Un repaso a la carrera de los Clash a través de sus discos de estudio

Por Sergio Ariza

Los Clash fueron una de las más importantes bandas punk surgidas en Inglaterra, pero su carrera se convirtió en icónica porque supieron deshacerse de las restricciones del género y abrirse a otras músicas. Su influencia fue tal que durante su corta trayectoria eran conocidos, entre seguidores y críticos, como "la única banda que importa". Su dupla compositora, con las combativas letras de Joe Strummer sobre las melodías de Mick Jones, fue una de las mejores de la historia, dejando tras de sí un reguero de clásicos. Desde los disturbios del 77 a la agridulce separación de 1985, pasando por el nuevo testamento del rock, este es nuestro repaso a los seis discos de estudio de la banda: 

The Clash (1977)
 

Joe Strummer y Mick Jones vieron el futuro del rock'n'roll en un grupo que cantaba "No hay futuro". Tras descubrir a los Sex Pistols, supieron que el punk era la mejor medicina para volver a encender la llama del rock & roll más rebelde y dar un toque de atención a unas estrellas que estaban anquilosadas en sus propios excesos. Su carrera, una vez que se juntaron fue vertiginosa, en julio del 76 dieron su primer concierto como teloneros de, no podía ser de otra forma, los Pistols. En enero la CBS les fichó por la fantástica cifra de 100.000 libras (un momento que los más ortodoxos del movimiento vieron como "el día en el que el punk murió") en marzo apareció su primer sencillo, la vertiginosa White Riot, y al mes siguiente apareció su disco de debut, adelantándose siete meses al Never Mind The Bollocks de los de Johnny Rotten. El disco les confirmaba como las cabezas pensantes del movimiento, convirtiéndose en los rebeldes con causa del punk. The Clash es uno de los mejores ejemplos de la fiereza del género, lleno de himnos militantes y vitamínicos como Janie Jones, White Riot, Remote Control, I'm So Bored With The USA o Career Opportunities. Es un disco sin fallo que no deja respiro pero, ya desde estos momentos tempranos, se puede ver que los Clash van forjando su camino con una musicalidad más amplia que la de la mayoría de los grupos punk, sin que les preocupe mostrar lo mucho que les gusta el rock and roll de los 50 o el reggae con la inclusión de la versión del Police & Thieves de Junior Murvin. Una canción que llevaría la influencia jamaicana a infinidad de grupos y que haría que el propio Bob Marley citara a la banda favorablemente en la expresiva Punky Reggae Party. Para este disco Mick Jones enchufó su Les Paul Junior Double Cutaway (una guitarra que se había comprado por Johnny Thunders), con una única pastilla P-90, a un Ampeg V4 y pantallas 4×12, su interacción con los expresivos ritmos de la Telecaster de Strummer es una de las señas de identidad del género y sus solos, como el de London's Burning, fueron los responsables de poner el rock en el punk.
   

Siendo un repaso a la discografía de la banda no puedo dejar de recomendar que además de hacerse con la versión original, publicada en el Reino Unido en 1977, se busque la versión estadounidense del disco, publicada en julio del 79, que quitaba cuatro canciones pero metía algunos de los mejores sencillos de la banda como Complete Control, de 1977, (White Man) In Hammersmith Palais, Clash City Rockers y Jail Guitar Doors de 1978, y su versión del I Fought the Law de 1979. Claro que también se puede optar por uno de sus recopilatorios de sencillos y deleitarse con otras canciones como Bankrobber o This Is Radio Clash.
     

       

Give 'Em Enough Rope (1978)
 

El disco más clásico de la banda, un sonido más rock, cortesía del productor, Sandy Pearlman, y de la nueva guitarra de Mick Jones, nada más y nada menos que una Les Paul Standard del 58. Fue en este disco donde los Clash comenzaron a dejar claro que para ellos el punk era más una actitud que una simplista concepción musical, las influencias más clásicas se mezclan con trallazos como Tommy Gun, uno de sus mejores sencillos, y Cheapskates, con un Jones enfervorecido en la guitarra. Si quieren saber lo que es el rock & roll, escuchen atentamente al momento en el que reacciona al "What we supposed to do?", canalizando a Chuck Berry en el solo. La enorme influencia del guitarrista principal también se nota en la inclusión de una de las mejores canciones cantadas en solitario por él, Stay Free, un emocionante recuerdo de sus andanzas con su amigo de la infancia, Robin Banks, que estuvo un tiempo en la cárcel. Su Les Paul enchufada a un Mesa/Boogie Mark 1 parece tan emocionada como los demás cuando Jones canta eso de "But go easy...step lightly...stay free" y responde con uno de los mejores momentos de su carrera. Y es que Give 'Em Enough Rope es el disco más infravalorado de su carrera, una bomba de relojería que se abre con la imparable Safe European Home, sobre el viaje a Jamaica de Strummer y Jones a finales del 77, y contiene joyas como las mencionadas o las maravillosas Julie's Been Working For The Drug Squad, con Allen Lanier de los Blue Öyster Cult luciéndose al piano, Last Gang In Town, los toques folk, pasados al punk, de English Civil War o el homenaje a Mott the Hoople en All The Young Punks.
       

         

London Calling (1979)
 

Para 1979 la fórmula punk se acababa y el género se ahogaba en sus propios postulados, tras la primera ola de 1977 se había separado el grano de la paja. Muchos grupos punk no tenían la calidad suficiente para tener una carrera (algunos ni siquiera para un single) pero los Clash habían demostrado que eran harina de otro costal. La banda era el grupo más comprometido de su generación (para algunos el único comprometido) y siempre habían entendido que la importancia del punk residía en la actitud y no en las canciones simples de tres acordes. Nina Simone podía ser punk y Bob Marley también. Con London Calling se acabaron los prejuicios y Strummer y Jones decidieron que Jimmy Jazz, una canción con aires de big band, o Brand new cadillac, un rock and roll de Vince Taylor, podían ser tan válidas como White Riot. Ya no era 1977 y hasta los Stones se habían visto rejuvenecidos por el movimiento y habían sacado su particular disco reacción, Some Girls.
    

Grabaron el disco durante un par de meses, con Jones y Strummer como compositores principales de las 19 canciones pero con Paul Simmonon, el bajista del grupo, estrenándose en este apartado con una de las piezas fundamentales del disco, la combativa Guns of Brixton, un dub reggae con el que también se estrenaba como cantante principal. A pesar de ser un disco doble, a London Calling no le sobra ni un solo segundo, desde el momento en el que la Telecaster de Strummer y la Las Paul Custom de Jones comienzan a martillear los acordes de la canción que da título al disco, hasta el momento en el que se cierra con la efervescente Train In Vain, el disco no falla en ningún solo momento. Aquí está el homenaje de Strummer al bando perdedor de la Guerra Civil española en Spanish Bombs, el reggae de Rudie Can´t Fail y Revolution Rock, el ska de Wrong 'Em Boyo, el guiño a Bo Diddley de Hateful, los imparables vientos de The Right Profile, la explosiva Clampdown, el coreable estribillo de Death Or Glory o las buenas vibraciones de Lover's Rock. El disco vio la luz en diciembre de 1979 en Inglaterra pero en EEUU no salió hasta enero de 1980, lo que llevó a la revista Rolling Stone a declararlo como el disco más importante de los años 80, algo que no suena nada exagerado. Pero más allá de sus múltiples reconocimientos y de su influencia, London Calling convirtió a los Clash en la banda más influyente de su época, la mezcla de punk, reggae, ska, soul, pop y rock dio paso a que muchos grupos se librasen de sus inhibiciones y volasen libres. El disco, cuya portada imitaba la del primer disco de Elvis Presley, iba a llamarse El Nuevo Testamento pero la compañía lo rechazó. Una pena porque el título le iba como anillo al dedo, siendo un nuevo comienzo para la música rock en el que todo estaba permitido, siempre y cuando hubiese algo que decir (y Joe Strummer siempre tuvo muchas cosas que decir).
       

         

Sandinista! (1980)
 

¿Qué se hace cuando has sacado uno de los mejores discos dobles de la historia? Joe Strummer y los suyos lo tenían claro, sacar un triple. Sandinista! tiene dos problemas, el primero es que fue la continuación la gran obra maestra de los Clash, London Calling, el segundo que esta vez sí que había relleno, que este triple se podía haber quedado perfectamente en un doble. Eso sí, los Clash lo pusieron todo para superarse a sí mismos, Strummer y Jones se lanzaron sin red con un disco en el que se suceden los experimentos con el dub, el rap, el reggae, el funk, el calypso y cualquier cosa que se les pasase por la cabeza. Puede que el mundo no necesitase una versión de Career Opportunities cantada por los hijos del teclista Mickey Gallagher, pero cualquier disco con una versión tan sobresaliente como Police On My Back (a la altura del mítico I Fought The Law), los ecos jamaicanos de Junco Partner, el funk blanco de The Magnificent Seven, el homenaje a la Motown de Hitsville UK, el rockabilly de The Leader, el disco reggae de The Call Up, el genial riff de Up in Heaven (Not Only Here), la irresistible Something About England, el reggae de Corner Soul, el góspel de Sound Of Sinners o la reivindicativa Washington Bullets, con marimba incluida, es un gran disco.
       

         

Combat Rock (1982)
 

El último disco de los Clash con Mick Jones todavía en sus filas debió ser el disco de despedida de la banda. De haberlo sido se habrían retirado con un disco notable en el que se encontraban tres de las mejores canciones de su carrera, Should I Stay Or Should I Go, Rock The Casbah y Straight To Hell, una canción sobre los hijos mestizos que los soldados estadounidenses dejaron en Vietnam y cuyo icónico inicio instrumental sería la fundación de una de las mejores canciones del Siglo XXI, el Paper Planes de M.I.A. Combat Rock se convirtió en el disco más exitoso de su carrera, siendo número 2 en el Reino Unido y 7 en EEUU, e hizo de ellos estrellas a ambos lados del Atlántico. Y es que el disco no se quedaba en su trío de ases, comenzaba con Strummer gritando "This is a public service announcement with guitar" en Know Your Rights y contenía cosas como Car Jamming, una especie de Bo Diddley beat pasado por reggae con una excelente interpretación por parte de Strummer. También estaba Red Angel Dragnet, cantada por Simonon, otro dub jamaicano en el estilo de su Guns Of Brixton. Overpowered By Funk les veía totalmente fascinados por la música negra actual, una de las canciones en las que se puede ver el acercamiento de Jones a la naciente escena hip hop de Nueva York, un funk nuevaolero que les emparentaba con los Talking Heads. Atom Tan demuestra, una vez más, lo bien que combinan las voces de Strummer y Jones, mientras que en Sean Flynn vuelven sobre Vietnam, la sombra de Apocalypse Now era alargada, hablando de la desaparición del fotógrafo Sean Flynn, hijo del famoso actor Errol, la canción cuenta con un gran solo de saxo a cargo de Gary Barnacle. En Ghetto Defendant aparece el poeta Allen Ginsberg, y musicalmente se les vuelve a ver fascinados por el dub jamaicano. Y encima lo finalizan con la extraña Death Is A Star, una especie de canción jazz de los años 20 que no hubiera sonado fuera de lugar en la banda sonora de una película de cine negro.
       

         

Cut The Crap (1985)
 

Y llegamos al bajón final, un disco mal producido y poco inspirado en el que se notaba demasiado la ausencia de Jones, y en el que el sonido ochentero se comía a la banda, con la voz de Strummer enterrada en la edición final. Aun así, esto son los Clash y, por lo menos, había tres buenas canciones en el mismo, The Dirty Punk, una especie de vuelta a los tiempos de White Riot, This Is England, la última gran canción de los Clash, en palabras del propio Strummer, y Three Card Trick, donde volvían al reggae (aunque la batería programada de esta canción sea un crimen). Pero tampoco es suficiente para salvar a Cut The Crap del naufragio. Una pena que la discografía de uno de los mejores grupos de todos los tiempos acabe de semejante manera, así que es mejor recomendar un cierre más adecuado, el Streetcore de Joe Strummer & The Mescaleros, el disco que se publicó tras la muerte de Strummer, en 2003, recuperando las esencias de la época dorada de la banda que lideró brillantemente.
       

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© Massimo D'Angelo