Sueños enterrados bajo tierra

Por Paul Rigg

El 5 de abril de 2010, en el condado de Raleigh, Virginia Occidental, una fuga de metano de una veta de carbón en una de las minas de Massey Energy, conocida como Upper Big Branch, provocó un gran incendio y luego explotó, matando a 29 mineros. Se descubrió que la empresa había violado sistemáticamente los procedimientos de seguridad y el jefe, Don Blankenship, fue encarcelado como resultado.  

Años más tarde, los escritores Jessica Blank y Erik Jensen le pidieron a Steve Earle que escribiera canciones sobre el desastre para una obra de teatro que estaban montando, llamada Coal Country. Este es el contexto del nuevo disco de Steve Earle & The Dukes, Ghosts Of West Virginia (22 de mayo de 2020; New West Records), que algunos han descrito como una obra maestra.
 

  

Ciertamente, el activista de izquierda Earle tenía un desafío entre manos, ya que el 68% del electorado de Virginia Occidental votó por Donald Trump en las elecciones de 2016, por lo que su ángulo normal sobre "la gente trabajadora ordinaria fracasada por el capitalismo sin corazón" tenía que ser abordado cuidadosamente. De hecho, Earle logra hábilmente este objetivo al no referirse directamente a la tragedia, a la empresa o a los responsables del desastre; en cambio, nombra poderosamente a cada uno de los mineros muertos por turno en It's About Blood. En el proceso, les da dignidad y respeto a los mineros centrándose en sus luchas y puntos de vista personales. "Pensé que, tal como están las cosas ahora", explica Earle en el dossier de prensa del álbum, "era tal vez mi responsabilidad hacer un disco que hablara con y para la gente que no votó como yo lo hice".
  

En este esfuerzo, Earle cuenta con el apoyo de los Dukes, entre los que se encuentra el bajista Jeff Hill, que reemplaza a su antiguo colaborador Kelley Looney, fallecido en noviembre de 2019. A ellos se unen Chris Masterson, Eleanor Whitmore, Ricky Ray Jackson y el baterista Brad Pemberton. El álbum se grabó en los legendarios estudios Electric Lady de Nueva York, famosos por Jimi Hendrix, y lo más interesante es que todo el conjunto se grabó en mono debido a la falta de audición de Earle.  
  

 

El disco comienza con una canción góspel a cappella titulada Heaven Ain't Goin' Nowhere, que da un contexto espiritual a lo que está por venir. "No te preocupes por guardar nada, el dinero no sirve para el Día del Juicio Final" Earle canta roncamente, mientras es apoyado por su banda. A esta le sigue la vibrante introducción de Union, God and Country, que al menos en la versión en directo, es interpretada por la Signature de Earle, una Martin M-21. A continuación viene la maravillosa Devil Put the Coal in the Ground, en la que Earle toca un banjo, en una canción que podría haber sido escrita y cantada por Tom Waits.
  

La canción de inspiración popular Time Is Never on Our Side es seguida por la desgarradora If I Could See Your Face Again, en la que Eleanor Whitmore tiene una impresionante actuación como una de las viudas del difunto. "Si pudiera tocarte una vez más, sólo para sostener tu mano en la mía, nunca más la dejaría ir, lo prometo, y tal vez encontraríamos un pueblo, donde los sueños no estén enterrados bajo tierra, y no haya tantos fantasmas que nos persigan", canta.
 

 

Black Lung
también tiene una gran letra pero es la cruda It's About Blood, que de nuevo toca las cuerdas del corazón, y es en muchos sentidos el corazón del álbum. Aparte del ya mencionado nombre de cada minero trágico, Earle se basa en la música bluegrass y su característico gruñido para cantar "For every man that died for a coal company dollar, A lung full of dust and a heart full of lies" (Por cada hombre que murió por un dólar de la compañía carbonera, un pulmón lleno de polvo y un corazón lleno de mentiras)”, respaldado por los Dukes que vuelven a provocar una tormenta de sonido con sus guitarras y violines.
   

En Ghosts of West Virginia Earle ha producido un clásico controlando sus instintos activistas para llegar a los americanos de clase trabajadora que en su gran mayoría no piensan como él. Al hacerlo, ha producido algunas de sus mejores canciones en años y ha dado dignidad a una comunidad y un desastre que nunca debió haber ocurrido.
 

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