Rastreando la fuente original del rock

Por Sergio Ariza

Rastrear la fuente original de eso que conocemos como rock no es tan difícil como hacerlo de la de los grandes ríos de la Tierra, como el Amazonas o el Nilo. Como estos el rock se surte de diversas fuentes y de otros ríos, pero no hay que escalar ninguna gigantesca montaña para encontrar los discos que más le han influido. Baste esta barbaridad como ejemplo, un disco que recoge varios de los mejores sencillos de Howlin’ Wolf para Chess grabados entre 1960 y 1962, doce canciones entre las que se encuentran las fuentes que nos llevan a los Rolling Stones, a Led Zeppelin, a los Doors o a Cream, demostrando que con 50 años ya cumplidos, Chester Arthur Burnett, o lo que es lo mismo Howlin' Wolf, estaba en el apogeo de su carrera como cabeza visible, junto a la de su rival Muddy Waters, del bullicioso blues de Chicago.    

Uno casi se puede imaginar la emoción de esos imberbes adolescentes cuando se hicieran con una copia de este disco, que salió al mercado en enero de 1962, en el que aparecía una mecedora y una vieja guitarra acústica de madera sobre un fondo verde (una portada que no podía ser más engañosa pues lo que contenía este disco no era blues rural y acústico sino salvaje blues eléctrico de Chicago). Para ellos debía ser como encontrarse ante las Sagradas Escrituras del blues, siendo los aullidos de Wolf el equivalente al sermón de la montaña. Una llamada de atención para dejarlo todo, hacerse con una guitarra eléctrica y tratar de seguir sus pasos.  

   

El disco se abría con la potente Shake For Me, en la que a la poderosa voz de Wolf le acompañaba a la guitarra su pupilo Hubert Sumlin que entregaba un gran solo en su Les Paul Goldtop. Años después Led Zeppelin utilizarían parte de su letra, y de la de Back Door Man, para su Whole Lotta Love, que, a su vez, también bebía de otro blues de Chicago, el You Need Love de Waters. La segunda canción volvía a llevar la firma del mítico bajista de Chess, Willie Dixon, a pesar de que Wolf llevaba cantando esta canción desde sus tiempos con su maestro Charley Patton en los años 30. A pesar de que en los conciertos solía tocar la guitarra, Wolf solía dejar que fueran otros, como Sumlin o Willie Johnson, los que tocaran el instrumento en sus grabaciones en estudio, pero cuando el gigante decidía ponerse a las seis cuerdas entonces es que iba a suceder algo grande. The Red Rooster, que pasaría a ser conocida como Little Red Rooster tras las versiones de Sam Cooke y los Rolling Stones, contiene un increíble 'lick' al slide sobre el que se construye la canción y que servirá de inspiración para Brian Jones en la versión de los Stones.
    

Otro tema mítico que firma Willie Dixon, a pesar de tener sus orígenes en un tema de Patton al que Wolf fue adaptando a su estilo, es Spoonful. Esas cucharadas llenas no eran otra cosa que los placeres/tentaciones que tenían los bluesman, sexo y drogas. Wolf vuelve a dar una interpretación magistral, aportando una intensidad brutal a la misma, nuevamente sobre un ritmo letárgico en el que vuelve a brillar la guitarra de Sumlin. 
  

   

Back Door Man
apareció originalmente como la cara B de otro de los grandes temas de Wolf, Wang-Dang Doodle, lo que nos da una idea del increíble momento de forma por el que pasaba Wolf a comienzos de los 60. Los Doors recuperarían la canción para su aclamado debut, parece claro que a Jim Morrison le gustó el sentido sexual de la canción, que se refiere a una frase del argot del Sur de los EEUU que se utiliza para designar al hombre que mantenía una relación con una mujer casada. Por su parte Wang Dang Doodle se convertiría en un éxito enorme para su compañera en Chess, Koko Taylor, en 1966, pero la versión de Wolf es todavía mejor, más sucia, salvaje y brutal.
   

La cosa se cerraba con una canción firmada por el propio Wolf, llamada Tell Me, en menos de dos años los Stones estarían en su camino a la cima del mundo con su disco de debut, un disco en el que aparecía la primera canción firmada por Jagger y Richards, llamada también Tell Me. Es evidente que no hay que buscar tanto como en la naturaleza para encontrar las fuentes originales de la música que cambió el mundo. Chester Arthur Burnett la llevaba cantando más de treinta años y todavía seguía con ello, y con enorme fuerza, en esa misma época. Habrá que parafrasear a Brian Jones, mejor callarse y disfrutar del gran Howlin' Wolf, por ejemplo con este disco del que la revista Mojo dijo que era el tercero más importante de la historia de la guitarra después del Are You Experienced? de la Jimi Hendrix Experience y el My Generation de los Who... 
  

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