Las 10 mejores canciones de Thin Lizzy

Por Sergio Ariza

Thin Lizzy son una de las grandes bandas de rock de mediados de los 70, una banda que junto a AC/DC, mantuvo la agresividad y la fuerza de esta música en un momento en el que las grandes bandas de antaño comenzaban a mostrar signos de agotamiento. Por su parte Phil Lynott supo transmitir el romanticismo de la vida de la clase obrera tan bien como Bruce Springsteen, no le hizo ascos a la nueva energía que traía el punk y fue tan duro, o más, que cualquier banda de heavy metal. Éstas son nuestras diez canciones favoritas entre su amplio catálogo de tesoros. 

10. Johnny The Fox Meets Jimmy The Weed
 

La canción que daba título al séptimo disco de la banda, Johnny The Fox, veía a la banda meterse en territorio funk, un terreno que no volvieron a pisar pero que se les daba especialmente bien. Lynott era especialmente fan de los O'Jays y solía tocar uno de sus riffs en todos los ensayos de la banda, hasta que un día Brian Downey se puso a tocar y le demostró que, como decían los Funkadelic, una banda de rock también puede tocar funk. En la letra Lynott vuelve a mostrar su fascinación por aquellos que viven al margen de la ley, uno de sus temas preferidos.
  

   

9. Rosalie
 

Fighting
, el quinto disco de la banda, se abría por todo lo alto con esta enorme versión de una canción compuesta por un Bob Seger que todavía no había saltado a la fama. Los de Phil Lynott la hacen suya empleando una marcha extra que se nota todavía más en la versión que aparece en el legendario disco en directo Live And Dangerous, donde la mezclan con su Cowboy Song.
  

   

8. Dancing in the Moonlight (It's Caught Me in the Spotlight)
 

La huella de Van Morrison es alargada en Phil Lynott como bien se puede apreciar en este Dancing in the Moonlight (It's Caught Me in Its Spotlight), una canción en la que Lynott deja salir toda la admiración que tenía por el soul celta del León de Belfast. La canción enseña una faceta distinta de la banda, más ligera y amable. Acompañando a la banda se encuentra el saxofón de John Helliwell de Supertramp, aunque el que vuelve a brillar con un excelente solo es el irreemplazable Scott Gorham. Posiblemente la mejor canción del notable Bad Education, publicado en 1977.
  

   

7. Do Anything You Want To
 

Black Rose
es mi segundo disco favorito de estudio de la banda, tras el intachable Jailbreak, fue el único que grabó como miembro Gary Moore, que utilizó principalmente su Strato y varias Les Paul, y demostraba que Lynott estaba totalmente en plena fiebre creativa, entregando la segunda mejor colección de canciones de su historia. El disco se abría con la fundamental Do Anything You Want To, una canción que era puro Thin Lizzy destilado, desde el arrollador inicio con las dos guitarras en armonía, hasta llegar a uno de los estribillos más certeros de su carrera, uno que les aseguró un puesto entre los 20 primeros de la lista de sencillos del Reino Unido.
  

   

6. The Rocker
 

The Rocker
, compuesta por Phil Lynott junto con otros dos de los miembros originales de la banda, Eric Bell y Brian Downey, es el primer gran clásico de Thin Lizzy y un adelanto del sonido que vendría después con la formación clásica. Incluida en su tercer disco, Vagabonds of the Western World, The Rocker es una definición de intenciones por parte de Lynott, la primera de sus diatribas sobre tipos duros ("I’m your main man if you’re looking for trouble"), en la que Eric Bell mete un Flanger a su Stratocaster prestando algo de su sonido al imprescindible Scott Gorham cuando éste entrase en la banda. Una canción potente y primitiva que muestra la faceta más rocosa de la banda.
  

   

5. Cowboy Song
 

Con Jailbreak los Thin Lizzy alcanzaron la perfección de su fórmula, agarrados al carisma y las historias de Lynott, embellecidas por las guitarras gemelas de Brian Robertson y Scott Gorham que se compenetraban a la perfección. Su sonido era puro Les Paul, Gorham tenía una Sunburst Deluxe que se había comprado nada más llegar a la banda en el 74, mientras que Robertson también tenía una Sunburst Deluxe del 73. El pedal favorito del primero era el MXR flanger, mientras que el segundo tiraba más del wah. Ambos iban equipados con amplificadores Marshall de 100 vatios. Su característico sonido se puede apreciar a la perfección en canciones como este Cowboy Song, perfectos ejemplos de sus guitarras trabajando al unísono, mientras Lynott canta sobre sus idolatrados pistoleros de la infancia.
  

   

4. Waiting for an Alibi
 

Con la salida de Brian Robertson se rompió la dupla que había dado a Lizzy su mítico sonido de guitarras gemelas, pero su sustituto fue un viejo conocido y, posiblemente, el mejor guitarrista que ha pasado por esta banda, Gary Moore, que ya había estado en 1973, aunque solo llegó a grabar el sencillo de Still In Love With You. La relación entre Moore y Gorham no era tan cooperativa como la que tenía Gorham con Robertson debido al carácter competitivo de Moore, que siempre parecía tener algo que probar, pero en esta canción saca fuego de su guitarra, algo no tan raro, si tenemos en cuenta lo fácil que es inspirarse con una de las mejores canciones de la carrera de Phyl Lynott, una con una de sus más cuidadas letras y esa increíble línea de bajo que la abre.
  

   

3. Jailbreak
 

Con su simple riff y su perfecto estribillo, Jailbreak podría pasar por un clásico perdido de power pop, sino fuera porque la actitud desafiante de Lynott, sus letras sobre forajidos y su energía son puro rock'n'roll. Puede que sea la canción con más versiones de la historia de la banda, con gente como Bon Jovi, Anthrax, Blue Öyster Cult o incluso el miembro de la banda, Gary Moore, intentando emular la tremenda fuerza del original. (Alerta de spoiler: Ninguna lo consigue)
  

   

2. Whiskey In The Jar
 

Thin Lizzy siempre estuvieron orgullosos de ser irlandeses e Irlanda siempre tuvo a los Lizzy (y a Lynott en particular) entre sus hijos predilectos, por eso no es de extrañar que la primera canción con la que saborearon el éxito en 1973, colándose entre los 10 primeros de las listas británicas de sencillos, fuera una versión de una canción tradicional irlandesa. Una versión en la que destacaban dos cosas, el increíble trabajo de Eric Bell con su Stratocaster y la poderosa voz de Phil Lynott.  

   

1. The Boys Are Back In Town
 

Y recogiendo el premio a la elección menos sorpresiva de la historia, The Boys Are Back In Town. Es evidente que este temazo no es solo la mejor canción de Thin Lizzy sino una de las mejores canciones rock de la década de los 70. Pero, lo curioso del caso, es que los miembros de la banda fueron de los pocos en no ver el tremendo potencial de la canción. Los irlandeses acababan de sacar Jailbreak, su sexto disco, y tenían una especie de ultimátum de su sello, después de que los dos anteriores fallaran a la hora de vender discos. El disco apareció el 17 de abril y no parecía que fuera a correr mejor suerte que los otros, la banda se embarcó hacia EEUU con Phil Lynott con hepatitis y pocas entradas vendidas, pero de repente los recintos comenzaron a llenarse y alguien les dijo que tenían un éxito en la tierra prometida, la banda sorprendida preguntó por la canción que había tenido aquella suerte y no se pudieron creer cuando les dijeron que era The Boys Are Back In Town. Pero es que esta oda a los tipos duros, llena de chulería y ganas de vivir, era pura dinamita rock & roll y la canción que definiría para siempre a la banda.
  

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