El inmortal adiós de Duane Allman
Por Sergio Ariza
El 29 de octubre de 1971 moría Duane Allman, tras un accidente con su
Harley Davidson. Su banda, los Allman Brothers, estaba en su mejor momento, y ese
mismo octubre 'At Fillmore East' alcanzaba
el disco de oro. Duane estaba en medio de la grabación del nuevo disco y su
muerte fue mucho más que un 'shock'
para el resto, siendo la opinión mayoritaria en la industria que no tenían
futuro sin él. Pero como explicaba Butch
Trucks: "Todos teníamos esta cosa que había puesto en nosotros. Él era
el profesor y nosotros, sus discípulos, teníamos que continuar con ello".
Así que regresaron al estudio para finalizar
el disco y en febrero de 1972 vio la luz. En la primera parte buscan el nuevo
sonido de la banda. Comienzan con 'Ain't
wastin' time no more', con la que Gregg
Allman afronta la muerte de su hermano, recordando musicalmente a sus
primeros discos de estudio, con una gran guitarra slide por parte de Dickey
Betts, en la que se nota que aprendió del mejor. Luego llega 'Les brers in a minor', una larga jam en la que por momentos suenan más Santana que a ellos mismos.
'Melissa' suena como el grupo en el que se convertirán en breve, liderados por
Betts, y más orientados al country-rock. Es un bonito homenaje por parte de
Gregg a su hermano, pues era la canción favorita de este, además de ser la que
cantó en su funeral. Betts vuelve a hacer un excelente trabajo, demostrando que
está preparado para tomar las riendas.
Pero lo mejor aparece en las canciones en las
que aparece Duane, tanto en directo como en estudio. Entre las primeras
destacan dos descartes de las míticas actuaciones del Fillmore East, en las que
toca con su Gibson Les Paul Standard Cherry Burst del 59. La primera es 'Mountain Jam', construida sobre una
canción de Donovan, aunque también
hay referencias al 'Third Stone from the
Sun' de Hendrix, la banda se
mete de lleno en una jam en la que
vuelven a demostrar que eran uno de los pocos grupos capaces de realizar una
canción de más de media hora sin aburrir a nadie. Duane entrega uno de los
mejores solos de slide de la
historia, a partir del minuto 23, donde demuestra toda su maestría. El momento
en el que comienza a improvisar sobre 'Will
the circle be unbroken' es capaz de erizar el vello. El segundo gran corte
en directo es el 'Trouble no more' de
Muddy Waters que, sin alcanzar los 4
minutos, está llena de intensidad y tiene otro abrasivo solo de Duane.
Pero puede que los momentos cumbre de 'Eat a peach' lleguen en sus últimas
sesiones de estudio. 'Little Martha',
una preciosidad acústica en la que solo tocan Duane, con su acústica Dobro de
los años 30, y Betts, pasará a la historia como la única canción del grupo
escrita en exclusiva por el mítico guitarrista. Y luego está 'Blue sky', escrita por Betts sobre su
novia. La iba a cantar Gregg pero Duane le dijo "tío, esta es tu canción y
suena a ti, necesitas cantarla tú". No fue ese el mejor regalo que le dio
a su compañero, realizando el solo favorito de todos los tiempos del que esto
escribe. Usando su querida escala mayor, Duane demuestra que tiene la misma
facilidad melódica con la guitarra que McCartney
escribiendo melodías inolvidables. Es un solo que se puede cantar y que queda
marcado a fuego en la memoria. Todos aquellos que piensan que Duane es solo un
gran guitarrista slide, necesitan
escuchar esta canción. Tampoco se queda atrás el autor de la canción que, después
de armonizar con Duane, se lanza a tumba abierta con otro solo magnífico, al
final vuelve a entrar Duane armonizando con Betts, demostrando que su
entendimiento era casi telepático.
'Eat a
peach' es el colofón final para uno de los dos o tres
mejores guitarristas de la historia, no llegó a cumplir los 25 años pero su
aportación a la guitarra eléctrica es tan importante como la más longeva de las
vidas.
(Imágenes: ©CordonPress)