El disco que lo cambió todo

Por Sergio Ariza

En 1965 Brian Wilson escuchó ‘Rubber soul’ y se quedó de piedra, los Beatles habían sacado un disco perfecto de la primera a la última canción, sin ningún momento de relleno. Fue así como surgió un año después ‘Pet Sounds’ un disco irrepetible en el que sacó el máximo partido a un estudio de grabación. Los Beatles, en concreto Paul, cayeron fascinados por el resultado y decidieron hacer un disco para superarlo. No cualquier disco, algo así como el Anillo Único de Sauron, una que fuera capaz de superarlos a todos.    

Después de una estancia en EEUU donde había descubierto grupos psicodélicos como Chocolate Watch Band o Big Brother & The Holding Company, McCartney llegó con la idea de realizar un disco encubiertos como la Banda de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta. Hartos de las giras y las fans histéricas, los Fab Four querían ser tomados en serio y hacer un disco de puro arte pop, algo que fuera con el signo de los tiempos y que se convirtiera en el súmmum del Verano del Amor, del paz, amor, música… y drogas. La idea conceptual (sobre el grupo y sus álter ego) no fue más allá de las dos versiones del tema que le da el nombre y el ‘With a little help from my friends’ cantado por Ringo/Billy Shears. Sin embargo el resultado se vio beneficiado por esa idea, dándole una especie de unidad (aumentada por el hecho de que muchas canciones se seguían unas a otras sin intervalos ni silencios), y convirtiéndole en el disco más famoso de la historia, la obra más ambiciosa de los de Liverpool, el álbum que dividió la historia del rock en un antes y un después.
 

   

Sgt. Pepper´s’ fue el fruto de más de seis meses de trabajo en el estudio, en el que los cuatro de Liverpool y su productor, George Martin probaron todo lo que les permitía la tecnología del momento, metiendo todo tipo de instrumentos y utilizando la mesa de mezclas como uno más. Pero todo esto no sería más que una anécdota si no hubiese canciones, aunque teniendo el mejor dúo compositivo de la historia esto resulta imposible, así que Lennon y McCartney tienen en este disco otro amplio muestrario de su talento, el disco empieza con la canción que le da título, la presentación de la Banda del Sargento Pimienta, es un rock áspero de guitarras distorsionadas, en concreto la Fender Stratocaster del 61 de Harrison y la Fender Squire de McCartney, en el que este último se luce con voz desgarrada, la canción engarza con ‘With a little help from my friends’, la mejor canción que nunca haya cantado Ringo, la presentación de Lennon es ‘Lucy in the sky with diamonds’ una canción lisérgica y surrealista que tiene uno de los mejores estribillos de la historia y un maravilloso trabajo de McCartney a las cuatro cuerdas, pero no con su mítico Hofner, que no fue utilizado en este disco, sino con su Rickenbacker 4001S del 64, luego llega ‘Getting Better’ otra maravilla de McCartney, ‘Fixing a hole’ también es obra de Paul y cuenta con un excelente trabajo de guitarra de Harrison con su Strato que vuelve a hacer valer su mantra, “menos es más”. ‘She’s leaving home’ es una maravilla barroca en la que Paul y John ponen sus voces sobre un sofisticado arreglo de cuerdas. La primera cara se cierra con ‘Being For The Benefit Of Mr. Kite’ una surrealista canción de Lennon.
   

La cara B se abre con la única aportación en la composición de Harrison, ‘Within you without you’, la responsable de que medio mundo del rock se comprara un sitar en 1967. Luego McCartney se pone en plan ‘music hall’ para contarnos que hará cuando tenga 64 años, le sigue ‘Lovely Rita’, una canción que servirá de base para el ‘power pop’ de los 70, ‘Good Morning, good morning’ es una de las piezas más rockeras del disco, cortesía de Lennon, y se beneficia de los vientos de Sounds Incorporated y de un brillante solo por parte de McCartney y su Squire que deja claro que Macca estaba prendado de la nueva sensación de la guitarra, Jimi Hendrix. Todavía queda lo mejor, el ‘reprise’ de ‘Sgt. Pepper’s’, todavía más guitarrero, (con Lennon tomando la voz principal y acompañando con su Epiphone ES-230TD Casino del 65 a la guitarra principal tocada con el mismo modelo por Harrison) nos anuncia que estamos llegando cerca del glorioso final, se trata de ‘A day in the life’, una de las mayores maravillas del siglo XX y una de las últimas colaboraciones reales de Lennon y McCartney, que pone broche de oro a un disco perfecto.
 

 


(Imágenes: ©CordonPress)

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