El auténtico Rolling Stone
Por Sergio Ariza
A pesar de que solo estuvo 7 años en la banda,
nadie puede negar la tremenda importancia de Lewis Brian Hopkin Jones, nacido un 28 de febrero de 1942 y muerto
un 3 de julio de 1969, en la historia de los Rolling Stones. Baste recordar las palabras de su compañero de
formación Bill Wyman: “Él formó la
banda, eligió a sus miembros, la puso nombre, eligió el tipo de música que se
tocaba, nos consiguió los primeros conciertos…”. En los primeros tiempos de la
banda Brian Jones fue el verdadero motor de los Stones, podríamos decir que él
fue el verdadero 'Rolling Stone' o 'bala perdida' del grupo, el que impuso la
imagen de chicos malos y les dio su primera identidad musical. Con el paso del
tiempo sería desplazado del liderazgo de la banda por el tándem formado por Mick Jagger y Keith Richards pero seguiría
dejando una profunda huella en su música, no solo como guitarrista, sino en
múltiples otros instrumentos como la armónica, el sitar, el piano, el melotrón,
el clarinete, la flauta, el theremin o la marimba.
Cuando se habla de los otros guitarristas de
los Stones, además de Keith, siempre se discute quién es el más importante, Brian
Jones, Mick Taylor o Ron Wood. Yo lo tengo claro, el más
importante es el primero, y no porque sea el mejor guitarrista, puesto que
sería para el segundo, ni el que más años ha estado, evidentemente el tercero,
sino porque fue el que más huella ha dejado en la banda. Y no solo porque la
creara él, sino porque sus contribuciones musicales son las más importantes.
Puede que Taylor estuviera en la mejor época en cuanto a discos y dejara los
solos más significativos, pero Jones fue el que los convirtió en fanáticos del
blues y, en cierto modo, su primer maestro, siendo el tipo con el que Richards
aprendió a tocar mejor la guitarra y el que le enseñó a tocar la armónica a
Jagger. Por no hablar de sus puras contribuciones musicales, ¿se puede escuchar
Paint it black y no pensar en su
sitar? ¿qué sería de Little red rooster
o No expectations sin su slide? Hasta
uno de los primeros singles firmados por Jagger/Richards, The last time, viene marcado por un riff de Jones.
Pero vayamos al principio, en 1962 Jones
formaba parte de la reducida escena de músicos de blues de Inglaterra junto a
gente como Alexis Korner o el futuro
miembro de Cream, Jack Bruce. Era uno de los guitarristas más brillantes de aquel
momento y, posiblemente, el primer músico británico en utilizar el slide. Por
si fuera poco tenía toda una mala reputación, con dos hijos ilegítimos a sus
espaldas, sin trabajo fijo y buscándose la vida con su guitarra por las calles
bajo el seudónimo de Elmo Lewis (en homenaje al autor de Dust my broom, Elmore James), y todo ello antes de
cumplir los 20.
El dos de mayo de 1962 puso un anuncio en el
Jazz News buscando músicos para formar una banda de R&B. A aquel anuncio
respondió un aspirante a cantante llamado Mick Jagger que se llevó a la prueba
a su amigo de la infancia Keith Richards. Ambos fueron aceptados por Jones, a
pesar de que el amor por Chuck Berry del último no fuera de
su agrado y llevara al abandono de dos miembros más puristas del blues. Dos
meses más tarde, en el escenario del Marquee Club de Londres, hicieron su
primera aparición en directo un grupo llamado The Rollin´ Stones (nombre
elegido a toda prisa un par de días antes por el líder del grupo, Brian Jones,
en homenaje a su idolatrado Muddy Waters) que contaba en sus
filas con el propio Jones, Mick Jagger, Keith Richards, Ian Stewart, Dick Taylor y Mick
Avory. Los guitarristas utilizaron dos Harmony, una Meteor Richards y Jones
una Stratone.
Durante un tiempo Jones estuvo cobrando cinco
libras semanales más que el resto del grupo, en concepto de “liderazgo”, cuando el resto se enteró
llegaron los primeros problemas. Para entonces ya se habían sumado al grupo
Bill Wyman y Charlie Watts, y Andrew Loog Oldham ya ejercía de
mánager de la banda. Fue este el que creó su imagen contrapuesta a los Beatles como los chicos malos, algo
que se ajustaba a la perfección en el caso de Jones. Tras ser fichados por
Decca, la discográfica que había dejado pasar a los de Liverpool, los Stones
hicieron su debut discográfico con Come
on, una versión de Chuck Berry, el 7 de junio de 1963.
Durante estos primeros tiempos Jones, Jagger y
Richards vivían juntos en un apartamento situado en Chelsea. Fue allí donde los
guitarristas forjaron una fuerte amistad escuchando y tocando sobre discos de Jimmy Reed, Muddy Waters, Willie Dixon y Howlin' Wolf, haciendo que sus estilos resultaran muy parecidos.
Las distinciones principales eran que Jones se ocupaba de las partes de slide
como en I’m a King bee, Little red rooster o Can't Be Satisfied, además de las
distintivas partes rítmicas tipo Bo
Diddley, mientras que Keith interpretaba la mayoría de solos convencionales
y todo lo relacionado con Berry. Fue en aquella casa donde Jones le enseñó a
tocar a Jagger la armónica, instrumento que compartirían en las primeras
grabaciones, con el guitarrista luciéndose con el instrumento en canciones como
Not Fade Away, I Just Want to Make Love to You,
Now I've Got A Witness o Good Times, Bad Times.
Pero las cosas iban a cambiar en la banda,
Oldham decidió que había mucho más dinero en las composiciones propias que en
las versiones de “hombres negros de
mediana edad” y puso al dúo formado por Jagger y Richards al frente de la
tarea compositiva. Así fueron llegando Tell
me, Heart of Stone o The Last Time, cuando esta última llegó
al número 1 de las listas quedó claro que la balanza del poder en la banda se
había trasladado de Jones a los compositores. De todas formas el guitarrista
seguiría aportando grandes cosas a la banda, en la misma The Last Time Jones toca el conocido riff de la misma, lo que hace
pensar que también lo compuso, al igual que en Get off of my cloud. Muchas de esas contribuciones, al igual que
muchos de los conciertos más importantes de los primeros años (como el TAMI Show),
las hizo con su guitarra más conocida, la Vox Teardrop. En 1964 Vox le hizo una
guitarra a medida para promocionar su marca, se trataba de la Mark III,
conocida como Teardrop, por su original forma reminiscente de una “lágrima”,
luego llegarían la Mark IV, VI y la XII. Es la guitarra que más se suele
asociar con el músico, aunque también tocó con una Gretsch White Falcon, una
Firebird o una Epiphone Casino.
Pero el hecho fue que Jones sufrió un severo
golpe cuando se vio desplazado y sus roces con Mick y Keith, sobre todo con el
primero, se hicieron más evidentes, llegando incluso a sabotear la
interpretación en directo de Satisfaction,
tocando ‘Popeye el marino’ en vez de
su inmortal riff. Aun así en EEUU, donde esa misma canción les abrió las
puertas de la fama, se convirtió en el miembro más famoso de la banda. A medida
que sus adorados Muddy Waters o Elmore James abandonaban el repertorio de la
banda en favor de las canciones de Jagger y Richards, su interés por la
guitarra fue disminuyendo gradualmente. Pero Jones era un músico con un talento
innato para aprender a tocar nuevos instrumentos y eso sería fundamental a la
hora de perfilar el sonido de la banda en la nueva etapa que estaban entrando.
Fue su momento de gloria, su desarrollo como
multiinstrumentista le permite tener mucha importancia en el sonido del grupo
tal y como atestiguan discos como Aftermath
(el primero compuesto en su totalidad por Jagger y Richards, en el que es la
estrella instrumental del mismo con ejemplos como Lady Jane, donde se le puede escuchar tocando el dulcimer, o Under My Thumb donde aporta el riff
principal con la marimba) o Between The Buttons.
Mientras que en lo personal se ha convertido en el príncipe del
'swingin´London' y de la aristocracia rock. Su turbulenta relación con Anita Pallenberg, que había comenzado
en 1965, con sus agresiones y posteriores reconciliaciones, se convirtió en
mítica pero mientras estuvieron juntos fueron el centro de todas las miradas.
Se dice que Bob Dylan tituló a su
disco Blonde on Blonde por la
atracción que emanaba de esa pareja de rubios que compartían peinado y
vestimenta de la forma más 'cool' y estrafalaria.
Fue también en esta época cuando comenzó su
abusivo consumo de alcohol y drogas que fueron mermando sus maltrechas capacidades
psíquicas. Durante la época psicodélica Jones siguió realizando grandes
contribuciones al sonido de la banda en canciones como Ruby Tuesday, Let´s Spend The
Night Together, 2000 Light Years From
Home o Citadel, destacando su uso
del melotrón, los instrumentos de viento o el órgano. Pero para finales de
1967, tras un viaje a Marruecos, Anita se fue con Keith Richards, tras recibir una
paliza de Brian. Aprovechando que Jones estaba enfermo, lo dejaron tirado en su
cama y no volvieron a mirar atrás. Estarían juntos 13 años y tendrían 3 hijos.
La autoestima de Brian nunca superó aquel
golpe y su interés en el grupo se desvaneció. Durante la grabación de Beggar´s Banquet se ausentó de muchas de
las sesiones de grabación y cuando se presentaba tampoco parecía estar muy
interesado, a pesar de ser una vuelta a las raíces y a su adorado blues. Fue en
ese disco donde realizó su última contribución importante a la banda tocando el
increíble slide acústico de No
expectations, posiblemente su mejor trabajo a las seis cuerdas, un
recordatorio de adonde podría haber llegado si le hubiera seguido prestando más
atención al instrumento.
Luego partió nuevamente hacia Marruecos y
grabó con músicos locales. Su salud, y su apariencia física, se deterioraron
sobremanera como se pudo comprobar en la grabación del Rock and roll circus. Cuando comenzó 1969 el antiguo líder de los
Stones estaba roto físicamente y no participó apenas en la nueva grabación de
la banda, Let it bleed. Irónicamente
su última colaboración fue en You Got the
Silver, una canción de Keith sobre Anita. Cuando el 8 de junio Jagger,
Richards y el batería Charlie Watts visitaron su casa para despedirle, Brian no
se mostró sorprendido. El 10 de junio emitió un comunicado en el que dijo:
"Ya no nos comunicamos musicalmente.
La música de los Stones no es de mi gusto. Quiero hacer mi propia música antes
que tocar la de los otros. La única solución es que tomemos caminos separados,
aunque sigamos siendo amigos".
Menos de un mes después apareció su cuerpo sin
vida flotando en su piscina. Al comienzo de su carrera había declarado: "Sí, quiero ser famoso. Y no, no quiero
cumplir treinta años". Cumplió ambas metas. Cuando murió tenía 27,
siendo el primer miembro de su generación en inaugurar el maldito club de los 27
al que se unirían Hendrix, Joplin, Morrison o Cobain. No fue una buena persona
pero sí un buen músico, pero si, casi 50 años después de su muerte, seguimos
hablando de él es porque los Rolling Stones no serían los Rolling Stones sin su
existencia.
(Imágenes: ©CordonPress)