Brian Robertson, guitarra armonizada

Por Sergio Ariza

Es curioso que este guitarrista enamorado de Peter Green y B.B. King, acabara marcando para siempre el sonido de todas las bandas heavies y metal de los 80. Puede que Brian Robertson no sea un nombre conocido para el gran público pero no hubo una sola banda de hard rock en los 80 que no estuviera influida por el sonido de su guitarra armonizada junto a su compañero Scott Gorham en Thin Lizzy. Y es que este hombre que sustituyó a Gary Moore en la banda y fue reemplazado por él cuatro años más tarde, fue el complemento perfecto de las canciones de Phil Lynott en la época dorada de la banda.    

Robertson nació en Escocia un 12 de febrero de 1956, desde joven se interesó por la música, llegando a estudiar chelo y piano clásico durante ocho años, hasta que su hermano, que no podía tocar tan bien como él, se pasó a la guitarra. Brian le siguió al poco y volvió a superarle fácilmente, con lo que éste se pasó al bajo y comenzaron una banda.     

      

A sus 18 años ya era todo un veterano a la hora de patearse garitos y acababa de hacerse con la guitarra que marcaría su carrera, una Les Paul Deluxe del 73. Era 1974 y Thin Lizzy, una banda que había cosechado un gran éxito el año anterior con Whiskey In The Jar, se acababa de quedar sin guitarrista por segunda vez en cuatro meses. A principios de año, el guitarrista de Whiskey In The Jar, Eric Bell, se había marchado y su reemplazo, Gary Moore, buen amigo de Phil Lynott, el bajista, cantante y líder de la banda, le imitó poco después para marcharse con Colosseum.
    

Lynott decidió que no quería que un guitarrista le volviera a dejar tirado, así que buscó reemplazo doble para Moore y fue así como Robertson y el californiano Scott Gorham entraron en la banda. Lo primero que hicieron fue grabar Nightlife, el cuarto disco de la banda, Robertson, a pesar de su corta edad, era el mejor guitarrista de los dos en ese momento, así que fue a él al que Lynott le pidió que regrabara el solo que había dejado Moore en una de sus mejores canciones, Still In Love With You. Pero Robertson, que había pasado a ser apodado Robbo por Lynott para diferenciarle del batería Brian Downey, se negó. El solo de Moore era insuperable.
    

Su segundo trabajo como cuarteto, Fighting, ya enseñaría al mundo el nuevo sonido de la banda, con las Les Paul de Robertson y Gorham armonizando y creando su maravilloso sonido de ‘guitarras gemelas’, algo que ya se puede apreciar en For Those Who Love to Live o Wild One. Ya habían encontrado su sonido característico y al año siguiente lo completarían con las mejores canciones de su carrera. Gemas como Jailbreak, Emerald, Running Back, Romeo and the Lonely Girl o The Boys Are Back in Town, con las que deleitarse con el maravilloso doble ataque de Robertson y Gorham, además el primero se convierte en el faro de Kirk Hammett con su solo cargado de wah en Warriors.
       

       

Jailbreak
se convirtió en un éxito en Reino Unido y les abrió las puertas de EEUU donde The Boys Are Back in Town se convirtió en un éxito, pero en medio de la gira tuvieron que darse la vuelta por culpa de una hepatitis de Lynott. De vuelta a casa se volvieron a meter en el estudio y antes de que acabara 1976 apareció su segundo disco del año, Johnny the Fox.
     

El solo con wah de Robertson en Johnny abría con fuerza la continuación de su obra maestra, puede que estuviera por debajo de Jailbreak pero dejaba ver a una banda en lo más alto de sus poderes, era el momento de conquistar América y Lynott, que llevaba soñando con la tierra prometida desde que comenzó con la banda, ya lo tocaba con los dedos de la mano. Es divertido jugar a los "y si" pero tampoco lo sabremos nunca, lo que sí que es evidente es que el futuro de Thin Lizzy podría haber sido muy distinto si Robbo no se hubiera metido en una sangrienta pelea la noche antes de comenzar su nueva gira por EEUU. La banda ya había tenido que cancelar la anterior, así que ahora no podían fallar, el éxito de The Boys Are Back In Town todavía era reciente y Jailbreak seguía coleando en las listas. Thin Lizzy podría haber tenido el éxito de AC/DC o no, pero lo que está claro es que no tuvieron ni la oportunidad de buscárselo.
       

       

Tenían una oportunidad de oro, pero Robbo decidió seguir emulando a su líder hasta el final, si Lynott bebía como un cosaco, él también, si Lynott fumaba como un carretero, él también, y si Lynott se metía en innumerables peleas, él también, así que cuando en la noche del 23 de noviembre de 1976 se subió a tocar borracho con Gonzalez, una banda funk, en el Speakeasy ya debía saber que nada bueno iba a salir de aquello. Sobre todo cuando su amigo, y compatriota escocés, Frankie Miller, todavía más borracho que él también intentó alcanzar el escenario. El guitarrista de la banda se lo tomó como un insulto, rompió una botella y se dirigió hacia él para rajarle la cara, pero Robbo se interpuso y acabó con la mano desgarrada, dos tendones cortados y el futuro de Thin Lizzy en el aire. Antes de que le llevaran al hospital le dio tiempo a dejar por los suelos a otros tres tíos pero hasta él mismo era consciente de que Lynott no le iba a dar una palmada en la espalda, sino todo lo contrario, sabía que su futuro en la banda se había terminado.
     

Lynott se quedó lívido cuando le llamaron para comunicárselo, Robbo estaba fuera y Lizzy tuvo que volver a pedir a Moore que volviera, eso sí la gira americana volvió a trastocarse y los promotores de allí tomaron nota de una banda demasiado conflictiva como para invertir en ellos, aun así consiguieron tocar varias fechas con Queen a comienzos de 1977. Los de Freddy Mercury todavía recordaban con gozo su gira junto a Mott The Hoople, así que decidieron apostar por los Lizzy como teloneros, ya que eran una de sus bandas favoritas.
 Robertson, por su parte, recibió todavía peores noticias, no podría volver a tocar la guitarra, pero el guitarrista era igual de cabezón para lo bueno como para lo malo, así que con la mano dolorida volvió a coger la guitarra, al poco tiempo estaba de vuelta en el hospital con la herida abierta, algo que se repetiría varias veces. Aquello dolía como si le arrancasen una muela sin anestesia, pero más le dolía no volver a tocar.       

      

Increíblemente fue a ver los Lizzy, con Moore nuevamente en sus filas y Lynott, Moore y Gorham le pidieron que subiera con ellos. La mano todavía no estaba bien pero Robertson no quiso volver a defraudar a Lynott, fue el día más doloroso que recuerda, también uno de los mejores. El bajista le pidió a Moore que se quedara con ellos pero el guitarrista volvió a marcharse, fue así como en mayo de ese año entraron en el estudio a grabar Bad Reputation como un trío, Lynott veía a Gorham más que capacitado para encargarse de las guitarras él solo en el disco. Pero una cosa era el estudio y otra el directo, Gorham sabía que el sonido que había conseguido con Robertson era parte del ADN de la banda, así que dejó dos canciones del mismo sin solos de guitarra y le pidió a Lynott que llamara a su colega a Toronto. Lynott aceptó a regañadientes y Robertson voló a Canadá para grabar los solos de Opium Trail y Killer Without a Cause, al poco de llegar el sonido de las 'Twin Guitars' volvía a brillar en That Woman's Gonna Break Your Heart, Robertson y Gorham seguían siendo la dupla perfecta.
     

El disco era otro de los mejores de Lizzy pero el volcánico comportamiento de Robbo no había cambiado y las peleas con Lynott eran frecuentes. Aun así le dio tiempo a salir de gira con ellos otra vez, a pesar de que el bajista le dejó fuera de la foto de portada de Bad Reputation, y Lizzy volvió a tocar como en los mejores tiempos. Robertson alternaba entre su querida Deluxe del 73 y una Les Paul Standard de 1960. De aquella gira saldrían las grabaciones del disco más famoso de la carrera de los Lizzy, Live And Dangerous, una especie de grandes éxitos en directo. Todavía se discute sobre cuánta cantidad del mismo es en directo y cuanto es en estudio, de lo que no hay discusión posible es de la enorme calidad del mismo.
     

Robertson pudo, por fin, quitarse la espinita de Still in Love with You, grabando un solo que, esta vez sí, superaba al de Moore en la original. Eso sí, este fue el final definitivo, a pesar del enorme éxito del disco, la relación entre Robertson y Lynott nunca se recuperó y tras una discusión encendida en Ibiza, Robbo hizo las maletas de manera definitiva. Lynott volvió a tirar de Moore quien, a la tercera, acabaría grabando un disco con la banda, el excelente Black Rose: A Rock Legend, posiblemente su segunda obra maestra, tras Jailbreak, mientras que Robertson llamaba a su compatriota Jimmy Bain, ex bajista de Rainbow, para formar Wild Horses.
       

       

Tras un par de discos no demasiado memorables, aunque Lynott y Gorham le echaron una pequeña mano, Robertson era un gran guitarrista pero un compositor no especialmente dotado, la banda se separó en 1982 y Robertson se marchó a Canadá para grabar su primer disco en solitario cuando recibió una llamada de otro volcánico bajista/cantante. Se trataba del mismísimo Lemmy, "Fast" Eddie Clarke acababa de abandonar Motörhead y tanto él como, sobre todo, el batería Phil "Philthy Animal" Taylor eran grandísimos fans de Thin Lizzy.
    

Al final Robertson les dijo que sí y completó aquella gira además de grabar un disco con la banda, Another Perfect Day. Es el disco que mejor suena pero es el más alejado de lo que es Motörhead, igual que Robertson era peor guitarrista que Moore pero mucho mejor para Thin Lizzy, Robertson era mucho mejor guitarrista que “Fast” Eddie Clarke pero éste era el guitarrista perfecto para Motörhead. Bajar el tempo y meter acordes menores no iban con la velocidad vertiginosa a la que vivía (y bebía) Lemmy.   
    

Aun así, es un disco a reivindicar, eso sí, si musicalmente Robertson no era lo más adecuado no digamos ya a nivel estético. Mientras que Lemmy y Philthy Animal seguían con sus pintas de animales del rock & roll, Robertson se subía a tocar en pantalones cortos y zapatillas de ballet. Como diría más tarde Lemmy “asumámoslo, zapatillas de ballet y Motörhead no mezclan muy bien”.
       

       

Tampoco lo hacía el hecho de que Robertson se negara a tocar los grandes clásicos de la banda, lo que hizo que el público se pusiera totalmente en su contra. Al final Robertson se marchó de la banda, con el tiempo canciones como Dancing on your Grave, Shine y One Track Mind se han convertido en pequeños clásicos de la banda. Su último concierto con Motörhead fue el 11 de noviembre de 1983 en Berlín, pero antes también había tenido tiempo de despedirse de la banda a la que siempre estará ligado.     

El 12 de marzo de 1983, durante su gira de despedida, Thin Lizzy tocó en el Hammersmith Odeon de Londres y Lynott decidió que era el momento de hacer las paces con los guitarristas que habían marcado a su banda, así que Robertson se volvió a subir al escenario y las 'Twin Guitars' tuvieron la despedida que se merecían, tocando con ellos Emerald, Rosalie y Baby Drives Me Crazy, luego se subió al escenario Gary Moore y tocó Still in Love With You y Róisín Dubh (Black Rose): A Rock Legend, y, por último, le tocó el turno al primer guitarrista de la banda, Eric Bell, que tocó Whiskey In The Jar. Para cerrar el círculo, los tres, Robertson, Moore y Bell, se unieron a la banda para cerrar con The Rocker.
     

Los Lizzy darían su último concierto el 3 de septiembre en Nuremberg, dentro del festival Monsters Of Rock, ese día también estaba presente Brian Robertson, que tocó con Motörhead. Seguro que tuvo tiempo para volver a darle vueltas a todo lo que había pasado y, casi con toda probabilidad, sintió que se estaba subiendo al escenario con la banda equivocada...      

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