El gánster original
Por Sergio Ariza
Johnny
‘Guitar’ Watson es uno de esos nombres que han caído
injustamente en el olvido. En los 50 llevó la guitarra al espacio con su estilo
innovador y llamativo, sin necesidad de púa encontró un sonido vocal en la
mejor tradición del blues tejano, haciendo cantar a su guitarra. En los 60 se
coronó como el gánster del amor y en los 70 emergió como icono del funk. Su
huella se puede ver en gente tan variada como Etta James, Frank Zappa, Prince, Hendrix o Steve Miller pero Watson nunca
alcanzó la fama de sus admiradores.
John
Watson Jr. nació un 3 de febrero de 1935 en Houston,
Texas. Su padre era pianista profesional y le enseñó el instrumento de niño, su
abuelo, predicador, tocaba la guitarra y le prometió a su nieto regalarle una
siempre y cuando se mantuviera alejado de la "música del diablo". El pequeño Watson consiguió su guitarra
pero las primeras notas que salieron de ella fueron puro blues al estilo de su
admirado Clarence 'Gatemouth' Brown.
El diablo había ganado la partida. Antes de cumplir los 15 ya estaba tocando
con futuras estrellas de la escena tejana como Albert Collins o Johnny Copeland pero, más allá de
Brown, el hombre que más huella le dejó en esa primera etapa fue T-Bone Walker del que aprendió todos
los trucos teatrales posibles, como tocar por la espalda o con los dientes.
En 1950 se mudó a Los Ángeles junto a su madre
y comenzó a ganarse un nombre propio en la escena local. En esa época su
instrumento principal era el piano y vivió la explosión del be bop en
California de la mano de Charlie Parker
y Dizzy Gillespie. Según sus
recuerdos en aquella época blues y jazz eran dos vasos comunicantes.
En 1952 se estrenó en un estudio de grabación
con la banda de Chuck Higgins,
tocando el piano y cantando en Motorhead
Baby. Al año siguiente fichó por Federal, donde se le bautizó como Young John Watson, pero el verdadero
inicio de su carrera, y puede que su mayor contribución al mundo de la música,
fue cuando sustituyó el instrumento que le había enseñado su padre por el que
le enseñó su abuelo. En 1954, con una guitarra colgada al hombro, grabó la
revolucionaria Space Guitar, un
instrumental que se adelantó más de una década a su época. Con menos de 20 años
Watson despliega todo su talento, atacando ferozmente las cuerdas, sin utilizar
una púa, y siendo un pionero en la utilización del 'reverb' y el 'feedback', a
pesar de que no existía tal cosa como esta última en ese momento. Pero su
experimentación con el 'reverb' logró sonidos totalmente alienígenas para los
años 50, siendo una de las piezas más importantes en el desarrollo de la
guitarra eléctrica, con influencias en gente tan variada como Hank Marvin
de los Shadows, Frank Zappa, uno de
sus mayores seguidores, Jimi Hendrix o Thurston
Moore de Sonic Youth.
Pero a pesar del estatus de clásico de culto
que ahora tiene la canción pasó desapercibida en su época y Federal le dejó ir.
En 1955 fichó por RPM, la compañía de los hermanos Bihari, y demostró que era uno de los guitarristas de blues con más
picante del mundo, gracias a cosas tan extraordinarias como Hot Little Mama o Those Lonely Lonely Nights, su primer éxito de ventas, una canción
que contenía un increíble solo de una única nota que le valió el elogio de
Zappa que le llamó "el guitarrista
minimalista original", alguien que lo decía todo con una única nota.
Fue el inicio de su primer gran periodo, con canciones como Three Hours Past Midnight, grabada en
1956, con otro solo cortante a cargo de Watson. Fue en esta época cuando, tras
ver la película protagonizada por Joan
Crawford y Sterling Hayden, decidió
añadir el 'Guitar' a su nombre. Johnny 'Guitar' Watson había encontrado su
apodo definitivo.
Al año siguiente su amor por las películas de
vaqueros le llevaría a componer su canción más famosa, se trataba de Love Bandit, más tarde rebautizada como Gangster Of Love, una canción en la que
Watson comienza a adoptar la imagen canallesca con la que se haría famoso en
los 70: "The Sheriff says, is you
Guitar Watson? In a very deep voice / I say, yes sir, brother Sheriff, and
that's your wife on the back of my horse" ("El Sheriff me pregunta, ¿eres tú Guitar Watson? En una profunda voz / Y
yo le digo, sí señor, y esa es su esposa montada en mi caballo"). Para
entonces ya había vuelto a cambiar de compañía, ahora a Keen, algo que se haría
cada vez más común a finales de los 50.
Durante esta primera época Watson se decantaba
por el afilado sonido de las Fender, principalmente Stratocaster, aunque
ocasionalmente también utilizaba Telecaster. Su estilo era cortante y agresivo,
sin púa y utilizando cejillas que le permitían usar afinaciones abiertas. Si en
estudio no logró grandes éxitos, en directo era un verdadero torbellino,
compartiendo giras con gente como Sam
Cooke, B.B. King, Louis Jordan, Little Richard o Jackie Wilson. Sonada fue la que hizo con Eddie Jones, mejor conocido como Guitar Slim, en la que los dos hacían todos los trucos con la
guitarra que Hendrix descubriría para el público blanco muchos años después.
También fue en una de esas giras donde se convirtió en el modelo vocal del
joven terremoto Etta James, una cantante que siempre le ha considerado uno de
los más grandes, demostrando que Watson era mucho más que un gran guitarrista.
A principios de los 60 tuvo un nuevo despertar
comercial cuando fichó por King, grabando la irresistible balada blues Cuttin' In en 1961 y haciendo la versión
definitiva de Gangster Of Love un año
más tarde. Sería sobre esta versión sobre la que basaría la suya propia otro de
los discípulos de Watson, Steve Miller.
Pero en 1963 la popularidad del blues no
estaba en lo más alto dentro de la comunidad negra de EEUU y el soul se iba
abriendo paso con fuerza. Al año siguiente Watson se alió con Larry Williams, un cantante que había
tenido grandes éxitos en los primeros años del rock con canciones como Bony Moronie o Dizzy Miss Lizzy, e incluso crearon una compañía juntos. Las
mejores ofertas les llegaron de Inglaterra donde las canciones de Williams eran
versionadas por muchas bandas de la 'Invasión Británica'. Hasta allí viajaron,
donde Williams vendió a 'Guitar' Watson diciendo que había sido el guitarrista
de Elvis (algo totalmente falso). La
cosa funcionó bien y grabaron varias canciones para Decca. Eso sí, el sonido
era puro soul, con versiones cantadas del Mercy,
Mercy, Mercy de Cannonball Adderley
o el For Your Love de los Yardbirds, y no había mucho espacio
para la guitarra de Watson, que en los 60 favoreció el modelo F-65 de Martin.
Una de las curiosidades de finales de los 60 fue la colaboración entre la
pareja y el grupo psicodélico Kaleidoscope
en un gran single llamado Nobody.
A principios de los 70 Watson volvió a
demostrar sus cualidades camaleónicas, la música negra había vuelto a
evolucionar hacia un soul más tórrido y cercano al funk, con referentes como Marvin Gaye y Curtis Mayfield. En 1973 fichó por Fantasy y entregó Listen, un disco muy de la época con
extensas y sensuales jams como If I Had
The Power. Un par de años después apareció el similar I Don’t Want To Be Alone, Stranger. Ese mismo año, 1975, el hombre
que dijo que escuchar Three Hours Past
Midnight fue lo que le hizo coger una guitarra, Frank Zappa, se dio el lujo
de contar con él para su disco One Size
Fits All, donde Watson aporta su voz a San
Ber’dino y Andy. Para esa época
ya habían llegado las Gibson a su vida, principalmente la ES-335 y la ES-347,
las guitarras que definirían el sonido de su etapa más exitosa.
Y es que a Watson el éxito le llegó de repente
en 1976 cuando su imagen de ‘Gangster Of Love’ se convirtió en su marca de
fábrica, una especie de chulo muy en la vena ‘blackexplotaition’ de la época,
con trajes llamativos, dientes de oro y sombreros, adelantándose a la imagen
‘gangsta’ del hip hop. Musicalmente abrazó el funk de George Clinton y Sly Stone
y sacó los notables Ain’t That a Bitch
en 1976, y A Real Mother for Ya, un
año después, para el sello DJM. Fue la segunda cumbre de su carrera, con sus
Gibson entregando solos que mezclaban sabor blues y funky como el de Superman Lover, utilizando el wah wah, o
el acústico de Lover Jones.
Los discos siguieron llegando, como Funk Beyond the Call of Duty o Love Jones, y Watson siguió incorporando
elementos de la música negra del momento, demostrando un gran oído, como cuando
en 1980 fue uno de los primeros en rapear en una canción, Telephone Bill. Una canción en la que une hip hop y be bop al
terminar con un solo en el que cita el Salt
Peanuts de Dizzy Gillespie. Su influencia en el hip hop iría más allá y con
los años su música sería ‘sampleada’ con frecuencia y una de sus frases, “bow wow wow yippie yo yippi yay” se
convertiría en habitual para raperos como Snoop
Doggie Dogg.
Tras Strike
On Computers en 1984 volvió a caer en el olvido, solo rescatado por
versiones de compañeros fascinados por él como Robert Cray, Gary Moore o los hermanos Vaughan. Pero en 1994 volvió a resurgir
con Bow Wow, un disco que le valió un
Grammy. El 17 de mayo de 1996 se subió al escenario en Yokohama, Japón, en una
gira conjunta con James Cotton.
Comenzó a sonar Superman Lover y
Watson empuñó su guitarra como lo que era, “el
pistolero más peligroso que hay ahí fuera” (en palabras de Bobby Womack), y
comenzó a tocar, pero en medio de su solo sufrió un infarto y falleció con las
botas puestas. No pudo haber soñado un final mejor, encima del escenario,
haciendo lo que había nacido para hacer. Aunque fuera a mayor gloria del
diablo…