La guitarra del soul
Por Sergio Ariza
Si a la música soul hubiera que ponerla una
única guitarra, esta no podría ser otra que la Telecaster de Steve Cropper, la misma que suena en
canciones como Soul Man, (Sitting on) The
dock of the bay, In the midnight hour, Knock on Wood o Green Onions, haciendo de nuestro protagonista el guitarrista con
más alma de la historia.
Steve Cropper nació un 21 de octubre de 1941
en Dora, Missouri. Sus padres se mudaron a Memphis cuando el joven Steve tenía
solo nueve años de edad y allí encontró el paraíso musical que siempre había
soñado. Como todos los chicos de la ciudad cayó prendado del rey de la misma, Elvis Presley, que había surgido de los
estudios Sun. Pero su gran influencia no vino del rockabilly sino del ‘R&B’
con el guitarrista Lowman Pauling,
de los 5 Royales, un hombre del que
aprendió una de las lecciones más importantes, menos es más. También la
elegancia que siempre estaría asociada a su estilo.
Con 14 años tuvo su primera guitarra pero no
fue hasta los 19 cuando se hizo con la que siempre se le asociaría, una Fender
Esquire. Con ella formó su primer grupo, los Mar-Keys, con los que grabaría su debut en Stax, el conocido
instrumental Last night en 1961. Una
vez dentro del sello se convirtió en uno de sus músicos de sesión de referencia.
Allí conoció al organista Booker T.
Jones y al batería Al Jackson
con los que, junto al bajista Lewie
Steinberg, formaría los míticos Booker
T. & The MG's.
Su comienzo fue una carambola, estaban los
cuatro en el estudio a la espera de una sesión y comenzaron a hacer una 'jam'.
Al presidente de Stax le gustó y viendo potencial como single les pidió otra
canción para utilizarla como cara B. Cropper se acordó de un riff de órgano de
Booker T y los cuatro comenzaron a tocar Green
Onions, que se acabaría convirtiendo en uno de los instrumentales más
famosos de la historia, con Jones y Cropper ejerciendo de solistas sobre la
excelente base rítmica de Jackson y Steinberg. En 1964 a este último le
reemplazaría el mítico Donald 'Duck' Dunn.
Juntos se convertirían en la principal banda de sesión del estudio y darían al
sello su sonido más reconocible. Para ese momento Cropper ya usaba un par de
modelos Telecaster.
Ante la sofisticación de Motown, Stax
presentaba un sonido crudo y sin domesticar, propio de una banda de músicos que
se metían a grabar sin casi arreglos, esperando que la magia surgiera en el
estudio. Y esta lo hacía a menudo, el órgano de Booker T. echaba humo y la Tele
de Cropper daba los toques finales para acompañar a la flor y la nata de la
música soul de los 60, gente como Otis
Redding, Sam & Dave, Wilson Pickett o Carla Thomas.
El encuentro más importante de su vida llegó
en 1962 cuando la banda de Johnny
Jenkins llegó al estudio para hacer una audición. Cropper vio bajarse del
asiento del conductor a un gigante que empezó a descargar el equipo. Pensó que
se trataba de un 'roadie' pero una vez en el estudio se enteró de que era el
cantante de la banda, al poco se les acercó para pedir una audición por su
cuenta, Steve se sentó y le preguntó que quería que tocara, éste le dio una
progresión de acordes y empezó a tocar. Cuando Otis Redding comenzó a cantar These arms of mine, Cropper notó
erizarse todo el vello de su cuerpo, nunca había escuchado nada tan emocionante
como aquello. Tras terminar fue corriendo a las oficinas de Jim Stewart, jefe de Stax, y le dijo
que corriera a escuchar a aquel tipo. Era un 12 de octubre de 1962 y el soul
había encontrado su voz definitiva.
Durante el resto de su carrera, Cropper
coloraría las canciones de Redding con su guitarra y juntos escribirían algunas
de sus canciones más recordadas como Mr.
Pitiful, Any Ole Way, Fa-Fa-Fa-Fa-Fa (Sad Song) o (Sittin' On) The Dock of the Bay. En la obra de Redding se
encuentran también los mejores momentos de Cropper, sus arpegios y arrebatos en
I’ve been loving you too long, su
solo 'bluesy' para Rock me baby
("play the blues, Steve!"),
su preciosa intro para Ole Man Trouble
y, por supuesto, The dock of the bay.
Cropper tenía una de sus Teles afinada en Mi
abierto porque era la que mejor se adaptaba al estilo del cantante. Pero
también tenía otra en afinación normal para el resto de trabajos para Stax y es
que su carrera va más allá de la de Otis, siendo una de las figuras clave de la
compañía.
Cuando en 1965, Jerry Wexler, el hombre fuerte de Atlantic Records, llegó a Memphis
para buscar algo de su magia con su protegido Wilson Pickett, fue a Cropper al que recurrió para que le diera la
canción que le lanzara al estrellato. Encerró a ambos en una habitación del
hotel Lorraine con una botella de José Cuervo y les dijo que la encontraran.
Cuando salieron de allí tenían In the
midnight hour. La grabaron al día siguiente y se convirtió en la que
definió la carrera de Pickett, convirtiéndole en una estrella. Wexler le
encargó más canciones y Cropper, junto a Eddie
Floyd, le entregó 99 and a half
(won’t do) y 634-5789 en 1966.
Por supuesto su guitarra también fue parte de aquel sonido glorioso, como ese
recordado riff de la primera. Ese mismo año, durante una tormenta, Cropper y
Floyd compusieron otro de los grandes clásicos del soul, se trataba de Knock on wood y estaba destinada para
Otis Redding, pero terminó siendo la que impulsó la carrera del propio Floyd.
Stax pasó a representar el sonido del soul
sureño y su ascensión a las listas y al mercado blanco fue imparable, si Motown
presumía de ser Hitsville, USA, Stax era Soulsville, USA. Steve Cropper era uno
de los compositores principales del sello y estaba detrás de la gran parte de
las grabaciones, no solo en los grandes nombres sino también en cosas menos
conocidas pero no menos memorables como Bar
B Q o Give you what I got de Wendy Rene o la funky Sookie, Sookie de Don Covay.
Tras el éxito con Pickett, Wexler decidió
hacer algo parecido con Sam & Dave,
un prometedor dúo que había contratado para Atlantic. Se llevó a la pareja a
Memphis y se los prestó a Stax para que sacaran de ellos su máximo potencial. Algo
que consiguieron cuando les asignaron a la pareja compositora que sustituyó a
Cropper como proveedora de éxitos, Isaac
Hayes y David Porter. Junto a
ellos, Stax puso su arma definitiva, la banda que les daba su sonido, los MG's
con los Memphis Horns. Así
comenzaron a llegar You Don't Know Like I
Know, Hold On, I'm Comin' o la escalofriante balada When Something is Wrong with My Baby. Pero la canción que iba a
convertirse en el emblema del género se grabó en el verano del 67, Hayes había
compuesto una letra que era un himno de orgullo afroamericano pero creía que le
faltaba algo. Así que habló con Cropper para ver si se le ocurría algo como
intro, Cropper escuchó la canción cogió su Telecaster y busco un mechero zippo
que había por allí para utilizarlo como slide, el 'lick' con el que salió es el
epítome de su estilo, austero y, a la vez, tremendamente expresivo. A Hayes le
gustó tanto que decidió volverlo a utilizar otra vez en medio de la canción.
Cuando la grabaron Sam Moore no pudo evitar su emoción gritando un "Play it Steve!" que quedó para la historia.
Cuando más de una década más tarde los Blues
Brothers grabaron su versión, John
Belushi no se olvidó de rendir pleitesía.
Por si fuera poco, de marzo de 1966 a junio de
1967 los MG's pusieron la base con su bailable soul para el renacer del mítico Albert King junto al que grabaron
los mejores singles de su carrera, Oh
pretty woman, The Hunter o la ineludible Born under a bad sign. Stax y el soul estaban en la cima del mundo
y ese mismo verano su estrella más rutilante, Otis Redding, la abrió a un nuevo
público, los hippies de San Francisco, gracias a su excelente actuación en el
Festival de Monterrey. Acompañado por los MG's, que también tocaron por su
cuenta, Otis se metió en el bolsillo a la generación del "amor y la paz". Influido por la
experiencia compuso una canción en la que cambiaba su estilo y enseñaba nuevas
maravillas por venir. En noviembre, emocionado con el primer borrador se la
enseñó a Cropper en el estudio y le dijo, "creo que aquí está mi primer número uno". Entre los dos
completaron música y letra, grabando la toma definitiva el 7 de diciembre con Cropper
añadiendo las memorables notas que parecen acariciar las palabras de Redding.
No todos en la compañía estaban contentos con este cambio de dirección, pero ellos
estaban convencidos de haber hecho su mejor canción. Dos días después Otis
volvió a la carretera, esta vez con los Bar-Keys. Al día siguiente cogieron un
avión hacia Wisconsin y un accidente apagó la voz del rey del soul para siempre.
El periodo de esplendor de Stax comenzó a
derrumbarse. A Cropper le tocó la tarea de terminar la canción y recopilar un
disco para sacar al mercado. Añadió el sonido de las gaviotas al principio,
como le había cantado Otis en la primera toma, y (Sitting on) The dock of the bay se convirtió en el primer número
uno de la carrera de Redding, el primero a título póstumo. Para colmo en
febrero de 1968 Martin Luther King
fue asesinado en el hotel Lorraine de Memphis, el mismo en el que Cropper había
compuesto In the midnight hour o Knock on wood, y el clima de tensión
racial rompió las barreras de ese oasis que siempre había sido la compañía.
Booker T & The MG's, uno de los primeros
grupos interraciales de la historia, fueron quedando relegados poco a poco, a
pesar de seguir dando éxitos como Time is
High o Melting pot, y a finales
de 1970 el guitarrista abandonó la compañía que le dio fama. Se pasó el resto
de los 70 produciendo discos para gente como Poco, Jeff Beck o Tower Of Power, además de tocando y componiendo para gente como John Lennon o Rod Stewart (escuchen su increíble solo en Stone Cold Sober).
En 1978 recibió una llamada de los cómicos
John Belushi y Dan Aykroyd para formar
la Blues Brothers Band que sirvió para enseñar a una nueva generación la música
que había perfeccionado en Stax. Dos años después apareció en la película que
convirtió a los Blues Brothers en estrellas mundiales.
A principios de los 90 Booker T. & The
MG's fueron incluidos en el Rock and Roll Hall of Fame y en 1992 fueron
invitados por Bob Dylan para que
actuaran como la banda de apoyo en su concierto de 30 aniversario que reunió a
gente como Lou Reed, Stevie Wonder, Willie Nelson, Johnny Cash, Tom Petty, George Harrison o Neil Young en el Madison Square
Garden. Aquello salió tan bien que este último les fichó como banda para su
gira de 1993, en esos años ya había dejado su mítica Telecaster por una Peavey
Signature. En 1996 la revista Mojo le nombró el segundo mejor guitarrista de la
historia solo por detrás de Hendrix.
Pero todos estos honores le dan un poco igual.
Cropper siempre se ha considerado un jugador de equipo, siendo uno de los
mejores acompañantes de la historia, alguien que tiene claro que da igual lo
brillante que toques si eso no ayuda a la canción, en sus propias palabras
"no se trata de lo que tocas, es lo
que no tocas lo que cuenta". Siempre ha dicho que lo que hace
interesante a su estilo era que él escuchaba al cantante y era éste el que le
transportaba y le inspiraba. Claro que cuando ese cantante era Otis Redding, la
magia surgía de manera natural. Si Scotty
y Elvis definieron el sonido del
rockabilly, Paco de Lucía y Camarón el del flamenco, Steve Cropper
y Otis Redding hicieron lo propio con la música soul de la que son, por derecho
propio, su guitarra y su voz más recordadas.