Todd Rundgren, un mago, no una estrella

Por Sergio Ariza

Todd Rundgren lo tenía todo para ser una gran estrella, era un multiinstrumentista, mago de la producción, gran compositor y, como colofón, as de la guitarra (lo que le llevaría, tiempo después, a ser parte de los All Star de Ringo Starr). Pero en el momento en el que el éxito se cruzó en su camino decidió tirarlo por la borda para seguir su propio camino creativo y hacer los discos que le ha dado la gana.    

Todd Harry Rundgren nació un 22 de junio de 1948 en Philadelphia. Desde niño cayó fascinado por la colección de discos de sus padres, básicamente operetas y musicales, pero pronto se vio bajo el embrijo del rock & roll. La primera canción que le impulsó a coger una guitarra fe el Walk, Don’t Run de los Ventures, pero el momento en el que decidió que quería dedicarse a la música fue cuando descubrió a los Beatles. Rundgren se convirtió en un incondicional de los grupos de la 'British Invasion', como los propios Beatles, los Yardbirds o los Who, y del revival del blues eléctrico encabezado por la Paul Butterfield Blues Band y John Mayall & The Bluesbreakers. Mike Bloomfield y Eric Clapton se convirtieron en sus modelos y cuando terminó el instituto y se enroló en la banda de blues más famosa de Philadelphia, Woody’s Truck Stop, decidió que no podía tener otra guitarra que no fuera una Les Paul, una guitarra que consiguió por el increíble precio (a día de hoy) de 85 dólares.
    

     

En poco tiempo dominaba con fluidez el instrumento pero en 1967 sus compañeros de banda descubrieron a los Grateful Dead y el ácido y se marcharon a la Costa Oeste a buscar el nirvana a través de interminables 'jams'. Rundgren seguía prendado de sus grupos ingleses y quería componer sus propios temas, así que decidió quedarse y formar una banda con los mejores músicos locales. Se quedó con su amigo, y bajista en Woody’s Truck Stop, Carson van Osten, y formó Nazz, una banda bautizada en honor a una de las canciones de los Yardbirds. Al poco escribió la primera canción de su carrera, nada más y nada menos que Hello It's Me, basándose en una chica del instituto que le había rechazado. Al poco le salió el magnífico riff de Open My Eyes, la canción que les iba a valer su primer contrato discográfico. Rundgren todavía no se sentía cómodo con su voz, así que fuera Robert "Stewkey" Antoni el que se encargar de la voz principal, mientras él se dedicaba a la guitarra y los coros. Para ese entonces ya se había comprado una Flying V Sunburst de 1967 y un Fender Bassman. Cuando entraron al estudio para grabar esas dos canciones Rundgren consiguió que le dejaran jugar con la mesa y comenzó la que sería una extensa carrera como ingeniero y productor. En julio de 1968 apareció el sencillo, con Open My Eyes como cara A y Hello It's Me como cara B, a pesar de la irresistible fuerza de la primera, con un excelente solo de Rundgren, fue la segunda la que tuvo más éxito.
    

     

Para ese momento la banda ya había grabado su primer disco pero Rundgren había descubierto una nueva cantautora que se convertiría en una influencia fundamental en su vida, se trataba de Laura Nyro que acababa de publicar su primer disco, Eli and the Thirteenth Confession. Su mezcla de elementos soul y jazz con baladas pop de piano, además de su personal voz, hicieron que el enfoque compositivo de Rundgren cambiara. Ahora comenzó a escribir más con el piano y, sobre todo, comenzó a escribir pensando en sí mismo como intérprete. Aun así los Nazz tenían apalabrado un segundo disco. Rundgren se puso manos a la obra y comenzó a escribir un disco en el que se mezclaban sus antiguas influencias como los Who con las nuevas baladas de piano. Tenía tantos temas que el disco iba a ser doble. Pero ni la compañía, ni sus compañeros de banda, estaban muy convencidos con su nueva faceta, más experimental, de cantautor al piano, así que todo ese material se deshechó y se quedaron solo las canciones cercanas a la 'Invasión Británica' y el blues rock de Cream. A pesar de contar con canciones tan notables como Forget All About It, Rain Rider o Hang on Paul, con un increíble solo a cargo de Rundgren, esta no era la visión que tenía el compositor sobre su carrera. Así que puso punto final a Nazz y se marchó a trabajar como ingeniero y productor para el sello Bearsville, propiedad de Albert Grossman. Fue éste el que le puso en contacto con Robbie Robertson y en poco tiempo Rundgren comenzó a trabajar como ingeniero en el Stage Fright de The Band. Fue durante la grabación de este disco en Woodstock cuando Rundgren se convirtió en dueño de una de las guitarras más míticas de la historia, la SG 'The Fool' de su ídolo a las seis cuerdas, Eric Clapton. La guitarra con pintura psicodélica con la que éste había grabado la mayor parte de Disraeli Gears, solo de Sunshine Of Your Love incluido.
      

       

Nada más terminar de grabar Stage Fright, en mayo de 1970, la compañía, contenta con su trabajo, le dio un pequeño presupuesto para grabar un disco por su cuenta. Rundgren se puso manos a la obra y, junto a los hermanos Hunt y Tony Sales como sección rítmica, comenzó a grabar Runt, un disco en el que quiso meter todas sus influencias, desde su amor por el blues rock, hasta su admiración por Laura Nyro. El disco empieza con Broke Down And Busted, una canción en la que sobrevuela la sombra de Cream y Clapton, solo incluido, demostrando una versatilidad enorme desde el principio. En Who's That Man y Devil's Bite se vuelve a lucir con la guitarra, enseñando su parte más rock. Su parte experimental se puede comprobar con I'm In The Clique. El medley de canciones es un resumen de sus distintos estilos, empieza con la balada de piano, Baby Let's Swing, un sentido homenaje a Laura Nyro, luego llega la melódica The Last Thing You Said y termina con el rock de Don't Tie My Hands. El disco se cierra igual que había comenzado con un potente blues rock que sirve para demostrar su habilidad a la guitarra hasta que, de repente, se convierte en una de esas baladas de piano marca de la casa para volver a caer en otro estallido de blues rock guitarrero y terminar en una pieza orquestal. Puede que, sin darse cuenta, Todd estuviera dando pistas sobre una carrera en la que no se iba a dejar etiquetar facilmente, saltando de un género a otro sin remedio. Aunque el gran éxito del mismo vino con We Gotta Get You a Woman, otra canción inspirada por Laura Nyro que haría que su siguiente trabajo, Runt: The Ballad Of Todd Rundgren, se decantara hacia las piezas de piano, siendo las únicas excepciones Bleeding, Parole y Chain Letter. La primera es una de las mejores canciones de su carrera, siendo uno de los primeros ejemplos de power pop, además de contener dos de sus mejores solos, con su guitarra pasada por un Leslie.
      

       

Al año siguiente llegaría su gran obra maestra, Something/Anything, un doble disco en el que Rundgren se encarga de todos los instrumentos y las voces (excepto en la última cara), además de producir todo el disco. El disco está dividido en cuatro partes, una primera en la que se encuentra en su mejor modo cantautor, con la canicón más conocida de su carrera, I Saw the Light, luego se pone en modo mago de la producción, explorando los límites del estudio de grabación, la tercera le ve sacar a la luz a 'The Fool' y los mejores sonidos de la guitarra, ya sea con la mejor canción de su carrera Couldn't I Just Tell You, una maravillosa píldora power pop, o el blues rock de Black Mariah. Por último, el disco se cierra invitando a otros músicos a la fiesta. Fue un éxito absoluto y propició dos sencillos de éxito, I Saw The Light, y una relectura de Hello It's Me. El hecho de que la primera fuera una especie de homenaje a Carole King hizo que los más cortos de miras le colgaran el sambenito de 'Carole King masculino'.
   

Rundgren reaccionaría grabando uno de los discos más extremos que se recuerdan, A Wizard, A True Star, un disco al que muchos vieron como una especie de suicidio comercial, en el que descoloca a sus seguidores con una primera cara experimental y alucinógena. No era de extrañar, Rundgren huía de la fama pero había abrazado con fuerza la vida de estrella rock, consumiendo LSD y otras drogas psicodélicas e iniciando su mediática relación con Bebe Buell. Pero, además, este adicto al estudio se había construido uno nuevo en casa y se pasaba el día encerrado allí deconstruyendo las canciones a su gusto. Eso sí, como probaba la segunda cara, no se le había olvidado escribir grandes canciones pop como Is It My Name, otra magnífica prueba de su talento como guitarrista, o Just One Victory.
      

       

Se le podría considerar el culmen de su carrera, un disco tan excesivo como los propios 70. Claro que Rundgren se vería engullido en tanto exceso, principalmente con la formación de Utopia, una banda con la que derivaría al rock progresivo, utilizando principalmente una Fender Mustang y una bizarra guitarra custom con forma de Ankh, pero que mejoraría a finales de los 70 cuando viraran hacia el power pop, . De todas formas las mejores cosas que llegarían volverían a ser en solitario, como Faithful; con una primera cara dedicada a versionar fielmente sus canciones favoritas y una segunda de canciones propias donde volvía a recuperar su mejor pulso compositivo con piezas como Love of the Common Man o Black And White, una canción que contiene un maravilloso solo psicodélico, claramente inspirado por los clásicos de la primera cara; o Hermit of Mink Hollow; donde vuelve a recuperar su mejor faceta de cantautor pop con temas como Can We Still Be Friends?.
      

       

Pero su carrera siempre ha estado expuesta a cambios que siguieran su impulso creativo del momento, algo que también se nota en su importante faceta como como productor, con trabajos en discos de New York Dolls, Meat Loaf, Patti Smith o XTC, con los que grabara el maravilloso Skylarking en 1986.
    

Todd Rundgren ha anunciado su regreso a las actuaciones en directo a finales de este año, cuando inicie la gira Individualist, a True Star 2021 Tour el 1 de octubre en Boston. Después viajará por todo Estados Unidos. Es algo que se puede permitir alguien que siempre prefirió la libertad creativa a la fama. Todd Rundgren no quiso ser una estrella pero ha podido tener una carrera de más de 50 años haciendo, literalmente, lo que le ha dado la gana.       

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