La carrera de Clapton a través del sonido de sus ocho guitarras más míticas
Por Sergio Ariza
La historia de la guitarra eléctrica tiene
varias fechas señaladas en su evolución y puede que no haya otro guitarrista
que la haya protagonizado más que nuestro protagonista de hoy, Eric Clapton. Desde su aparición
con los Yardbirds, Clapton se
convirtió en el faro e iluminación de todos los guitarristas británicos posteriores
pero tampoco debería dejarse de lado su enorme influencia en los EEUU, tanto Hendrix como Duane Allman eran fans declarados,
y el resto del mundo. Si a Clapton lo deificaron joven con una Les Paul
Standard como instrumento principal, la deidad fue cambiando de sonido y de
guitarra durante los siguientes años marcando a varias generaciones con su
estilo inconfundible, uniendo en el camino mejor que nadie los mundos del blues
y el rock.
Gibson
Les Paul Standard de 1960 o 1959 'Beano Burst'
Cuando el 22 de julio apareció el disco de
Eric Clapton junto a los Bluesbreakers
de John Mayall el mundo de la
guitarra eléctrica supo que había encontrado a su Dios. El sonido, tono,
precisión e invención que desplegó Clapton en este disco era de otro mundo, su
elección de equipo tampoco pasó desapercibida, se trataba de una Les Paul
Standard de 1960 (o 1959 según otros) conectada a un amplificador Marshall. En
menos de dos años, ese sería el equipo oficial de casi todas las bandas de rock
del planeta. Su trabajo en canciones como All
Your Love, Have You Heard (¿cómo demonios pudo un crío de 21 años tocar un
solo tan enorme y tan profundo como este en 1966?), Steppin' Out o Ramblin On My
Mind es absolutamente increíble. Si Clapton no hubiera vuelto a tocar una
sola nota en su guitarra su nombre seguiría siendo reverenciado hoy por la
importancia de este disco. Se publicó bajo el título de Blues Breakers with Eric Clapton,
aprovechando el tirón del joven guitarrista entre el público pero casi nadie lo
recuerda con ese nombre. El disco ha pasado a la historia como 'Beano' por el
nombre del tebeo que sujeta Clapton en la portada del mismo. Ese mismo nombre
recibió la mítica Les Paul Standard que utilizó en el disco, una guitarra que
fue robada poco después para nunca ser encontrada (aunque hace poco Joe Bonamassa declaró haberla
encontrado).
Gibson
Les Paul Standard de 1959 'Summers Burst'
En el mismo mes en el que se publicó el disco
'Beano' Clapton anunció que se marchaba (Mayall le sustituiría por Peter Green,
demostrando tener un increíble oído para los guitarristas) para formar Cream con Jack Bruce al bajo y Ginger
Baker a la batería. Sus largas 'jams' y su pericia instrumental les
convirtieron en leyenda antes incluso de grabar nada. Pero en una de sus
primeras actuaciones alguien le robó su Les Paul. Cream iba a comenzar a grabar
su primer disco y Clapton necesitaba una Les Paul, alguien le prestó una
Standard con un Bigsby instalado y comenzó la grabación, pero el guitarrista
conocía a un amigo que también tenía una Standard del 59. Se trataba de Andy Summers, que con el tiempo
formaría parte de The Police, y como
su situación financiera no era la mejor, cedió ante los ruegos de Eric y le
vendió su querida Standard por 200 libras. Con ella Clapton terminará de grabar
Fresh Cream, usándola en canciones
como I Feel Free o Spoonful. También es, casi con toda
seguridad, la guitarra que llevaba el 30 de septiembre de 1966, el día que
Hendrix se subió a tocar con Cream Killing
Floor.
Gibson
SG Standard 'The Fool' de 1964
Decíamos al principio que Clapton era,
posiblemente, el guitarrista que más veces había marcado la evolución de la
guitarra eléctrica. Pues bien, una de las más importantes es la que viene
marcada por lo que llamó ‘woman tone’ (al que el propio Clapton describió como
“un sonido suave… más parecido a una voz
humana que a una guitarra”). Esta etapa tiene una guitarra principal, una
Gibson SG del 64 conocida como ‘The Fool’, por el grupo artístico que la pintó
de manera psicodélica, haciendo de ella una de las guitarras más reconocibles
de la historia. Es la guitarra fundamental de su etapa en Cream siendo la
protagonista del mejor disco de la banda, Disraeli Gears, con el solo de Sunshine Of Your Love como mejor
ejemplo, pero apareciendo también en Wheels
Of Fire y Goodbye, además de
infinidad de directos. Es también, casi con todo seguridad, la guitarra con la
que hizo el mítico solo de Crossroads
que aparece en Wheels Of Fire (a
pesar de que Clapton le adjudicó el mérito, erróneamente a su 335), haciendo de
ella una de las guitarras más míticas de todos los tiempos. También ha tenido
una activa vida después de Clapton, pasando por las manos de George Harrison, Jackie Lomax, Todd Rundgren, que la utilizó en su obra maestra, Something/Anything, y se la prestó a
los XTC cuando les produjo Skylarking.
Gibson
Les Paul 'Lucy' de 1957
La historia de 'Lucy', la Les Paul que Clapton
le regaló a Harrison, podría ser llevada a la gran pantalla. En origen fue una
Goldtop del 57 y su primer propietario fue John
Sebastian de los Lovin’ Spoonful.
Cuando a este se le rompió un amplificador en plena gira decidió cambiársela
por uno nuevo al guitarrista de la banda que les acompañaba, que no era otro
que Rick Derringer de los McCoys. Era 1965. Al año siguiente el
acabado en oro se había ido y la guitarra estaba bastante desgastada, así que
la llevó a la fábrica de Gibson para que la repararan. Les pidió que la
pintaran de rojo como la popular SG de la época pero no quedó satisfecho del
todo así que la vendió a una tienda de Nueva York. Pocos días después Eric
Clapton pasó por allí y la compró. En agosto de 1968 decidió regalársela a su
amigo George Harrison que decidió llamarla Lucy en honor de la pelirroja Lucille Ball. Un mes después, el 6 de
septiembre, Harrison invitó a Clapton para que tocara en While My Guitar Gently Weeps, junto al resto de los Beatles,
diciéndole "no traigas guitarra,
tengo una buena Les Paul que puedes utilizar". No es la única gran
canción en la que aparece, Harrison también puede ser visto con 'Lucy' en el
vídeo para Revolution y es también la
guitarra que utiliza en sus partes del solo de The End en Abbey Road.
Tampoco fue la última vez que Clapton la tocó, en 1973 en el concierto que le
organizó Pete Townshend en el Rainbow
Theatre el 13 de enero de 1973, fue una de las guitarras que hizo su aparición,
sirviendo de su particular regreso tras su periodo de adicción a la heroína.
Gibson
ES-335TDC de 1964
Según el propio Clapton, el guitarrista se
hizo con esta guitarra nada más salir al mercado mientras todavía estaba en los
Yardbirds. Aunque no parece claro que la tocara mucho en ese época, la guitarra
se convertiría en una de sus favoritas para el momento en el que Cream se
estaban separando, siendo utilizada en las canciones en estudio del Goodbye, en particular en Badge, una canción que incluye uno de
mis solos favoritos, uno en el que Clapton demuestra que puede decir muchas más
cosas en 30 segundos que la mayoría de guitarristas en interminables solos de
más de 10 minutos. Es la guitarra que ha acompañado a Clapton durante más años,
'Mano Lenta' la siguió utilizando hasta en conciertos en solitario de los años
90. Pero quizás es más famosa por ser la guitarra utilizada en el concierto de
despedida de Cream o en el Rock &
Roll Circus de los Stones junto
a John Lennon.
Fender
Stratocaster 'Brownie' de 1956
A pesar de estar fuertemente relacionado con
la Stratocaster, Clapton no se pasó al legendario modelo de Fender hasta
finales del 69, cuando 'Brownie' se convirtió en su principal instrumento. Su
decisión de pasarse al modelo vino cuando vio a su compañero en Blind Faith, Steve Winwood, tocar una Strato blanca, Clapton se enamoró del
instrumento e hizo de él el protagonista de su primer disco en solitario, Eric Clapton, grabado entre noviembre
del 69 y marzo del 70, con cumbres como Let
It Rain, uno de esos casos en los que Clapton es capaz de ponerte los pelos
de punta. La guitarra le acompañó hasta en la portada del mismo pero lo mejor
estaba por llegar. Y es que Clapton había caído completamente enamorado de la
mujer de su mejor amigo, que no era otra que Pattie Harrison. Su historia terminó en la cama pero Pattie volvió
con George y Eric se marchó a EEUU a grabar el disco más importante de su
carrera, uno en el que iba a transformar su corazón roto en notas de guitarra
para la mujer que amaba. Para colmo la casualidad puso a Duane Allman y su Les
Paul a su servicio y las dos guitarras más míticas de la historia, la Strato y
la Les Paul, se complementaron a la perfección en uno de los discos
fundamentales de la historia, Layla & Other Assorted Love Songs,
en el que 'Brownie' vuelve a aparecer como protagonista absoluta de la
contraportada. Si pudiera elegir entre todas las guitarras de Clapton, esta
sería la elegida.
Fender
Stratocaster 'Blackie' de 1956/57
La guitarra más utilizada por Eric Clapton en
su carrera. Sus orígenes son conocidos, en 1970 Clapton adquirió seis
Stratocasters nuevas, por unos 200 o 300 dólares cada una, regalando una a
George Harrison, otra a Steve Winwood y otra a Pete Townshend, mientras que con
las mejores partes de las otras tres (de los años 56 y 57) el lutier Ted Newman Jones creaba a ‘Blackie’, un
híbrido llamado así por su acabado en negro. Sería su guitarra principal desde
el 13 de enero de 1973, fecha del famoso concierto en el Rainbow Theatre, hasta
que decidió retirarla en 1985, con ella grabaría canciones como Cocaine, I Shot The Sheriff, Wonderful
Tonight o Lay Down Sally, además
de aparecer con ella en El Último Vals de The Band y en infinidad de conciertos.
La guitarra más famosa de su carrera y una de las más caras de todos los
tiempos, siendo vendida por casi un millón de dólares.
Martin
& Co. 000-42 de 1939
La década de los 80 no fue una buena época
para un Clapton cada vez más lejos de su esplendor. A principios de los 90
pocos daban un duro por el futuro de la leyenda de la guitarra pero la
aparición en 1992 del MTV Unplugged
supuso el segundo renacer de su carrera. Con una inspirada versión de Layla como carta ganadora Clapton
demostraba que era un maestro de la guitarra acústica, además de la eléctrica.
Aquella legendaria actuación la hizo con una Martin 000-42 que en 2004 se
convertía en la guitarra acústica más cara jamás vendida hasta esa fecha,
cuando lo hizo por 791.500 dólares.