Reviviendo la llama del blues británico
Por Sergio Ariza
Gary
Moore estaba destinado a hacer un disco como 'Still got the blues', no en vano fue
uno de los muchos chavales que decidió colgarse una Les Paul después de
escuchar a Eric Clapton tocar con John Mayall y los Bluesbreakers y siempre ha señalado que 'All your love' fue la canción que le cambió la vida. Pero es que,
además, Moore era el depositario de una de las guitarras más míticas del
blues-rock británico, 'Greenie', la Les Paul con la que Peter Green se convirtió en leyenda con Fleetwood Mac.
Además el ex de Thin Lizzy estaba harto de la competición pirotécnica en la que se
había convertido el rock duro en los 80, más pendiente de la velocidad que del
sentimiento, así que decidió volver a sus raíces y grabar un disco de blues que
le entroncaba con sus ídolos de los años 60. Para colorear más el asunto
decidió contratar a una sección de vientos como en los discos clásicos de dos
de los reyes, B.B. y Albert King, y, por si fuera poco,
contar con el segundo y el gran Albert
Collins como invitados.
La idea del disco surgió en la primavera del
89, estando de gira promocionando ‘After
the war’, cuando se puso a tocar en un ensayo canciones del disco de
Clapton con los Bluesbreakers y su bajista de confianza, Bob Daisley, le dijo: “¿Por qué no hacemos un disco de blues?”.
Moore no lo dudó y comenzó a grabar el que, a la postre, sería el disco más
importante de su carrera, ‘Still got the
blues’.
El disco le sirvió para rendir tributo a
algunas de sus máximas influencias a la guitarra como Clapton o Green, a pesar
de que solo utiliza a ‘Greenie’ en dos de las canciones del mismo, ‘Midnight Blues’ y ‘Stop Messin’ Around’, (una versión de Fleetwood Mac) siendo su
guitarra principal en la mayoría del álbum otra Les Paul Standard del 59 que
acababa de comprar. Pero también hay homenajes a Billy Gibbons de ZZ Top y
Stevie Ray Vaughan en ‘Texas Strut’, donde toca una
Stratocaster rosa salmón del 61, o el más inspirado, el que hace a Albert King
en ‘King of the blues’, una de las 4
canciones originales del disco. El autor de ‘Born under a bad sign’ también aparece en el disco pero no está en
la mejor forma posible en ‘Oh Pretty Woman’,
una canción suya en la que no se puede afirmar que Moore supere la original.
Claro que pocos pueden hacer semejante cosa con el hombre al que llama el “rey
del blues”.
Donde sí que sobresale es en ‘Walking by myself’, una versión de Jimmy Rogers (el que fuera durante
varios años guitarrista de Muddy Waters)
que se convirtió en una de sus canciones más conocidas, o en ‘Too tired’, su dueto con Albert Collins, grandes momentos que
sirven para colocarle como un más que digno continuador de la gran tradición
del blues británico.
(Imágenes: ©Cordon Press)