Los ultimos tesoros por explorar

Por Sergio Ariza

Es increíble que 48 años después de su muerte sigan apareciendo discos de uno de los muertos más rentables de la historia del rock, Jimi Hendrix. Podríamos ponernos cínicos y hablar de cómo se ha rentabilizado hasta la última grabación hecha por el genial zurdo pero la cosa me parece simple, volver a escuchar nuevas grabaciones de Hendrix sigue siendo un placer, sobre todo si vienen con el excelente sonido que ha conseguido el gran Eddie Kramer.  

 

Este Both Sides Of The Sky cierra la trilogía de grabaciones inéditas en el estudio de Hendrix, tras Valleys Of Neptune, editado en 2010, y People, Hell and Angels, de 2013. Evidentemente no alcanza el nivel de la gloriosa trilogía con la Experience o de Band Of Gypsys pero cualquiera con un poco de interés en su obra encontrará aquí nuevas pruebas del enorme talento del guitarrista más importante de la historia. No es que todo sea nuevo, muchas de las canciones son conocidas para los seguidores del creador de Electric Ladyland, pero son distintas tomas que vuelven a probar que Hendrix siempre estaba investigando, aunque fuera sobre material ya conocido.
 

   

Así tenemos una excelente nueva versión de una de las canciones que más veces grabó (a pesar de no aparecer en ninguno de sus discos oficiales), el excelente blues Hear My Train A Comin', en la que podremos volver a disfrutar de uno de esos solos con los que desafiaba a las leyes de la física. También muy interesante es escuchar una primera versión de lo que se convertiría en Angel, aquí titulada Sweet Angel, totalmente instrumental y grabada en enero de 1968 en la que toca no solo su guitarra, una de sus Stratocaster, sino también el bajo y el vibráfono.
 

 

Y es que este Both Sides Of The Sky también tiene a Hendrix tocando otros instrumentos, más allá de la guitarra, como en la versión del Woodstock de Joni Mitchell, en la que toca el bajo mientras que Stephen Stills se encarga de la voz y el Hammond. Está grabada unos meses antes de que el ex Buffalo Springfield la convirtiera en una de las piezas centrales de Déjà Vu, su disco junto a Crosby, Nash & Young. No es la única aparición de Stills en el disco, también aparece su original $20 Fine, esta vez con Hendrix luciéndose en su instrumento favorito.
 



Otros nombres estelares que aparecen en el disco son Johnny Winter, cuyo trabajo con el slide se puede disfrutar en Things I Used to Do, una canción que ya había circulado en discos piratas durante bastante tiempo pero que aquí se puede escuchar con un sonido perfecto gracias a la mezcla de Kramer. También aparece Lonnie Youngblood, uno de los amigos de Hendrix de sus tiempos como desconocido músico de R&B, en Georgia Blues, una canción en la que Hendrix saca a relucir toda su clase como guitarrista de blues. El blues también es protagonista de la canción que abre el disco, una versión del Mannish Blues en la que Hendrix se lleva a Muddy Waters del Delta del Mississippi a los anillos de Saturno con un riff que recuerda al que utilizaría en Izabella.
 

 

El disco se cierra con Send My Love To Linda, una canción sin completar sin nada especial hasta que se desata con un solo incendiario, y Cherokee Mist, un instrumental psicodélico en el que, además de la guitarra, Hendrix toca un Coral Sitar. Es un homenaje a su sangre india en el que juega con el feedback de manera magistral y en el que también hace un guiño a su Purple Haze. Un broche perfecto para los últimos tesoros por explorar del (infinito) universo Hendrix.


(Imágenes: ©CordonPress)

Galería de foto