armónica.
   

    

Todo cambia cuando se desata la tormenta eléctrica con Heading West, el inconfundible tono de la Old Black, las melodías de Young y un elemento nuevo, un piano, posiblemente tocado por Lofgren, al que ya le hizo familiarizarse con el instrumento, cuando apenas lo tocaba, en After The Gold Rush a la tierna edad de 19 años. Change Ain't Never Gonna, es un blues destartalado, que deja claro porque se llama el disco así, cuatro amigos juntándose en un granero, o un garaje, a tocar un poco y pasárselo en grande.
   

Con Canerican vuelven las cabalgadas eléctricas mientras Young habla con orgullo, pero también sarcasmo, de su país de origen, Canadá, y de adopción, EEUU, ahora que ya tiene las dos nacionalidades, en el solo Young y Lofgren intercambian notas, las del primero más melódicas, las del segundo más cortantes. Shape Of You comienza con un bajo funky a cargo de Billy Talbot y un solo de armónica con 100% ADN Young, nuevamente vuelven a sonar sueltos y totalmente en directo, un caos divertido y altamente pegadizo. Human Race es Neil Young & Crazy Horse destilado a la perfección, podría aparecer en Zuma, la segunda cara de Rust Never Sleeps o Ragged Glory, hará las delicias de los amantes de su parte más furiosa y distorsionada.
    

     

En Tumblin' Through The Years vuelve el cantautor campestre de Harvest y Harvest Moon, con una melodía dulce y una letra dedicada a su actual pareja, Daryl Hannah, aunque líricamente estoy casi seguro de que podría haber encontrado una rima mejor que esta, "You changed my life for the better, wore my love like your favourite sweater". Por otra parte, Welcome Back es la prima lejana de Tonight's The Night, con la que comparte atmósfera sombría y melancólica, es también el momento en el que mejor suena la Old Black, volviendo a demostrar su gran expresividad a pesar de su limitada técnica. Posiblemente el momento álgido de Barn.
  

En definitiva, un disco que vuelve a demostrar que a los 76 años Young sigue sabiendo cómo escribir buenas canciones. Es evidente que no está a la altura de sus grandes clásicos de los años 70 pero da al seguidor de toda la vida lo que estaba esperando, una notable ración de las dos caras de Shakey.  

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