Las 10 mejores canciones de Radiohead: La belleza en la tristeza
Por Sergio Ariza
Se podría considerar que Radiohead fue la banda que hizo el último gran disco del rock clásico con OK Computer y luego procedió a matarlo con Kid A, pero creo que esa sería una visión reduccionista porque lo que hicieron fue alargarle la vida al destrozar todas las restricciones que lo agotaban. Con una carrera que se acerca a los 30 años los de Thom Yorke han entregado varias obras maestras y han ampliado los límites de lo que puede, o no puede, tocar una banda de rock. Desde Guitars Exchange queremos rendirles tributo hablando de nuestras diez canciones favoritas de su trayectoria.
No Surprises
No Surprises comenzaba con unos ligeros arpegios de la Rickenbacker 360 de Ed O'Brien para luego dar paso a una guitarra acústica, bajo, batería y la privilegiada voz de Thom Yorke pero lo que le daba el toque especial era Jonny Greenwood poniéndose el traje de Brian Jones y tocando el Glockenspiel, complementando los arpegios de O'Brien. Luego estaba una de las melodías más bellas jamás escritas y la habilidad de Yorke para doblarse la voz y hacer unas maravillosas armonías, todo ello con una de las letras más oscuras de su carrera, encajada en una canción que podría pasar por una nana. La contradicción entre la pesimista letra ("Un corazón que está lleno como un vertedero, Un trabajo que lentamente te mata, Moretones que no se curan, Te ves tan cansado, infeliz") y la memorable melodía es lo que la convierte en una obra maestra, como si Louis Armstrong cantara "vamos a morir todos" sobre la melodía de What A Wonderful World.
Creep
Cuatro acordes tocados una y otra vez, en las estrofas y en el estribillo, cuatro acordes sacados del The Air That I Breathe de los Hollies, ¿quién iba a suponer que sobre esos cuatro machacones acordes se iba a edificar una de las canciones más importantes de la década de los 90? Thom Yorke se deja el alma en una canción sobre sus sentimientos encontrados hacia una chica popular que le gustaba, pero es Greenwood el que la eleva a base de guitarrazos que suenan como puñetazos en la mandíbula. La canción había comenzado lenta, sobre los conocidos arpegios de Ed O'Brien en su Rickenbacker 360BT, pero a Greenwood no le terminaba de convencer así que decidió darle el filo con una sobredosis de distorsión, golpeando su Telecaster Plus inmisericordemente para sacarle alguno de los sonidos más sucios y cabreados que se recuerdan, que sirven de perfecto contrapunto a los angustiosos gritos de Yorke. Cualquier otro grupo hubiera terminado la canción en todo lo alto, en esa explosión de electricidad, pero esto era Radiohead así que terminaron bajando el tempo con ese profético "What the hell am I doing here? I don't belong here". Y es que el grupo huyó del éxito de esta canción y se apartó lo más posible de ella, manteniendo siempre una relación de amor/odio con su canción más famosa.
Karma Police
El segundo sencillo de OK Computer es un medio tiempo que se abre con Yorke utilizando su Yairi DY-88 acústica y Jonny Greenwood acompañándole al piano, tratando sobre esa "policía del karma", una broma del grupo, que en este caso se relacionaba con muchos de los temas del disco, la insatisfacción ante el capitalismo e incluso la salud mental. Es una canción exquisita pero también inquietante y desconcertante, algo a lo que ayudan esos extraños sonidos finales que provienen de O'Brien manipulando el 'delay' de su guitarra.
Paranoid Android
La canción con la que se presentó al mundo al Dark Side Of The Moon de los 90, OK Computer, no podía sonar más a Pink Foyd, en un momento en el que el mundo alternativo todavía miraba con desprecio a los de Roger Waters. La canción está compuesta de diferentes secciones, cercano a la segunda cara del Abbey Road de los Beatles, pero nuevamente era Jonny Greenwood el que ponía la nota distintiva con uno de los riffs más salvajes de los 90 y una explosión de distorsión y electricidad totalmente propia. Claro que el cambio casi sinfónico a los lamentos de Yorke en el medio de la canción es otro de los mejores momentos de la banda. La Telecaster Plus de Greenwood toma vida en un solo de ciencia-ficción que suena robótico, cercano a los temas tratados en OK Computer.
Fake Plastic Trees
La canción más cercana a un himno de la banda, bordeando el rock de estadio, si lo consiguen evitar es por la increíble interpretación vocal de un Yorke sublime. Inspirado por una actuación de Jeff Buckley, el cantante retuerce sus privilegiadas cuerdas vocales, utilizando unos preciosos falsetes sin sonar afectado. Es una interpretación de altura que se consiguió cuando, tras tres tomas con el único acompañamiento de su Takamine EN10C acústica, el cantante rompió a llorar. Sobre su fabulosa interpretación se construyó el resto de la canción, las delicadas cuerdas, el sombrío órgano y el momento en el que se desatan las guitarras de Greenwood y O’Brien.
Street Spirit (Fade Out)
Street Spirit (Fade Out) era la canción que cerraba The Bends pero, en cierta medida, fue la canción en la que Yorke y Radiohead se encontraron a sí mismos y abrieron las puertas a la desesperación existencial de OK Computer. Es una canción angustiosa en la que es difícil vislumbrar la luz al final del túnel. Nuevamente empieza con los arpegios a là Johnny Marr de O'Brien, pero es Yorke el que vuelve a brillar más con otra interpretación estremecedora. El cantante ha hablado de los sentimientos contradictorios que le provoca cantarla en directo y ver a miles de personas felices al escucharla, ajenas a lo que está diciendo en la letra. Eso tampoco ha impedido que sea, a día de hoy, la canción que más veces han interpretado encima de un escenario.
Idioteque
Si The Bends fue una reacción a Creep, entonces Kid A fue su reacción al éxito de OK Computer y al alud de bandas que salieron copiando su fórmula, de Coldplay a Muse. Yorke y los suyos decidieron crear algo totalmente radical y nuevo desafiando a su audiencia como no lo había hecho nadie desde la conversión eléctrica de Dylan a mediados de los 60. Idioteque fue una de las maravillas que surgió de su estrategia de salir de los instrumentos de toda la vida y dar con algo nuevo. Jonny Greenwood comenzó a trastear con un sintetizador modular y acabó con una pieza improvisada de 50 minutos que le pasó a Yorke para ver qué podía hacer con ella. El cantante descartó la mayoría pero se quedó con una pequeña secuencia que le había fascinado, en ella se utilizaba una pequeña parte de una pieza del compositor electrónico Paul Lansky, y sobre eso creó la melodía y la letra de esta canción que sonaba como nada que se hubiera hecho hasta la fecha, electrónica inteligente a medio camino entre la sala de baile y la del psicoanalista. La banda se reinventaba y Yorke lo festejaba: "Here I'm alive, everything all of the time".
There There
There There es la mejor canción de Hail To The Thief y uno de los grandes momentos de Radiohead en el Siglo XXI. La canción ve a la banda retornar a su glorioso sonido de guitarras, con Thom Yorke jugando con la distorsión en su Gibson ES-125T de 1959 y Greenwood entrando a mitad de la canción con unos arpegios en su Telecaster y luego una explosión de electricidad. Supuestamente debería ser una canción reconfortante, pero esto sigue siendo una canción de Radiohead, así que los sentimientos son encontrados: "El cielo te envió a mí ¿A mí, a mí? Somos accidentes esperando, esperando a que ocurran".
Reckoner
Una canción inolvidable que sirve para representar a mi segundo disco favorito de la banda, In Rainbows, un disco del que podrían aparecer otras maravillas como la gloriosa Nude, Jigsaw Falling into Place, House Of Cards o 15 Step. La canción comienza sobre una ágil percusión y Yorke tratando de canalizar a John Frusciante con su Gibson SG Cherry Red del 64. Luego entra un piano y el bajo de Colin Greenwood, mientras Yorke sigue sacando brillo a su bonito falsete. Entonces la canción se para, quedando solo la voz de Yorke y unas armonías vocales, entonces entra una preciosa sección orquestal arreglada por Jonny Greenwood que le da una especie de grandeza a lo Pet Sounds, luego vuelve la percusión y las cuerdas se quedan allí, es un momento verdaderamente bello y especial, dando la razón al menor de los Greenwood cuando dijo que "fue cuando grabamos 'Reckoner' cuando sentimos que habíamos conseguido algo especial".
Let Down
La cuarta canción que aparece en este listado del imprescindible OK Computer, vuelve a tener a los arpegios de O'Brien con su Rickenbacker 360 Fireglo como punto de partida, a lo largo de la canción Greenwood entra con su Starcaster del 75 en un tempo diferente al resto de la banda, logrando un contrapunto único que suena a la Velvet, aunque a nivel general la canción recuerde más al ‘Muro de Sonido’ de Phil Spector. Líricamente se quejaba de cómo somos bombardeados con sentimentalismo, haciendo que las emociones suenen falsas. Radiohead vuelven a transformar la tristeza más absoluta en algo totalmente hermoso.