Oscurecido por el lado oscuro de la luna

Por Sergio Ariza

Pink Floyd se habían encontrado a sí mismos en la grabación de Meddle, logrando salir de la alargada sombre de su primer líder, Syd Barrett, y se encontraban grabando la que iba a ser su gran obra maestra, The Dark Side Of The Moon. Se podría decir que se encontraban en el mejor momento de su carrera, el grupo todavía funcionaba como tal y los cuatro miembros aportaban cosas. Fue en ese momento cuando recibieron la llamada del director Barbet Schroeder, con el que ya habían trabajado en More, para que hicieran la banda sonora de su nueva película, El Valle. Como tenían que parar de todas formas para hacer una mini gira por Japón, decidieron regresar por Francia y en dos semanas hicieron uno de los discos más reivindicables de su carrera, Obscured By Clouds.   

Es evidente que esto es una banda sonora y que está muy lejos de lo bien construidos que estaban sus discos más famosos, pero, como decía al principio, la banda estaba en su mejor momento creativo y varias de las canciones que aquí aparecen se pueden considerar gemas olvidadas de su discografía. Sobre todo porque la propia banda, menos Nick Mason que lo considera uno de sus mejores trabajos, dio la espalda al disco, principalmente porque la producción no estaba muy cuidada, con finales abruptos o demasiado largos, y una secuenciación que no ayudaba en exceso, y pocas de sus canciones se incluyeron en su repertorio en directo.
  

   

El disco se abría con dos instrumentales con algunas texturas interesantes pero que suenan irremediablemente a relleno, a piezas hechas con la intención de acompañar imágenes más que de funcionar por sí mismas, aun así los dos instrumentales que cierran cada cara son mejor que estos dos primeros y dan muchas pistas sobre el sonido de The Dark Side Of The Moon. Eso sí, Obscured By Clouds tiene su mejor baza en las canciones propiamente dichas. No son largas piezas sobre las que improvisar como Echoes o Shine On You Crazy Diamond sino canciones pop de tres minutos, algunas con un punto más country, otras con uno más hard rock e incluso alguna con ecos de los Kinks.
   

La primera que aparece es Burning Bridges, una composición de Rick Wright con letra de Roger Waters, cantada por el teclista y David Gilmour, es un tema suave, casi pastoral, que suena maravilloso cuando las dos voces armonizan y entra la guitarra de Gilmour, primero la Black Strat y luego una pedal steel. The Gold It's In The... es un tema hard rock que le sirve a Gilmour para lucirse con la guitarra, todavía mejor es Wot's... Uh the Deal? una canción con música del guitarrista y letra de Waters, que recuerda a Fat Old Sun, con sus aires acústicos y su bonita melodía.
  

   

La segunda cara se abre con otra maravilla, Childhood's End, la primera (y última hasta la salida de Waters) canción con letra de Gilmour en la banda. Es un tema muy interesante que puede ser visto como un antecedente de Time, le sigue la única composición en solitario de Waters, Free Four, que fue la elegida como único sencillo del disco. Musicalmente recuerda a los Kinks de finales de los 60 aunque la letra trata por primera vez el tema de la muerte del padre del bajista durante la II Guerra Mundial. La última pequeña gema del disco es Stay, otro tema de Wright con letra de Waters, con ligeros toques country, sobre todo en la guitarra de Gilmour.
   

Obscured By Clouds
es, en definitiva, la mejor de las bandas sonoras de la banda y el disco más a reivindicar, dentro de los menos conocidos, a pesar de sus fallos. Creo que, sin ser una obra maestra, es el disco más infravalorado de la banda y, posiblemente, el mejor fuera de la tetralogía compuesta por The Dark Side Of The Moon, Wish You Were Here, Animals y The Wall, el debut liderado por Syd Barrett y el fundamental Meddle. El disco se llamó Obscured By Clouds pero debió haberse llamado Obscured By The Dark Side Of The Moon, y es que cuando salió aquel disco este quedó enterrado bajo su enorme éxito, un destino injusto que, realmente, no merecía.
  

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