Delicias acústicas

Por Sergio Ariza

Cuando el 10 de abril de 1970 Paul McCartney anunció la separación de los Beatles, Led Zeppelin estaban preparados para tocar un concierto en Miami, dentro de una de sus giras estadounidenses. Allí varios medios les preguntaron si se sentían los herederos como banda más grande del rock. Era una cuestión legítima, los dos primeros discos de los Zeppelin, publicados en 1969 habían sido número uno a ambos lados del Atlántico y eran la banda que más entradas vendía para sus conciertos. Eso sí, una cosa les separaba, mientras que los Beatles vivieron una auténtica relación de amor con la prensa musical, que no paraba de alabar sus trabajos, los de Jimmy Page vivían una pesadilla con la prensa especializada que los acusaba de monolíticos y machacones. Pero para ese momento la banda ya estaba ensayando un disco totalmente distinto... 

  

Durante su primer año de vida no hubo apenas parón para la banda, que tuvo que grabar su segundo disco en diferentes estudios entre concierto y concierto, así que cuando Robert Plant le dijo a Jimmy Page que se marcharan a descansar a Bron-Yr-Aur, una casa rural en medio de Gales, donde había veraneado de pequeño, el guitarrista y productor no lo dudó. El bucólico ambiente les influyó, y las ganas de buscar un sonido diferente les llevaron a un sonido más acústico, influido por guitarristas como Bert Jansch, Roy Harper (al que dedicarían una canción) o John Fahey a los que admiraba Page y por el folk británico de Fairport Convention o The Incredible String Band, grupos muy del gusto de Plant.
   

El caso es que cuando en mayo sacaron tiempo para grabar y se les unieron John Paul Jones y John Bonham en Headley Grange, un estudio campestre, el disco se impregnó de ese ambiente de camaradería y Page dejó que el resto de la banda ayudara más en la composición, con Plant escribiendo todas las letras, a excepción de Tangerine, y Jones aportando arreglos tan geniales como las cuerdas de Friends.
 

  

Eso sí, el disco más acústico de la banda se abría con una de sus canciones más potentes, la máquina mejor engrasada de hacer rock se lanza a la batalla espoleada por los gritos de Plant, el increíble riff de Page y la precisión rítmica de Bonham y Jones. Pocas canciones han influido más sobre el posterior heavy metal que Immigrant Song. Luego llega Friends, la primera canción en la que suena la Harmony Sovereign H-1260 acústica de Page, y la primera que deja claro la orientación del disco, aquí ya se puede ver cierta influencia oriental, adelantándose varios años al disco que harían Plant y Page en 1994.
   

Con Celebration Day vuelve la electricidad por todo lo alto, creo que es una de las canciones más minusvaloradas de la banda, un riff épico y uno de sus mejores estribillos, además de contar con un fabuloso solo a cargo de Page. Luego llega uno de los mejores blues que jamás grabó esta banda, Since I've Been Loving You, con un Page absolutamente colosal con su Les Paul y un sentimiento generalizado mucho más sofisticado que en los dos primeros discos. Out On The Tiles cerraba con fuerza la primera cara, otro gran riff de Page y un Bonham absolutamente brutal a la batería, lo suficiente como para ganarle una parte en la composición.
 

  

La segunda cara es la realmente acústica, abriéndose con la increíble recreación de la canción tradicional Gallows Pole, con Page usando acústica y eléctrica, pero también un banjo, al que se une Jones con la mandolina. Tangerine es una preciosidad acústica que viene firmada en solitario por Page, con un punto psicodélico que puede deberse a que el guitarrista ya la tenía compuesta en 1968 en su tiempo en los Yardbirds. Por su parte That's the Way se convirtió en una pieza fundamental en las partes acústicas de sus conciertos e hizo que Page tuviera mucha mejor impresión de Plant como letrista. Bron-Y-Aur Stomp tiene un punto country y es un homenaje al lugar en el que se inspiraron. El disco se cierra con una recreación del Shake 'Em On Down de Bukka White, que la banda convierte en un homenaje a su amigo Roy Harper.
   

La banda lo había conseguido, habían entregado un trabajo totalmente distinto a los dos primeros pero logrando traspasar la misma fuerza a estos temas acústicos. Cuando salió fue un éxito tremendo, subiendo en la primera semana al número uno de las listas británicas y estadounidenses, pero cuando Page leyó las críticas no se lo podía creer, ahora les acusaban de copiar el sonido acústico proveniente de California y Laurel Canyon, en concreto a Crosby, Stills, Nash & Young, algo totalmente infundado, aunque en su siguiente disco hubiera un homenaje para ese sonido (y para Joni Mitchell en particular) con Going To California. Que no comprendieran a este gran disco fue un golpe duro y haría que Page se alejara de la prensa y se concentrara en grabar el mejor disco de rock jamás grabado, pero esa ya es otra historia...
 

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