Rugiendo desde el borde de la extinción

Por Sergio Ariza

En tiempos de crisis es bueno aferrarse a algo conocido, algo que se sabe que es fiable, durable y que no te puede fallar, eso es lo que ofrece Power Up, la esencia destilada de AC/DC al 100 %, una banda a la que ni el peor año que se recuerda, ni las peores circunstancias de su historia han podido detener.  

   

Y eso que la cosa no pintaba nada bien, desde la aparición del lejano Rock Or Bust, publicado en 2014, AC/DC ha estado a punto de la extinción en varias ocasiones, ese mismo año uno de sus dos principales compositores, Malcolm Young, se retiraba del grupo por culpa de la maldita demencia, el batería Phil Rudd se metía en una espiral de problemas judiciales que casi dan con sus huesos en la cárcel tras ser condenado por amenazas de muerte, Brian Johnson se tenía que retirar también por problemas de audición, siendo sustituido por Axl Rose, y Cliff Williams dejaba el grupo en medio de la gira de 2016…
     

El remate definitivo llegó en 2017 con la muerte de Malcolm, presumiblemente fue entonces cuando Angus Young decidió que la banda no se podía despedir así y que si 40 años antes se habían podido reponer de la devastadora muerte de Bon Scott con su mejor disco, Back In Black, ahora su hermano se merecía un homenaje similar, así que buscó entre las ideas conjuntas que ya tenían planeadas hasta encontrar 12 himnos de los que Malcolm estuviera orgulloso y poco a poco el resto de componentes fue volviendo a la alineación, para sustituir al irreemplazable Malcolm, nadie mejor que su propio sobrino, Stevie Young, que ha heredado varias de las Gretsch Jet Firebirds de su tío.
    

     

El disco se abre por todo lo alto con Realize, una clara heredera de Thunderstruck, y es que Angus sigue pensando que la mejor canción de AC/DC es la que suena a AC/DC, algo que compartía con su hermano Malcolm, con el que descartaba cualquier cosa que no sonara a ellos mismos. Y es que para hacer una canción como los Stones, los Ramones o AC/DC no hay nadie mejor que ellos mismos. Rejection y Shot In The Dark siguen por el mismo camino, riffs marca de la casa y una fuerza descomunal impropia de una banda que lleva más de 45 años encima de las tablas.
     

Through The Mists Of Time
, que sería un bombazo para la mayoría de bandas de rock actual, es posiblemente lo más sentido que haya hecho jamás la banda, quitando por un momento el pie del acelerador para recordar a los caídos a través de las brumas del tiempo. Pero la amenazante voz de Johnson ya nos avisa desde el principio de Kick You When You're Down que ha sido simplemente un pequeño respiro.
    

    

Witch's Spell
es otro trallazo a la yugular con la que vuelven a desafiar al paso del tiempo, recordando a Shoot To Thrill, igual que Demon Fire viene en línea directa de Whole Lotta Rosie. Por si alguien tenía alguna duda, Angus sigue tocando tan bien como siempre, valgan como ejemplo todas y cada una de las doce canciones que componen este disco.
     

Puede que el mundo y la banda estuvieran hechos una porquería pero el mensaje de Angus y los suyos es claro, nadie se va a poner a llorar sino que van a seguir siendo ellos mismos hasta el final, o lo que es lo mismo una de las putas bandas de rock & roll más grandes de todos los tiempos, y cuando vienen mal dadas lo que AC/DC hace es subir los amplis hasta el 11 y prepararse para la tempestad a pecho descubierto, riffs esculturales, una voz rasgada que corta como lija y Angus poniendo la guinda con su SG soltando chispas como si siguiera siendo adolescente y no un sesentón vestido de colegial. Es una largo camino a la cima en esto del rock & roll, pero es mucho más difícil lo que han conseguido ellos, mantenerse ahí con dignidad.   

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