Los 10 mejores solos de Duane Allman

Por Sergio Ariza

Duane Allman es la figura más legendaria del rock sureño, el pionero y el constructor del género. Un líder nato que ya se había convertido en la figura regional más conocida de la zona, como bien podrían atestiguar Lynyrd Skynyrd o Tom Petty, pero que decidió devolver el sonido de su tierra, la que vio nacer el blues y el rock & roll, a lo más alto de las listas. Junto a un maravilloso grupo de músicos que creían en él casi como en una figura mesiánica Duane supo sacar oro del instrumento y convertirse en uno de los guitarristas más importantes de la historia, codeándose con Clapton o cualquiera. En menos de dos años llevó a su banda de los peores garitos del Sur de EEUU a los estadios más grandes del país, pero justo cuando comenzaba a recoger los frutos y a vislumbrar el éxito masivo murió en un accidente con su moto. Fue el fin del hombre pero el nacimiento del mito, algo normal si tenemos en cuenta que en menos de tres años dejó un trabajo que le sitúa entre los más grandes guitarristas de rock de la historia, como bien prueban estas diez maravillas que recogemos a continuación. 

Blue Sky (1971)
 

No exagero si digo que Why Does Love Got To Be So Sad? es uno de mis cinco solos favoritos de todos los tiempos, así que ¿cómo es posible que no aparezca el primero? Pues porque antes de morir a los 24 años en un maldito accidente de tráfico, Duane decidió despedirse por todo lo alto regalándole a su compañero y amigo Dickey Betts el solo más bonito de todos los tiempos. Betts había escrito Blue Sky para su novia y la llevó al grupo para que la cantara Gregg Allman, pero fue Duane el que le dijo "tío, esta es tu canción y suena a ti, necesitas cantarla tú". Claro que no fue ese el mejor regalo que le dio a su compañero, realizando el solo favorito de todos los tiempos del que esto escribe. Usando su querida escala mayor, Duane demuestra que tiene la misma facilidad melódica con la guitarra que McCartney escribiendo melodías inolvidables. Es un solo que se queda marcado a fuego en la memoria y se puede cantar con la misma facilidad. Además es una demostración más de que Duane era un guitarrista absolutamente prodigioso sin necesidad de utilizar el slide. Tampoco se queda atrás el autor de la canción que, después de armonizar con Duane, se lanza a tumba abierta con otro solo magnífico pero ese primer solo de Duane es otra cosa, la perfección hecha música. Es, además, la última grabación de estudio de Duane antes de su muerte y viene a demostrar la enorme pérdida que supuso su desaparición.
 

  

Why Does Love Got To Be So Sad? (1970)
 

Por encima de Layla, el gran momento a la guitarra de Clapton y Duane en aquel disco en el que compartieron grabación es Why Does Love Got To Be So Sad?. La canción comienza con Clapton a la guitarra rítmica y cantando, con el corazón en la boca, su amor por la mujer de su mejor amigo, Duane está desatado a la guitarra principal, contestando a cada inflexión de la voz de Clapton con algunas de las mejores notas de su carrera. Su Les Paul está en estado de gracia, a partir del 1:18 comienza su primer solo, es absolutamente brutal y a una velocidad vertiginosa, entonces en el 1:40 se le une Clapton en un momento totalmente glorioso con los dos haciendo solos a la vez... Bueno, pues créanme, el milagro es que lo mejor está por llegar, vuelve la voz mientras Duane sigue escupiendo notas absolutamente increíbles, el tempo va bajando imperceptiblemente, el solo cada vez es más melódico, entonces a los tres minutos vuelve Clapton y se produce uno de los momentos más memorables de la historia de la música rock, dos de sus mejores guitarristas entran en una de las conversaciones de guitarra más increíbles de la historia, la Les Paul y la Stratocaster demostrando su icónico poder, el tempo sigue bajando y como si se comunicasen con telepatía empiezan a responderse con una fluidez increíble, pura magia guitarrística.
 

 

Mountain Jam (1971)
 

Esto es un monumento y la canción que mejor refleja lo que podían ser los Allman Brothers en directo. Por lo general, las largas 'jams' de más de media hora ejecutadas por un grupo rock suelen ser aburridos ejercicios de autoindulgencia con poco que decir, pero los Allman tenían tal compenetración entre ellos que podían llevar un tema basado en una canción de Donovan a cotas inimaginables para la mayoría de bandas de 'jams', y eso era porque era un grupo hecho por y para el directo, pero también porque Duane Allman es de los pocos músicos de rock capaces de aguantar comparaciones con gigantes de la improvisación como John Coltrane y Miles Davis, cuyo Kind Of Blue era su estricta dieta musical en los años del Fillmore East. Esta canción sería simplemente una buena 'jam', como la mayoría de las veces que la banda se subía a un escenario, si no fuera por lo que ocurre a partir de los 22 minutos cuando Duane comienza con su segundo solo, primero a la par que Dickey Betts, y a partir de los 23 minutos y 43 segundos en solitario, lo que consigue entonces Duane es una de las cimas de expresividad de la guitarra eléctrica, el comienzo furioso sacándole todo el partido al slide es increíble, luego se calma, como si hubiera pasado la tempestad y comienza a tocar uno de los solos más emocionantes de la historia, la intensidad vuelve a subir y la banda comienza a dejarse llevar por la fuerza de Duane, como si les estuviera trasportando a todos, entonces vuelve a echar el freno y comienza a tocar la melodía del Will The Circle Be Unbroken, con Betts haciendo unos arpegios, y aquí ya estamos entrando en el Paraíso, con un tono absolutamente celestial, dando algunas de las notas más bonitas de su carrera, como si fuera un predicador alcanzando el éxtasis...
 

 

Hey Jude (Wilson Pickett) (1968)
 

Tras terminar harto de las imposiciones de su discográfica con su primer proyecto, Hour Glass, Duane dejó cabreado California y se llevó a la banda a Alabama a grabar una maqueta de puro blues a los estudios Muscle Shoals. La cinta no tuvo mucho recorrido pero el dueño del estudio, Rick Hall, se quedó impresionado con aquel guitarrista hippie y decidió llamarle para que se pasase por el estudio para una sesión con Wilson Pickett. Duane no lo dudó, era fanático del cantante soul y además podría sacarse un dinero extra, así que se presentó allí con una guitarra que todavía no era su mítica Les Paul sino una Stratocaster con un Fuzz Face conectados a un Fender Twin Reverb. Cuando llegó allí Pickett no tenía ninguna pieza pensada para la sesión, así que Duane le propuso que grabara el Hey Jude de los Beatles. Todos se quedaron extrañados, los de Liverpool la acababan de sacar y estaba todavía en su camino hacia el número uno de las listas, pero Pickett confió en aquel tipo que resultaba tan extraño como él en la conservadora y reaccionaria Alabama. Así que comenzaron a grabar y Pickett se la llevó a su terreno, con un órgano que gritaba góspel por las cuatro paredes, Duane iba dando pinceladas por aquí y por allá pero ya tenía preparado el momento en el que daría rienda suelta a toda su explosividad. Justo en el momento en el que comenzaba la coda final, Pickett se desgañita y enciende todas las señales de alarma. El grito de Pickett desata la verdadera locura, tanto Allman como el cantante sacan lo mejor de sí mismos en un final en el que Hall (con gran acierto), entierra en la mezcla los "Na, na, na, na" de las coristas y deja todo el peso a la guitarra de Duane y a la prodigiosa voz de Pickett. El disco, como no podía ser de otra forma, se convirtió en un gran éxito a ambos lados del Atlántico, e hizo que un anonadado Eric Clapton lo considerase el mejor solo que había escuchado en su vida. No sabía que en poco iba a estar tocando con su responsable en su gran obra maestra. Por su parte, Jimmy Johnson, el guitarrista de sesión oficial de Muscle Shoals dijo del solo de Duane que fue “el comienzo del rock sureño”.
 

 

Layla (1970)
 

Esta es la canción más importante de la carrera de Eric Clapton pero no se puede olvidar la enorme aportación de Duane Allman en ella. Comenzando por el archiconocido riff, que Allman sacó de lo primero que canta Albert King en As The Years Go Passing By, y llegando hasta los increíbles sonidos que saca de su Les Paul, utilizando el slide y llevándolo más allá del 23er traste. Y luego está la famosa coda de piano donde Allman utiliza sus conocidos 'sonidos de pájaro' (bird call) dándole su sonido más distintivo.
 

 

Whipping Post (Live At Fillmore East) (1971)
 

Aquí se luce en varias ocasiones y de distintas formas, primero está el primer solo, a partir de los dos minutos, pura fuerza y velocidad, jugando en varias ocasiones con la intensidad, subiendo y bajando el tempo a su antojo, luego es Dickey Betts el que relumbra con un solo antológico, uno de los más bellos jamás realizados, vuelve Gregg con el estribillo ralentizado y entonces Duane demuestra que es el guitarrista más inventivo de su generación con una genial coda final para la canción. 

 

In Memory Of Elizabeth Reed (Live At Fillmore East) (1971)
 

Aquí el mérito está en la interacción de los dos guitarristas, escuchen como Duane y Dickey Betts se complementan y armonizan entre ellos, una maravillosa combinación de espíritus que, por momentos, recuerda a Miles Davis (Betts) tocando con John Coltrane (Allman). Lo que les hacía grandes era que ninguno buscaba eclipsar al otro sino sencillamente dialogar entre ellos. La canción es de Betts y tiene el sonido más jazzy de la banda, pero escuchen el solo de Duane tras el solo con el Hammond B3 de su hermano para comprender porque nadie dudaba de que era el líder de la banda, es un solo abrasador e incendiario del que surgen chispas en cada nota, al final uno se pregunta cómo es posible que esa bendita Gibson Les Paul del 59 se mantenga entera tras semejante solo. 

 

Anyday (1970)
 

Tengo que reconocerlo, podría haber llenado este especial de canciones de Layla & Other Assorted Love Songs, uno de mis discos favoritos de todos los tiempos. Creo que es el mejor disco de la carrera de Clapton y mucha culpa de ello lo tiene su interacción con Duane, al que metió en la banda sin dudarlo el mismo día en el que le conoció. Y es que estos dos estaban hechos el uno para el otro, en esta época Clapton ya se había pasado a la Stratocaster, en concreto a su famosa 'Brownie', y Allman ya tenía una de sus famosas Les Paul, lo curioso del caso es que los dos venían del lado opuesto, Clapton había sido el responsable de popularizar la Les Paul en el rock con su 'Beano' de los Bluesbreakers y Allman se había labrado un nombre tocando una Strato en las sesiones de MUscle Shoals para gente como Wilson Pickett o Aretha Franklin. Aun así, los dos han encontrado el instrumento que les definiría durante el resto de su carrera (en el caso de Duane tristemente corta) y están en el mejor momento de la misma, sus estilos y su tono son totalmente personales y saben complementarse a la perfección, con Clapton dejando mucho espacio para el lucimiento de Duane, mientras él canta, y este devolviendo la confianza tocando como un verdadero demonio. Anyday es uno de los mejores ejemplos del disco, uno de los momentos más roqueros del mismo, con ambos utilizando el slide. Clapton lo da todo, con el corazón roto y las venas llenas de heroína, pero es Duane el que se encarga del solo, primero con los dedos y luego colocándose su botella de Coricidin. Y luego está el final en el que transforma las súplicas de Clapton en música celestial, coloreando de manera magistral toda la emoción del cantante.
 

 

You Don't Love Me (Live At Fillmore East) (1971)
 

Otros 15 minutos de gloria guitarrera sacados del mejor disco de la carrera de los Allman Brothers, el imprescindible Live At The Fillmore East, aquí Duane vuelve a dar toda una demostración de versatilidad, primero, sobre los dos minutos, se desata con un solo violento y salvaje, el segundo comienza sobre los seis minutos y medio y en el mezcla de todo, primero fraseos rápidos que podría firmar un Jimmy Page, luego toda la banda se para y dejan solo a Duane que saca su B.B. King interior y entrega un solo en el que demuestra que puede tocar el blues al nivel de los mejores.
 

 

Don’t Keep Me Wonderin (1970)
 

Esta canción aparecía en el fantástico segundo trabajo de los Allman Brothers, Idlewild South. Escrita por su hermano menor, que también la cantaba, Don’t Keep Me Wonderin era el perfecto vehículo para que Duane demostrara su maestría con el slide. Lo curioso del caso es que para estos momentos, febrero de 1970, el mayor de los Allman llevaba tocando con el slide, que en su caso era una botella de Coricidin, menos de dos años y, aun así, ya lo estaba llevando a cotas jamás alcanzadas de expresividad y sentimiento.