Highway to Hell (en 666 palabras)

Por Tom MacIntosh

A AC/DC les han llamado banda de blues/rock, de hard rock y de heavy metal, pero en sus propias palabras son "una banda de rock and roll, nada más y nada menos". Su primer gran éxito llegó en 1979 con el lanzamiento de Highway To Hell, que vendió más de un millón de copias, les lanzó hacia las estrellas de la mejor manera, editaron 16 discos más y vendieron más de 200 millones de copias en todo el mundo, convirtiéndose en uno de los grupos de rock más vendidos de la historia.  



Highway to Hell
fue también el último disco en el que apareció el cantante original, Bon Scott. Su temprana muerte por intoxicación alcohólica casi acabó con el grupo, pero perseveraron hasta convertirse en lo que son hoy, Dioses del Rock. Malcolm y Angus Young, Phil Rudd, Cliff Williams y Scott abren este disco con la canción titular, con poco más que un riff retorcido respaldado por el ritmo de batería de Rudd, luego ingresa la voz/grito distintiva de Scott, y el tema sale disparado. La canción es sobre la vida en la carretera, del hotel al escenario, y todo lo que hay entre medio, mejor descrito por Angus "... solo porque llamas un disco Highway to Hell (Autopista al infierno) obtienes todo tipo de negatividad. Y todo lo que hicimos fue describir lo que es estar en la carretera durante cuatro años. Mucho de eso fue en autobús y en coche, sin ningún descanso real. Te bajas del autobús a las cuatro de la mañana y un periodista escribe una historia y dice: "¿Cómo definirías una gira de AC/DC? Bueno, pues como una carretera al infierno. Así era realmente. Cuando duermes con los calcetines del cantante a dos pulgadas de tu nariz, eso es estar muy cerca del infierno". Las letras de Scott hablan principalmente de lujuria, sexo y fiesta, como se ve en la segunda canción, Girls Got Rhythm, "Sabes que se mueve como el pecado, y cuando me deja entrar, es como el amor líquido, sin dudas, no puede vivir sin él...". O Love Hungry Man, esta última descrita por Angus como la peor canción del disco, "Debo haber escrito eso después de una noche de mala pizza...".
 

Angus es, realmente, un hombre de Gibson, su guitarra más icónica fue una Gibson SG del 65, originalmente roja con vibrola, y luego pintada de negro. Aunque, en los comienzos, también se le vio triturando una Music Man Stingray del ’76 (de las primeras guitarras fabricadas por la marca norteamericana).  

 

Pasaron tres meses en el estudio bajo la mirada del productor Robert ‘Mutt’ Lange, quien revolvió toda esta sangre, sudor y lujuria en un disco de rock pulido y oscilante que encaja en su canon como uno de los mejores esfuerzos del quinteto y, sin ninguna duda, de cualquier otro grupo de rock. Temas como Walk All Over You, If You Want Blood, Touch Too Much entregan lo que mejor sabía hacer esta banda: un ritmo y un pulso increíble sobre el que destacan las constantes vocales de Scott y sobre el que Angus puede volar hasta las alturas con su SG. Highway To Hell es el bebé de Bon Scott, liderando una banda de rock and roll en su forma más salvaje e intrépida, un monstruo de disco, y el último gran golpe de uno de los grandes legados del rock.
 

‘Classic Rock’ describió el álbum y la canción del título como "No solo la mejor canción de AC/DC, sino el himno definitivo del rock". Un tributo al estilo desenfadado de cantar y escribir de Scott. Siempre se le echará de menos pero con una sonrisa gracias a esta obra épica.
 

El corte final, Night Prowler, es testimonio de la sangre vital de la banda y sus inclinaciones diabólicas. La foto de portada, con Angus luciendo cuernos, puso a los padres en alerta por sus impulsos "satánicos", una preocupación que, irónicamente, envió las ventas a alturas celestiales. El disco alcanzó el platino en EEUU, Canadá, Reino Unido, Australia, Francia y Suiza, y tocó el oro en Italia, Austria y Argentina.
 

¡Bon Scott y su banda siguen gloriosamente vivos!


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