¿Nihilismo optimista?
Por Paul Rigg
The Myth of the Happily Ever After (22 de octubre, 2021/Warner y 14th Floor) de Biffy Clyro se produjo poco después de A Celebration of Endings, y se dice que estas últimas canciones son "restos". Sin embargo, lo que podría haber sido una colección de caras B no es nada de eso, porque la banda se retiró a su granja en Ayrshire, Escocia, para reelaborar muchos de los temas en el contexto de la pandemia. Y, en el proceso, las canciones llegaron a servir de contrapunto a las del disco complementario.
The Myth of the Happily Ever After podría haber sido más oscuro -y desde luego no puede calificarse de alegre-, pero el nihilismo está esta vez sesgado en una dirección diferente. El disco anterior, por ejemplo, terminaba con la frase "Fuck everybody - Wooh!", mientras que éste se cierra con una petición de no perder el tiempo en conflictos inútiles: "Sólo estamos aquí una vez. Por favor, da todo lo que tienes antes de que el ritmo se detenga... Da amor a todo el mundo".
"En el último año, si hay algo que hemos descubierto, joder, es las cosas que debemos valorar y las que debemos apreciar", dice el guitarrista y vocalista principal de Biffy Clyro, Simon Neil. "Muchas otras cosas no son más que ruido extraño que podemos dejar en segundo plano. No quiero tener nada que sea innecesario dando vueltas. Emocionalmente, el camino es simplemente buscar el amor en tu vida. Sueno como un puto hippie, ¡pero fue un año para eso!".
Al adoptar este enfoque, Neil contó claramente con el apoyo de los hermanos Ben Johnston (batería y voz), James Johnston (bajo y voz) y el productor Adam Noble.
El disco comienza con una introducción onírica y superficialmente reconfortante en el tema DumDum, antes de que la letra se convierta en una pesadilla: "La vida no podría ser mejor, Ignoraré todos los cuerpos amontonados en mi puerta, Todas mis convicciones, suavizan el golpe, Suavizado para nadie más que para mí, Así es como lo jodemos desde el principio".
A Hunger In Your Haunt comienza con Neil escupiendo fuego tanto sobre su Strato blanca (que en el vídeo que la acompaña no permanece blanca mucho tiempo), como sobre su letra "It's been dark a while so where's the fucking dawn? Wisdom no morе, eloquence no morе, All I loved has broken down and gone to seed". Denier, por su parte, presenta un desarmante choque entre música punk y letras azucaradas: "Necesito a alguien a quien amar, necesito a alguien a quien cuidar y eres tú"; pero es muy pegadiza, y gana con repetidas escuchas. Igualmente edificante es Witch's Cup, que sorprende sonoramente en todo momento.
Curiosamente, la imagen de una cruz que aparece en la portada del disco se menciona en los siguientes temas, Holy Water y Errors In The History Of God, que aportan una dimensión totalmente diferente al álbum. Esta última sugiere de forma oblicua que la conciencia fue uno de los errores de Dios: "Somos errores en la historia de Dios", canta Neil, respaldado por la ajustada sección rítmica de los hermanos Johnston.
Al parecer, Haru Urara hace referencia a un caballo de carreras japonés conocido como "la estrella brillante de los perdedores de todo el mundo" por seguir dándolo todo ante la constante derrota, y esto se refleja en la música que pasa de lo moroso a lo heroico. No puedo evitar pensar que el título de la canción más cercana, Slurpy Slurpy Sleep Sleep, debe estar inspirado en el éxito de 1971 de Middle of the Road, Chirpy Chirpy Cheep Cheep, pero ahí acaba la similitud, ya que este tema roquero está lleno de fuerza bruta y ofrece un mensaje optimista para terminar.
El noveno disco de Biffy Clyro no deja de ser estimulante y demuestra que la banda sigue siendo una fuerza creativa inquieta. The Myth Of The Happily Ever After es a menudo oscuro y nihilista desde el punto de vista lírico, pero, al igual que la música, sorprende a menudo con un mensaje optimista de esperanza. En este sentido, es un álbum extraño para tiempos extraños.