Al estilo de Bo Diddley

Por Miguel Ángel Ariza

Esta semana nos toca hablar de una de las figuras más interesantes en la historia del Rock and Roll primitivo y, por consiguiente, del Rock en general. Un artista especial y único debido a dos signos de distinción marcadísimos en su música desde sus comienzos.  

El primero de ellos es ese ritmo de cinco acentos que nos ha acompañado desde que sacó sus primeros singles y que todos asociamos a su figura; y el segundo, incluso aún más centrado en nuestro mundo, es esa imagen tan absolutamente espectacular que lucía aquel tipo con guitarras cuadradas y de formas extravagantes en años en los que hasta la Fender Stratocaster parecía una marcianada. Hablamos del único e irrepetible 
Bo Diddley.
 

 

Perseguidor nato de nuevos sonidos desde que una actuación de John Lee Hooker le cambiase la vida y le hiciese aprender a tocar la guitarra, Diddley comenzó construyéndose su primera guitarra eléctrica parece ser que amplificando la señal de sus cuerdas con la cápsula de la aguja de un tocadiscos. Puede que aquella primera guitarra ya tuviese un cuerpo sin demasiada elaboración y ya fuese cuadrada; de ahí su predilección por esta forma rectangular. Sin embargo otras fuentes señalan que el cuerpo cuadrado era su preferido ya que le permitía moverse y saltar por el escenario con más comodidad que con las guitarras de caja 'culonas' habituales de principios de los 50.
 

 

Lo que sí sabemos es que antes de llegar a usar sus modelos más típicos podemos verle en portadas y actuaciones de los 50 con lo que parece ser una Gretsch 6131. De ahí que el de Mississippi se acercase a uno de los constructores jefe de aquella compañía americana para convencerle de construir una guitarra cuadrada para él que acabó haciéndose realidad. Esta guitarra, basada en la forma de los cigar box de aquellos días, es comúnmente es conocida como la 'Gretsch Bo Diddley' y ya forma parte de la iconografía más popular de la historia del rock.
 



También fue la compañía Gretsch quien fabricó para él otro de sus modelos más icónicos, la Gretsch Jupiter Thunderbird, con pastillas DeArmond, auténtica preciosidad de guitarra que años más tarde encontraría a un nuevo dueño en 
Billy Gibbons, declarado amante de la música de Diddley. El líder de ZZ Top fue el encargado en los 90 de convencer a la gente de Gretsch de hacer un modelo reissue de esta guitarra ya que no quería llevarse la original de gira y así nació la Gretsch 6199 Billy-Bo model.
 



Además de estas características guitarras Bo Diddley tiene el honor de ser uno de los pioneros también en el uso de efectos para la grabación de sus canciones. Concretamente fue de los primeros en usar un efecto de trémolo, el Dearmond Model 601 Tremolo, comercializado en 1948 y que ya sonaba en sus primeras grabaciones con Chess Records.
 



Así que huelga decir que estamos ante una de las personalidades más fuertes que se han encontrado en esto del showbusiness, un tipo hecho a contracorriente, que se marcó su propio camino, con su propio estilo, con su propia imagen, con sus propias guitarras y y su propio sonido: el sonido Bo Diddley.