¿Qué esperarías del guitarra solista del grupo más famoso del mundo? ¿Un virtuoso? ¿Un maestro de técnica y géneros? Quizás…  

Pero George Harrison era otra cosa. Su guitarra nunca fue la protagonista absoluta de la música de The Beatles como sí lo fue la de Keith Richards para los Rolling Stones, la de Pete Townshend para The Who o, una década después, la de Brian May para Queen. Quizás porqué Harrison nunca fue protagonista o tan protagonista como Lennon y McCartney. No era un virtuoso de las seis cuerdas, pero su guitarra era la única que hubiera podido encajar en ese cuarteto tan complicado como asombroso.     

Fue autor de piezas como Something, Here Comes The Sun, While My Guitar Gently Weeps, canciones que reflejan su sensibilidad para la melodía y composición armónica. Pero también fue capaz de sacar su sonido más ácido –muy ‘años 60’– en otras como Sgt. Pepper’s… o en el solo de Taxman (otra pieza firmada por él).     

Por sus manos han pasado guitarras de todo tipo y marca (y todas enchufadas principalmente a sus amplificadores Vox): Gibson, Fender, Epiphone… pero su imagen, sobretodo en su época beatle, está ligada a las Rickenbacker de 12 cuerdas y, sobretodo, a las míticas Gretsch –empresa fundada en Estados Unidos en 1883 por el inmigrante alemán Friederich Gretsch y cuyas piezas fueron popularizadas durante los años 50 por Chet Atkins–. Harrison también contribuyó a otra etapa afortunada de la marca, a principios de los ’60, cuando apareció con una Gretsch Country Gentleman colgada del hombro, durante la famosa primera aparición americana de los Fab Four en el Ed Sullivan Show (el 9 de Febrero de 1964), delante de una audiencia estimada de 73 millones de espectadores.     

George Harrison era la guitarra esencial: en sus composiciones no sobra –ni falta– una sola nota. Su estilo fluido, pero medido hasta el último traste, refleja su enorme versatilidad y su sólida preparación: country, jazz, blues, rock’n’roll y, por supuesto, el rockabilly (no es ningún secreto que Carl Perkins fue para él una gran influencia). A lo largo de su carrera, con The Beatles, en solitario, con los Travelling Wilburys o durante las mil y una jams que le vieron pisar los escenarios del mundo entero y siempre en buena compañía, George Harrison nos ha mostrado todos sus trucos. En nuestras manos está lo de aprender de un gran maestro, el beatle tranquilo, que ha regalado al mundo de la música mucho más de lo que se le ha reconocido.