John Frusciante, el corazón de los Red Hot Chili Peppers
Por Sergio Ariza
A John Frusciante se le cumplieron muy rápido los sueños pero también, en muy poco tiempo, se transformaron en pesadilla. Se convirtió en el guitarrista de su banda favorita siendo un adolescente y con solo 21 años fue la pieza clave para convertirles en superestrellas, pero la fama no era lo que buscaba y lo mandó todo a la mierda, banda incluida, cuando llegaron a lo más alto. Seis años más tarde, increíblemente, la historia se volvió a repetir y los Red Hot Chili Peppers rescataron a Frusciante del infierno de las drogas y este les recompensó con su segunda obra maestra. Su Stratocaster convirtió a una divertida banda de funk rock en uno de los grupos más importantes de su tiempo, dándoles una profundidad y un poso que no tenían hasta su llegada, siendo el factor clave en el camino que va de Sex Rap o Party On Your Pussy a Under The Bridge o Scar Tissue.
John Anthony Frusciante nació un 5 de marzo de 1970 en Nueva York en una familia musical, hijo de un pianista y una aspirante a cantante. Sus padres se separaron siendo él todavía un niño y terminó marchándose con su madre a vivir a Los Ángeles con su padrastro que le animó a seguir sus instintos artistas, a los 9 años estaba escuchando punk y a los 11 estudiaba a Zappa, su destreza con la guitarra era tal que le dejaron abandonar el instituto a los 16 años para apuntarse al Guitar Institute of Technology, aunque, a pesar de matricularse, no atendió ninguna de sus clases.
Para ese entonces ya había descubierto a los Red Hot Chili Peppers y se habían convertido en su banda favorita. En sus conciertos participaba activamente de los tremendos pogos que se formaban, sintiéndose parte de la banda. Siendo guitarrista era normal que su miembro favorito fuera Hillel Slovak del que se aprendió todas sus partes y del que se hizo medio amigo. Otro amigo suyo era D. H. Peligro, el ex batería de los Dead Kennedys, con el que quedaba a tocar. Peligro invitó a Flea, el bajista de los Chili Peppers, a una de sus 'jams' con Frusciante y en breve se pudo ver que el bajista y éste congeniaban a la perfección. Flea salió de allí con el riff de bajo de Nobody Weird Like Me y la convicción de que aquel adolescente, Frusciante todavía no había cumplido los 18 años, tenía un brillante futuro delante de él.
Poco antes de la muerte de Slovak por sobredosis, un 25 de junio de 1988, el guitarrista de los Peppers se juntó una última vez con el hombre que le iba a sustituir en la banda, aunque ninguno de ellos era consciente de ello. Slovak le preguntó a Frusciante si todavía le gustarían los Chilis si se hicieran famosos y tocaran en el Forum y grandes estadios. La respuesta de Frusciante fue premonitoria, "no, arruinaría toda la magia. Eso es lo bueno de esta banda, el público no se siente diferente de la banda en absoluto". Cuatro años después, con un disco entre los más vendidos de EEUU, con un estadio abarrotado de gente en Japón esperando para verles, Frusciante se acordaría de aquella conversación y dejaría la banda.
Pero no adelantemos acontecimientos, tras la muerte de Slovak, Frusciante no fue la primera elección, y los Chilis eligieron a DeWayne ‘Blackbyrd’ McKnight, antiguo integrante de la banda de referencia de los Peppers, Funkadelic/Parliament. Por su parte, Frusciante intentó entrar en la banda de Frank Zappa, pero huyó de allí en cuanto se enteró de la estricta política anti drogas y alcohol del autor de Peaches En Regalia. Con 18 años recién cumplidos Frusciante no estaba solo avanzado con la guitarra, viviendo desde adolescente eso del "sexo, drogas y rock & roll". Fue en ese momento cuando recibió la llamada que le cambió la vida.
Los Chili Peppers no habían congeniado bien con McKnight y Flea recordó al joven y brillante Frusciante, así que, con la bendición de Anthony Kiedis, decidió llamarle para hacerle una prueba. Frusciante no se lo podía creer y daba saltos de alegría por toda la casa, no había una audición para la que estuviera mejor preparado, se sabía todas sus canciones a la perfección, el puesto era suyo.
Frusciante era un gran admirador de Hendrix, una de las grandes referencias de la banda, pero no particularmente del funk, pero Flea le enseñó lo básico. Al poco de entrar el guitarrista se produjo otro cambio en la formación de la banda, Jack Irons su batería no había querido seguir sin Slovak y había sido sustituido por D. H. Peligro, pero el ex de los Dead Kennedys estaba tan enganchado a la heroína como para que una banda como los Red Hot Chili Peppers le acabara echando. Le sustituyó Chad Smith, la banda había encontrado su formación más recordada.
Estaban grabando Mother's Milk, un disco continuista en el que se nota que Frusciante sigue al pie de la letra los pasos de Slovak, sus mejores momentos llegan cuando se desata con su Les Paul Custom, una guitarra que se pudo comprar con el primer dinero en la banda, en Knock Me Down, un gran tema de funk rock como otro de los grandes momentos de ese disco, su versión del Higher Ground de Stevie Wonder. La banda sonaba mejor que nunca y las melodías se abrían paso pero seguían siendo los Chili Peppers de siempre. Aun así fue el mayor éxito de su carrera, subiendo a un modesto puesto 52 en la lista de álbumes de Billboard.
Pero todo iba a cambiar para su siguiente disco. La banda contrató a Rick Rubin como productor y se mudó a la mansión de este, que había sido la de Harry Houdini. Allí la magia se haría presente cuando el productor le pidiera al cantante que convirtiera un poema sobre su adicción a la heroína en una canción. Kiedis se fue con la letra de Under The Bridge a Frusciante y este compuso la famosa intro con su Fender Duo Sonic, aunque luego en el famoso vídeo de la canción aparecería con su Fender Jaguar del 66. El caso es que esta canción marca el momento en el que Frusciante comienza a convertirse en el arquitecto sonoro de la banda y a demostrar que, a pesar de sus inicios y sus conciertos, los Chili Peppers daban lo mejor de sí mismos en sus momentos más íntimos.
Con el fantasma de Hillel Slovak revoloteando por todo su mensaje Under The Bridge marcaría una nueva etapa para la banda, capaz de mostrarse más melancólica y vulnerable, abriendo la senda por la que se colarían nuevas maravillas como I Could Have Lied, Breaking The Girl o Soul To Squeeze. Eso sí, cosas como Give It Away, Suck My Kiss o Sir Psycho Sexy demostraban que el sexo y las ganas de pasárselo bien seguían con ellos.
El resultado fue su obra maestra y uno de los discos imprescindibles de los años 90, Blood Sugar Sex Magik. Publicado el 24 de septiembre de 1991 el disco subió a un más que aceptable puesto 14 en la lista de discos, antes de comenzar su gradual descenso, pero entonces sucedió algo que iba a cambiar el rumbo de la música rock. Y eso fue que otro disco publicado el 24 de septiembre de ese año, el Nevermind de Nirvana, comenzó a subir en las listas como un cohete. A los Chili Peppers les pilló aquella tremenda explosión en el medio y es que para presentar su disco se habían ido de gira con otras dos bandas emergentes, los Smashing Pumpkins y Pearl Jam, dos bandas que también habían sacado disco ese año sin hacer mucho ruido.
El caso es que a rebufo de las ventas de Nevermind, Blood Sugar Sex Magik estaba volviendo a subir posiciones en las listas y su discográfica decidió apostar por ellos y juntarles con la nueva sensación proveniente de Seattle, al principio los sacrificados para dejar su sitio a Nirvana fueron Pearl Jam, pero Billy Corgan, el líder de los Samshing Pumpkins no quería tocar con los de Kurt Cobain y al final se completó un cartel con Pearl Jam, Nirvana y Red Hot Chili Peppers, los discos que presentaban eran Ten, Nevermind y Blood Sugar Sex Magik historia musical de los años 90. Tres días después de su último concierto juntos, Nevermind desplazaría en el número uno al Dangerous de Michael Jackson, el boom del rock alternativo se producía con los Chili Peppers como testigos de lujo.
Pero no todos estaban contentos con el nuevo éxito, Frusciante lo estaba llevando fatal y su comportamiento era cada vez más errático. Cuando les invitaron el mítico programa Saturday Night Live, le cambió el tono a Under The Bridge para tortura de un Kiedis que se vio apuñalado en directo. El cantante siempre había ansiado convertirse en una estrella del rock y ahora que estaba a punto de lograrlo no podía entender a Frusciante, cada vez más interesado en sabotear su nuevo éxito. Todo llegó a su fin en Japón, justo la semana en la que Blood Sugar Sex Magik alcanzaba el puesto 2 de las listas, con Frusciante mandándolo a la mierda todo, la banda, el éxito, sus guitarras y su salud.
El guitarrista se enfrentó a una depresión y dejó de lado la música, vendió sus guitarras para conseguir heroína y se convirtió en un adicto durante varios años. Sus conexiones le permitieron grabar un par de discos en solitario pero él mismo reconoció que el último de ellos fue para conseguir algo de dinero para seguir pinchándose... Al final consiguió dejar sus adicciones en 1998, justo en el momento en el que los Chili Peppers acababan de despedir a su sustituto, Dave Navarro. La moral en la banda estaba por los suelos y Flea le dijo a Kiedis que solo veía futuro para los Chilis si volvían a contar con Frusciante.
El bajista fue a casa de Frusciante y le propuso volver, las palabras de Frusciante fueron "nada me haría más feliz". Eso sí, tras años de adicciones el guitarrista ni siquiera tenía una guitarra decente para grabar, así que Kiedis se lo llevó a un Music Center donde le compró una Stratocaster del 62. Al poco comenzaron a grabar Californication y la mágica mano del guitarrista se volvería a notar enormemente, Scar Tissue sirvió de carta de presentación, con esa guitarra que vuelve a sonar como una bienvenida brisa con la ventanilla bajada del coche. El estribillo es el más perfecto hecho nunca por la banda y todo se redondea con un solo en el que Frusciante utiliza el slide en su Telecaster Custom del 60. En ese disco, el más melódico de su carrera, también destacaría su trabajo con una Gretsch White Falcon de 1955 conectada a una Fender Showman en canciones como la titular o Otherside.
Fue su segunda obra maestra y dio paso al periodo más feliz de su carrera y su vida, disfrutando del éxito de discos de la banda como By The Way o Stadium Arcadium, donde fue el compositor principal, compaginando su trabajo con discos en solitario como To Record Only Water for Ten Days (2001) o Shadows Collide with People (2004) en los que daba rienda suelta a su vena más experimental. Aun así en 2009 sus caminos se volvieron a separar de los de Red Hot Chili Peppers de manera amigable.
Pero, increíblemente, Frusciante ha decidido volver, una vez más, al redil que representan Kiedis, Flea y Smith, y la formación clásica de los Chili Peppers está a punto de presentar su sexto disco juntos, Unlimited Love, que hace el duodécimo de su carrera. Solo escuchar el inicio de Black Summer, el sencillo de presentación, nos deja claro que, a pesar de que Kiedis y Flea son el cerebro y los pulmones de los Red Hot Chili Peppers, John Frusciante es el verdadero corazón de esta banda.