Adiós a uno de los grandes

Por Sergio Ariza

Tom Petty fue uno de los últimos grandes del rock, uno de los pocos que se podían subir a un escenario con Bob Dylan o George Harrison sin parecer un mero secundario. Ya fuera liderando a los Heartbreakers, con su fiel secundario Mike Campbell, o en solitario Petty nos ha dejado una descomunal obra con 20 discos a sus espaldas entre las que se encuentran algunas de las mejores canciones de los últimos 40 años, gemas como American girl, Free Fallin' o Refugee. Hoy habrá fiesta en el cielo del rock and roll y, probablemente, Petty se unirá a Harrison y Roy Orbison, sus compañeros en los Travelling Wilburys, para tocar celestialmente Handle with care o The end of the line.  

Tom nació un 20 de octubre de 1950 en Gainesville, Florida, su padre quería un chico al que le gustasen los deportes pero al chico lo que le interesaba era la música, en concreto el rock and roll. A los 10 años su tío, que estaba trabajando en el decorado en el que se rodaba la última película de Elvis Presley, le llevó a conocer al Rey. Petty quedó maravillado ante su presencia, pensando que Elvis brillaba como algo sobrenatural, y tras conocerle cambió su colección de cromos por unos cuantos 45 revoluciones. Claro que el impulso definitivo para coger una guitarra y formar una banda llegaría el 9 de febrero de 1964 cuando los Beatles tocaron en el programa de Ed Sullivan. Como miles de muchachos a lo largo y ancho de EEUU, Petty se peinó el flequillo para abajo, se hizo con una guitarra y bajó al garaje de su casa a practicar con ella. Su primer profesor de guitarra no fue otro que Don Felder, que ganaría fama mundial unos años después como miembro de los Eagles.
 

Su primera banda se llamó The Epics, junto a su amigo Tom Leadon, pero no fue hasta que se pasó a llamar Mudcrutch cuando Petty se encontró con el hombre con el que formaría una de las sociedades más importantes del rock de nuestro tiempo. Fue en 1970 cuando Mike Campbell apareció en la vida de Petty, su guitarra permanecería junto a él como uno de sus elementos distintivos durante el resto de su carrera. En esos primeros tiempos Petty tocaba el bajo y cantaba, y en poco tiempo se les unió el teclista Benmont Tench. Su primer contrato llegó en 1974 con Shelter, para entonces Petty ya se había pasado a la guitarra rítmica, y en 1975 lanzaron su primer single, Depot Street, que tuvo cierto impacto regional pero fracasó en el resto del país.


 

Después de la ruptura de Mudcrutch, Tench formó su propia banda con Ron Blair al bajo y Stan Lynch a la batería, en poco tiempo Petty y Campbell se unieron y así se dio vida a Tom Petty and The Heartbreakers, Shelter que quería lanzar a Petty como artista en solitario les grabó su disco homónimo de debut en 1976. Allí ya se encontraban todos los elementos que les harían grandes, llevando a los sonidos tintineantes del folk-rock californiano la urgencia y la rabia del punk y la Nueva Ola. Denny Cordell, el productor del disco, les dejó desarrollarse en el estudio mucho tiempo. Durante las grabaciones Campbell se hizo con su mítica Fender Broadcaster para conjugar mejor con la Stratocaster Sunburst del 64 de Petty. Campbell quería una Telecaster pero la Broadcaster le pareció incluso mejor y fue con ella con la que puso la guinda a canciones míticas como American girl (a la que muchos años después recurrirían los Strokes para su Last Nite), Breakdown o Anything That's Rock 'n' Roll, compuesta por ambos, y que fue la canción que les abrió las puertas del Reino Unido, el país en el que consiguieron mayor éxito con ese primer disco. Y es que, a pesar de ofrecer su primera obra maestra, el disco no tuvo un gran impacto en EEUU, donde no tuvo grandes ventas hasta que la prensa se enteró del revuelo que habían causado en Gran Bretaña y se reeditó Breakdown un año después alcanzando por primera vez el Top 40.
 

Su segundo disco llegó en 1978, You're Gonna Get It!, y esta vez sí que entró directamente en las listas, con dos de sus singles I Need to Know y Listen To Her Heart sonando incansablemente en la radio. Hubo una exitosa gira por el Reino Unido en la que compartían cartel con Nils Lofgren y, poco a poco, sus directos comenzaron a alcanzar la categoría de eventos. Todo parecía preparado para el gran salto y Petty no defraudó entregando el mejor disco de su carrera, Damn the torpedoes, grabado en los místicos estudios Sound City. El disco fue producido por Jimmy Iovine y contenía algunas de las mejores canciones de su carrera como Refugee, Don't Do Me Like That, que se convertirían en grandes éxitos, o Here comes my girl, una canción que Mike Campbell compuso con una guitarra que se convertiría en mítica y pasaría a estar estrechamente relacionada con Petty, una Rickenbacker 625-12 de 12 cuerdas. Es la misma con la que aparece en la icónica portada y ahora se encuentra en el Museo del Rock and Roll de Cleveland. Su aportación a su sonido sería clave, añadiendo una nueva nota de color a su paleta de Fenders, en poco tiempo se irían asomando nuevos modelos, como Gretschs e, incluso, alguna Les Paul y Firebirds.
 

 

El disco vendió más de dos millones de copias y les convirtió en estrellas, llenando estadios a lo largo y ancho del país. Esto se confirmó con la aparición de Hard Promises, en el que colaboraban con Stevie Nicks. La cantante de Fleetwood Mac se encontraba grabando en el estudio de al lado y compartía productor con ellos, Jimmy Iovine, así que Petty y Campbell terminaron componiendo (y grabando) para ella una de sus mejores canciones, Stop Draggin' My Heart Around, que aparecería en el mítico disco de Nicks, Bella Donna, y se convertiría en uno de los mayores éxitos de aquel año.
 

Luego llegó un pequeño bajón en su carrera, con tres discos irregulares que, a pesar de todo vendieron bien. En 1988 se produjo uno de los grandes momentos de su carrera cuando, por casualidad, se vio envuelto en uno de los mayores supergrupos que se hayan visto nunca, los Travelling Wilburys. George Harrison había comentado como broma que quería grabar un disco con sus amigos, así que tras una comida con Roy Orbison y Jeff Lynne, se fueron al estudio de la casa de Bob Dylan a grabar una canción que había compuesto, Handle with care. Pero el ex Beatle se había dejado olvidada su guitarra en la casa de Tom Petty, así que se pasó por allí e invitó al líder de los Heartbreakers a unirse a la banda. El resultado fue tan bueno que decidieron grabar un disco juntos. Este terminaría revitalizando la carrera de todos ellos, incluida la de su miembro más joven, que en 1989 decidió sacar su primer disco en solitario. Harrison, Orbison y Lynne aparecen en Full Moon Fever, un disco que, a pesar de no ser de los Heartbreakers, está producido y cuenta con la participación del imprescindible Campbell. El disco fue el de mayor éxito de su carrera y, también, uno de los mejores. De aquí salieron Free Fallin', I won't back down, Runnin' Down a Dream o su versión de sus adorados Byrds, I'll Feel a Whole Lot Better.
 



A pesar de su éxito para su siguiente trabajo volvió a reunir a los Heartbreakers en el notable Into the Great Wide Open, producido por Lynne, con la canción titular y Learning to Fly siendo las canciones más recordadas. Dos años después el recopilatorio Greatest Hits de la banda se convirtió en el disco más vendido de su carrera con más de ocho millones de copias, gracias al éxito de canciones nuevas como Mary Jane's Last Dance. Al año siguiente el batería Stan Lynch dejó la banda y a Petty no se le ocurrió mejor reemplazo que Dave Grohl, que tocó con ellos en el Saturday Night Live, siendo la primera vez que tocaba después de la muerte de Kurt Cobain. Petty le ofreció el puesto de manera permanente pero Grohl decidió apostar por su propia carrera y el puesto terminó siendo para Steve Ferrone.
 

Su carrera siguió con envidiable salud durante los siguientes años, siempre con un alto nivel artístico y sin concesiones comerciales. Para celebrar su 30 aniversario en 2006 salieron de gira con Pearl Jam, The Allman Brothers Band o Trey Anastasio de teloneros, en 2008 aparecieron en el descanso de la Super Bowl y ese mismo año, Petty reformó su primera banda, Mudcrutch con los que llegó a sacar un disco.




Para demostrar su excelente estado de forma, este mismo año, el domingo 9 de julio, Tom Petty y los Heartbreakers dieron su único concierto europeo en el Hyde Park londinense. Abrió con Rockin’ Around (With You), la primera canción de su debut en 1976, más de 60.000 gargantas cantaron cada una de las canciones, con aparición de Stevie Nicks para Stop Draggin' My Heart Around, hasta la última nota de American girl. Era una celebración de sus más de 40 años de carrera y terminó siendo una despedida por todo lo alto.
 

Ha muerto Tom Petty y hoy el rock and roll está de luto. Tras un horrible 2016 en adioses, 2017 parecía estar siendo un poco más benévolo con las leyendas de la música. Ya no se puede considerar así, ya hay más Travelling Wilburys en el cielo que en la Tierra. No alcanzó a tener la repercusión de un Springsteen o un Neil Young fuera de su país natal, pero ninguno de ellos, o del resto de grandes estrellas del rock, duda de que era uno de los suyos.


(Imágenes: ©CordonPress)

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