Su disco más influyente

Por Sergio Ariza

Se podría decir que Kill 'Em All, el disco de debut de la banda, fue el responsable de popularizar el Thrash metal, pero fue Ride The Lightning, su continuación, el que creó la versión definitiva de Metallica. Y es que este disco expandía el horizonte musical de la banda y ampliaba su paleta, sin perder ni un ápice de la fuerza de su primera obra. 

  

Si en Kill 'Em All la sombra de Dave Mustaine todavía era demasiado alargada y su peso se notaba más que el de los dos miembros con menos peso compositivo, Cliff Burton y Kirk Hammett, aquí, sin embargo, ya se puede disfrutar del monstruo de cuatro cabezas, James Hetfield y Lars Ulrich siguen siendo los compositores principales pero la excelencia como músicos de los otros dos, también se nota con fuerza en todas las piezas.
   

El conocimiento musical de Burton es fundamental en este disco en el que enseñó a sus compañeros los principios de la teoría musical, algo que se nota en una mayor complejidad armónica y melódica en las canciones del disco. Algo que ya se puede ver desde el principio con la acústica que abre Fight Fire With Fire, en el que suenan como juglares medievales, lo que hace mucho más explosivo la aparición del abrumador riff inicial, con la Gibson Explorer 'So What' del 84 de Hetfield.
 

  

Aunque puede que el momento definitorio del disco, y de toda la carrera de Metallica, llegue con Fade To Black, el momento en el que la banda más importante de la historia del Thrash entrega su primera balada haciendo que, por primera vez pero no última, sus seguidores se rasgaran las vestiduras y les acusaran de venderse. El caso es que la fórmula de esta canción es la que seguirán la mayoría de sus baladas, monumentos como Welcome Home (Sanitarium) o One, un inicio suave con Hetfield demostrando que es un gran cantante y una segunda parte explosiva en la que los riffs pesados entraban a cuchillo. En ese final la banda se transforma en la versión 2.0 de Black Sabbath para un clímax antológico, solo de Kirk Hammett incluido.
   

Esa mayor musicalidad de la que hablaba también se nota en la canción titular en la que comprobamos que se puede sonar brutal a la vez que sofisticado, gracias al increíble trabajo a las cuatro cuerdas de Cliff Burton. A pesar de que es una de las dos canciones en las que todavía aparece Mustaine como co-compositor, uno de los riffs es suyo, se puede ver en el solo de la Flying V de Kirk Hammett que este ya ha salido de su sombra para comenzar a volar por libre. Otro de los monumentos fundamentales del disco es For Whom The Bells Toll, una canción que comienza con unas campanas ominosas y amenazantes, como si fueran las mismas campanas del infierno de las que hablaban AC/DC. La canción se va construyendo poco a poco, riff a riff, hasta que entra la voz de Hetfield pasados los dos minutos y se desata la tormenta.
  

  

Para redondearlo todo la segunda cara se cerraba con otras dos canciones enormes, primero llegaba Creeping Death, una explosiva canción compuesta desde el punto de vista del Ángel de la Muerte, en la que Metallica arrasa con todo a su paso. Por último, cerraba el disco el tema instrumental The Call Of Ktulu, casi nueve minutos de brutal pericia que también provenía de los tiempos de Mustaine en la banda.
   

Ride The Lightning
fue el disco con el que encontraron su fórmula mágica, una fórmula que seguirán, incluso mejorándola, con Master Of Puppets. Es por eso que es, también, su disco más influyente, y es que no hubo una sola banda de Metal, aunque también de hardcore y punk, que no cayera bajo su enorme influjo, lo que hizo de ellos la banda más importante del género.
  

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