Siguiendo la racha

Por Sergio Ariza

Jason Isbell es uno de los más respetados artistas dentro del country alternativo, sobre todo desde que abandonó la bebida y publicó el excelente Southeastern en 2013. Desde entonces ha lanzado los también notables Something More Than Free en 2015 y The Nashville Sound, publicado dos años más tarde, junto a su banda 400 Unit. Ahora la racha continúa con este Reunions en el que le vuelve a estar acompañado por 400 Unit, por cuarta vez en su carrera.     

       

Isbell vuelve a demostrar una sinceridad completa en sus letras, moviéndose en temas totalmente personales, como mantenerse sobrio, su matrimonio con su compañera de banda Amanda Shires o el nacimiento de su hija, y desarrollando otros a partir de ellos. Musicalmente sigue encontrando un hueco entre los grandes del género, aunque esta vez suena por momentos más rock, recordando a su etapa como miembro de los Drive-By-Truckers, gracias al apoyo de la 400 Unit, compuesta por Shires, al fiddle y la segunda voz, Derry deBorja, al teclado, Chad Gamble en la batería, Jimbo Hart en el bajo y Sadler Vaden a la guitarra.
       

El disco se abre con What I've Done To Help, donde probablemente utilice su Martin D18, de la que tiene modelo propio. Es un tema calmado con una excelente interpretación por parte de la banda, atentos al bajo de Hart y al slide que comienza a sobresalir al final. En la canción Isbell se pregunta por lo que ha hecho para ayudar y desde aquí podríamos decir que es algo que no se pregunta a la ligera. Ya que, cuando el disco salió en medio de la pandemia, Isbell decidió venderlo exclusivamente en tiendas independientes para ayudar a estas. Además añadió, en las primeras copias, un autógrafo sobre una impresión de su guitarra más mítica, la Les Paul del 59 'Red Eye’, que había pertenecido a Ed King, ex Lynyrd Skynyrd.
     

       

El disco se sigue moviendo por terrenos calmados con Dreamsicle, un suspiro agridulce sobre recuerdos de infancia, luego llega la que probablemente sea la mejor canción de todo el disco, Only Children, una maravilla de tono sombrío sobre una pareja de jóvenes aspirantes a artistas con una letra cuidadosamente construida y una melodía inolvidable: "Hidrocodona en tu mochila, tal vez estas palabras detengan a la bestia, ¿Y me leerás lo que escribiste? Lo que dije que le robaste a Dylan, estábamos excitados, éramos unos niños".
       

Overseas
comienza con la Stratocaster Sunburst del 60 de Isbell tomando todo el protagonismo, es un comienzo que podría haber aparecido en alguna de las maravillas que hizo con los Drive-By-Truckers, recordando que el rock sureño es parte de su bagaje también. A pesar de todo un sentimiento de melancolía sigue impregnándolo todo. En Running with Our Eyes Closed hay ecos del Springsteen de Tunnel Of Love, aunque también se podría hablar de los Dire Straits de Brothers In Arms. Be Afraid es otro de los momentos más destacados, es una reacción contra esos paisanos del Sur que comenzaron a gritar "¡Cállate y canta!" cuando comenzó a expresar sus opiniones políticas en alto. Es una canción llena de rabia, pero de rabia liberadora: "Y no aceptamos peticiones, no nos callaremos y cantaremos, si cuentas la verdad lo suficiente encuentras que rima con todo". En el video de su grabación encontramos otras dos armas de su tremendo arsenal guitarrístico, una Gretsch 6131 Firebird y una Telecaster del 65.
     

       

El disco se cierra con otras dos preciosidades, primero llega It Gets Easier, una reflexión sobre la abstinencia del alcohol, "anoche soñé que había estado bebiendo, tomé un vaso de vino y me desperté sintiéndome bien. Así es como supe que era un sueño". El estribillo es arrebatador mientras deja claro su mensaje: "Se hace más fácil pero nunca se vuelve fácil". La banda vuelve a brillar en otro de los temas más rock del disco, con un excelente trabajo a las seis cuerdas. Por último llega Letting You Go, una canción que musicalmente le acerca a los grandes compositores del género, gente como Townes Van Zandt y John Prine. La pedal steel le da el aire más country del disco, algo que casa bien con esa letra en la que un padre tiene que hacerse a un lado para que su hija encuentre la felicidad en otro lado.
        

Reunions
vuelve a demostrar que Isbell es uno de los grandes del country alternativo, uno de los hombres que mejor sigue destilando los sabores de la América más apegada a sus raíces, a su música más profunda y espiritual, pero como los grandes compositores, lo hace convirtiendo cada canción en algo propio y personal.
      

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