B.B. King: 10 canciones para entender al Rey del Blues
Por Sergio Ariza
B.B. King es el bluesman eléctrico más famoso de todos los tiempos. Y lo es con toda la razón, porque Riley 'Blues Boy' King es el guitarrista de blues más importante de todos los tiempos y uno de sus cantantes más destacados. Además, nadie en el género tuvo una carrera tan larga y sostenida como la suya, desde sus inicios en Memphis en los años 40, los influyentes sencillos de los 50, donde combinó la guitarra solista con la voz como nadie antes como él, la incorporación de vientos y cuerdas en los 60, los increíbles directos de los 70, o su capacidad de representar al blues, del que fue monarca absoluto desde la muerte de Muddy Waters, durante el resto de su carrera. B.B. King no tocó un acorde en toda su vida pero su capacidad de expresarse a través de su querida Lucille (de sus varias Lucille, mejor dicho) es única e inventó un nuevo lenguaje musical del que se beneficiaron todos los guitarristas posteriores a él, del blues al rock, como los otros dos 'reyes', Albert y Freddie King, Buddy Guy, Peter Green o Eric Clapton.
3 O'Clock Blues (1951)
Puede que las grabaciones de B.B. King con Sam Phillips, antes de que este creara Sun Records, suenen mejor que este 3 O'Clock Blues, pero hay una razón gigantesca porque esta canción se convirtió en el primer número uno en las listas R&B del artista y en una perenne en sus repertorios en directo a lo largo de su carrera. Y eso es porque es la primera vez que Lucille y su voz comienzan a dialogar con la misma fluidez como lo harán durante el resto de su carrera. Ver cómo interactúan esos dos elementos, puestos claramente en primer plano en la mezcla, es uno de los mayores placeres para cualquier amante, no ya del blues, sino de la música. Por cierto Lucille en esta época era una Gibson ES-125 y ni siquiera era la primera Lucille, la que salvó jugándose la vida de un incendio, aquella primera guitarra era una Gibson L-30.
You Upset Me (1954)
Saltamos a 1954 para encontrarnos con el cuarto número uno en las listas de R&B para King, tras 3 O'Clock Blues en 1951, You Know I Love You en 1952 y Please Love Me en 1953. You Upset Me Baby comienza con fuerza, con un maravilloso arreglo al que sigue su guitarra, volviendo a demostrar su maestría con el vibrato y el ‘bending’, apoyada por una gran sección de vientos y luego entra su poderosa y masculina voz, un gran contraste con su forma de tocar la guitarra, mucho más sensual y femenina. Es como si fueran el yin y el yang, complementándose a la perfección. La canción aparece tanto en la notable recopilación de sus primeros discos, Singin' the Blues, publicada en 1956, como en el fundamental Live At The Regal.
Every Day I Have the Blues (1954)
Otro de sus grandes éxitos de los 50 y la canción que terminaría convirtiéndose en su marca personal, la que serviría de presentación de sus conciertos por innumerables años, presente como primera canción en sus dos discos en directo más importantes, Live At The Regal y Live In Cook County Jail. A King le encantaba el arreglo que escribió para él Maxwell Davis y siempre sacaba algunos de sus fraseos más ágiles y rápidos durante su interpretación.
Sweet Little Angel (1956)
¿Quieren saber cómo suena una guitarra cuando llora? Escuchen a Lucille vaciarse el alma cada vez que B.B. King empieza a tocar Sweet Little Angel, otro gran éxito en las listas R&B en el que los 'bends' de King llegan a sonar como una 'lap steel'. Y luego escuchen a B.B. cantar contestando a Lucille con esos falsetes sobrehumanos y podrán entender la grandeza de este hombre, la versión original ya es bastante buena pero la del Live At The Regal es la definitiva.
Sweet Sixteen (1960)
Una canción con un sentimiento muy parecido al de Sweet Little Angel, Lucille vuelve a tomar la palabra primero, emocionando a todo el mundo con uno de los tonos más dulces de la historia. Luego entra la voz de King y cada quiebro vocal es contestado con una concisa respuesta de Lucille. Nuevamente la canción, publicada en dos partes en 1960, encuentra su mejor momento en directo. En particular me gusta mucho la grabada en 1967 en las mismas sesiones del gran directo Blues Is King pero publicada en un sencillo aparte. El inicio de esta versión tiene uno de los mejores solos de la historia de B.B. King, uno que es pura sutileza y clase concentradas para introducir una de sus baladas más recordadas. Escuchen y verán la enorme huella de King en Peter Green, uno de los pocos guitarristas británicos que supo acercarse al sentimiento único que logra sacar de las cuerdas de su guitarras King.
How Blue Can You Get (1964)
1964 es uno de los años más importantes de la carrera de B.B. King, fue el año en el que grabó, en noviembre, el disco más famoso e importante de su carrera, Live At The Regal, uno de los discos en directo más importantes de la historia, pero es que ese año también grabó canciones como Rock Me Baby, Help The Poor o este How Blue Can You Get, una canción que había grabado primero en 1949 Johnny Moore, pero que encontró su versión definitiva en la voz de Riley King, sobre todo cuando todo se paraba y ese vozarrón empezaba a entonar aquello de "I gave you a brand new Ford, you said 'I want a Cadillac', I bought you a ten dollar dinner, you said 'Thanks for the snack', I let you live in my penthouse, you said it was just a shack, I gave you seven children, and now you want to give them back". No faltaría en casi ninguno de sus conciertos desde que la publicara, incluido el mencionado Live At The Regal o el imprescindible Live in Cook County Jail. Aquí ya contaba con una Lucille más parecida a la que todos recordamos, una Gibson ES-335.
Heartbreaker (1968)
Me permito esta pequeña licencia para no tirar solo de las canciones más conocidas del artista. Heartbreaker era la canción que abría Blues on Top of Blues, uno de sus mejores discos, publicado en 1968, y en el que también contenía uno de sus mayores éxitos, Paying the Cost to Be the Boss. Se trata de una de las canciones con más soul del artista, gracias a una tormenta de vientos y a una gran línea de bajo, y luego, por supuesto, a sus dos elementos más distintivos, su voz y Lucille.
Why I Sing The Blues (1969)
Absolutamente imprescindible, una canción irresistible con un gran bajo funk a cargo del bajista habitual de Aretha Franklin, Gerald ‘Jerry’ Jemmott, en Why I Sing The Blues B.B. King da varias respuestas claras a por qué canta el blues. Estamos hablando de un hombre negro que creció en el Sur de EEUU en la primera mitad del siglo XX, alguien que veía linchamientos cada semana y al que ningún blanco llamaba por su nombre, sino "chico" ("ven aquí, chico"), daba igual la edad que tuviera. Puede que la primera parte de esta canción lo explique con mucha mayor claridad: "La primera vez que tuve el blues me trajeron en un barco, había hombres rodeándome y muchos de ellos con un látigo, y todavía quieren saber por qué canto el blues (When I first got the blues They brought me over on a ship, Men were standing over me And a lot more with a whip, And everybody wanna know, Why I sing the blues)". Creo que ya ha quedado claro Riley.
The Thrill Is Gone (1969)
La canción más famosa de su carrera, también la mejor, además de su mayor éxito. La inclusión de la sección de cuerdas le dio un nuevo público. Muchos puristas se quejaron pero las cuerdas casaban a la perfección con el estilo de King a la hora de tocar la guitarra, reforzando su enorme clase. Aquí ya estaba la Lucille que todo el mundo relaciona con King, de hecho su flamante Gibson ES-355 hizo una de sus primeras apariciones en el icónico inicio de la canción, un gran riff de bajo y Lucille demostrando que es la guitarra que es capaz de emocionar con menos notas de la historia. King vuelve a demostrar que es el guitarrista más expresivo de la historia, capaz de comunicar con muy pocas notas lo que otros guitarristas son incapaces en toda una carrera. Pero The Thrill Is Gone va mucho más allá de su solo, siendo la canción más redonda de la carrera de King. Por cierto, si quieren escuchar cómo suena sin las cuerdas, pueden optar por la potente versión en directo del sobresaliente Live in Cook County Jail.
Chains and Things (1970)
Tras el éxito de The Thrill Is Gone King entró al estudio con el productor Bill Szymczyk para grabar el disco del que más satisfecho se siente de su carrera. Se trataba de Indianola Mississippi Seeds un disco del que King dijo lo siguiente: "Sé que los críticos siempre nombran Live & Well o Live at the Regal como mis mejores discos, pero creo que Indianola Mississippi Seeds fue el mejor disco que he hecho artísticamente". Allí se encontraban canciones como Ask Me No Questions o Hummingbird, aunque mi favorita es la maravillosa Chains and Things en la que le acompaña Carole King al Fender Rhodes, dándole ese sonido tan característico. El productor buscaba un nuevo The Thrill Is Gone, de ahí nuevamente el magnífico arreglo de cuerdas, y lo consigue con una de las canciones más emocionantes de la carrera de King. Por cierto, el maravilloso solo comenzó con un error: "toqué la nota equivocada y la seguí como mejor pude... luego conseguimos que el arreglista hiciera que las cuerdas la siguieran".