Las 10 mejores versiones de Jimi Hendrix

Por Sergio Ariza

Un 18 de septiembre de 1970 Jimi Hendrix era encontrado ahogado en su propio vómito en el Hotel Samarkand, en el 22 de Lansdowne Crescent, en Notting Hil. El hombre que había protagonizado el 'big bang' de la guitarra eléctrica y se había convertido en la estrella de rock definitiva había muerto. En poco más de tres años de carrera como solista había puesto patas arriba el mundo del rock y se había convertido en el ídolo de los más grandes, de Dylan a McCartney, pasando por Neil Young o Clapton. Su carrera fue como un brillante meteorito que surcó nuestro planeta a toda velocidad durante muy poco tiempo, pero cuyo impacto lo cambió todo. En esa breve carrera le dio tiempo a hacer de todo, entre otras cosas dejar unas pocas, pero brillantes, versiones de otros artistas. Unas versiones que nos dejan ver muchas de sus influencias pero, también, como transformó esas influencias en algo totalmente personal y propio.  

10. Bleeding Heart


Jimi Hendrix venía del blues, sus ídolos eran gente como Buddy Guy o Elmore James, pero a diferencia de los guitarristas blancos que llevaron esa música a la fama, Hendrix hizo algo nuevo, llevó al blues del Delta a la estratosfera. Como decía Pete Townshend, Hendrix había llegado a Inglaterra a reclamar su música, barriendo a todos los demás. Una de sus mayores influencias era el gran Elmore James y una canción que entró con frecuencia en su repertorio fue Bleeding Heart, un tema que ya interpretaba mientras trabajaba con Curtis Knight and the Squires a mediados de los 60. En 1969 grabó tres versiones diferentes de la canción en el estudio Record Plant de Nueva York que demostraban como se iba adueñando completamente de la canción, la más fiel a la original apareció en el disco Blues, la más brillante es la mucho más rápida y hendrixiana que aparecería en Valleys of Neptune, con un espectacular solo, mientras que una tercera, con una línea de bajo totalmente funky, vería la luz en People, Hell and Angels.

 

9. Killing floor


Jimi Hendrix llegó a Londres a las 9 de la mañana de un 24 de septiembre de 1966, en su equipaje poco más que una muda limpia y su Fender Stratocaster. En menos de una semana habría matado al Dios de la guitarra, ocupado su puesto para siempre y tomado la ciudad como un huracán desatado. El 30 de septiembre Chas Chandler, ex bajista de los Animals y el hombre que le había traído para convertirle en una estrella, le llevó al London Polytechnic en Regent Street para ver a Cream, el supergrupo que se había formado hace poco con Jack Bruce, Ginger Baker y el Dios de la guitarra Eric Clapton. Hendrix le pidió a Chandler que le dejara tocar con ellos y estos aceptaron. A mitad de la actuación le pidieron que subiera al escenario y Hendrix lo hizo, enchufando su Stratocaster en el amplificador de Bruce, les preguntó si se sabían Killing floor de Howlin' Wolf, una canción que Clapton consideraba muy difícil de tocar, y casi sin esperar respuesta se lanzó a tocar, en pocos segundos la vida de Eric Clapton, como confesaría más tarde, cambió para siempre. Lo que parecía imposible había sucedido, allí había alguien que no solo tocaba mejor que él sino que, encima, lo hacía de cualquier manera, tocando con los dientes, detrás de la espalda... Clapton abandonó el escenario y se retiró al camerino, Chandler fue rápidamente a ver lo que pasaba. Clapton estaba temblando, incapaz de encenderse un cigarrillo, cuando vio aparecer a Chandler le chilló: "¡Nunca me dijiste que era tan jodidamente bueno!". De la mítica versión no hay pruebas sonoras pero Killing Floor siguió en el repertorio en directo de Hendrix durante muchos años, puede que la versión que suene más parecida sea la del 18 de octubre de 1966 en el teatro Olympia de París, aunque también se puede escuchar en su mítica actuación en Monterrey, en el Winterland de San Francisco o en las sesiones de la BBC.
 

 

8. Like a rolling stone


Hendrix era un auténtico devoto de Dylan, siendo aún desconocido casi provoca una pelea en un garito de Harlem cuando hizo que pincharan el Blowin' in the wind con la consiguiente espantada en la sala de baile, también es conocido como eligió a Noel Redding como miembro de la Experience debido a que su corte de pelo le recordaba al premio Nobel de Literatura, así que no es raro que hiciera unas cuantas versiones de sus temas. Una de sus favoritas era Like a rolling stone, una canción de la que había hecho una adaptación con Curtis Knight en una grabación llamada How Would You Feel? en 1965, en la que ya se encuentra su nuevo arreglo para la guitarra, bajando el tempo de la canción, que sería la base de sus versiones en directo. La más conocida es la que hizo en el festival de Monterrey con su Stratocaster negra y en la que presentó a Redding como la abuela de Dylan, aunque la siguió tocando en 1968 como prueba su grabación en el Winterland.
 

 

7. Come On, Pt. 1


En los tres discos de estudio que se publicaron en vida de Hendrix apenas hay versiones, una de las pocas excepciones es este Come on, también conocido como Let the good times roll, de Earl King. Como no podía ser de otra forma es una adaptación radical, llevando un tema de R&B al planeta Hendrix, con una versión mucho más rápida y rock, y uno de sus solos más potentes en los que vuelve a llevar al blues al espacio exterior con su efectiva forma de usar el wah wah. Fue la última canción que grabaron para Electric Ladyland, haciendo una única toma en directo, lo que la convierte en la última canción grabada por la Experience, con lo que toca rendir homenaje al gran trabajo de la sección rítmica compuesta por Redding al bajo y el espectacular Mitch Mitchell a la batería.
 

 

6. Johnny B. Goode


Johnny B. Goode
es una de las canciones más importantes de la historia del rock, posiblemente, la más importante en la historia de la guitarra rock. No hay grupo o artista que no haya hecho una versión, ni ningún principiante que no haya tocado, o intentado tocar, el riff de Chuck Berry. Pero de entre todos esos miles de versiones no hay ninguna superior a la de Hendrix, lo cual es lógico si tenemos en cuenta que su letra le va como anillo al dedo. Y es que si hay alguien en el mundo que pueda decir que "podía tocar la guitarra como quien toca una campana" es él.
 

 

5. Star Spangled Banner


Posiblemente no exista un concierto más mítico en la historia del rock que el festival de Woodstock, y dentro de esos tres días de "paz, amor y música" no hay ningún momento más recordado que Jimi Hendrix tocando el himno nacional estadounidense con su Fender Stratocaster Olympic blanca de 1968. Mucho se ha escrito sobre esta increíble actuación en la que Hendrix protesta contra la guerra de Vietnam imitando con su guitarra las explosiones, alarmas, gritos y ametralladoras de la guerra. Incluso tiene un momento en el que toca la línea de trompeta que se tocaba en los funerales militares de los soldados que eran traídos a casa. Su maestría con la guitarra alcanza una nueva cima de expresividad logrando recrear el caos de la guerra y la destrucción. Cuando murió, Mitch Mitchell se quedaría con la guitarra, que tenía el número de serie #240981, hasta que la vendió en una subasta en 1990 por 198.000 libras, un récord para la época. Poco después se dice que Paul Allen la compró por dos millones de dólares y la cedió al Museo Experience Music Project de Seattle, la ciudad natal de Hendrix, donde se encuentra a día de hoy.
 

 

4. Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band


El domingo 4 de junio de 1967 Paul McCartney y George Harrison fueron al Teatro Saville de Londres a ver a la Jimi Hendrix Experience, los dos beatles, sobre todo McCartney, eran grandes fans del guitarrista pero ninguno estaba preparado para ver y escuchar lo que les tenía preparado. El jueves había salido al mercado su mítico disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band que se abría con la canción que le daba título, así que nadie esperaba que cuando las cortinas se abrieron apareciera Hendrix haciendo una versión del tema. McCartney lo sigue considerando uno de los mayores honores que jamás ha recibido en su carrera y suele recordar la ocasión siempre que puede. Incluido el increíble solo con Hendrix sacando todo el partido a la barra de vibrato, lo que lleva a que la guitarra acabe totalmente desafinada. Tras terminar la actuación con la audiencia todavía en shock Hendrix lanzó su último dardo: "¿Está por aquí Eric Clapton? ¿Podría subir a afinarme la guitarra?"... Por supuesto Clapton estaba, ya que no solía perderse ninguna de sus actuaciones.
 

 

3. Wild Thing


Hendrix ya era una superestrella en Inglaterra cuando John Phillips de The Mamas & The Papas, recomendado por Paul McCartney, le invitó a participar en el primer Festival multitudinario al aire libre que se iba a celebrar en Monterrey. El nuevo Dios de la guitarra vio la oportunidad de oro para convertirse en profeta en su tierra. Primero desafió al pobre Pete Townshend que también estaba ante su oportunidad de conquistar el mercado americano. Ambos querían salir primero y la suerte sonrió al guitarrista de los Who. Ante un público ojiplático los chicos de Townshend clavaron su show de rabia y destrucción al final de My Generation pero Hendrix se las apañó para robarles el show, o como dijo el autor de Quadrophenia reinterpretarlo. Tras ser presentado por 'su satánica majestad' Brian Jones, Hendrix destapó todo su magnetismo y carisma. Tocó por detrás de la espalda, hizo los consabidos solos con los dientes, reinterpretó con maestría a Dylan y B.B. King, para, por último, hacer salvajemente el amor a su Fender Stratocaster durante una incendiaria interpretación de Wild Thing y después prenderla en fuego en una apoteosis de electricidad y acople. Las caras del público del 'amor y la paz' lo dijeron todo. Antes de iniciar su rito, volvió a hacer un guiño al Strangers in the night de Sinatra en el comienzo del solo utilizando únicamente su mano derecha. Eso sí, para su famoso ritual Hendrix cambió su apreciada Stratocaster negra, con la que había tocado durante el resto del concierto, por otra pintada a mano que sirvió de perfecta víctima propiciatoria.



2. Hey Joe


Cuando Jimi Hendrix grabó Hey Joe apenas llevaba un mes en Londres y se recién formada banda, la Jimi Hendrix Experience, casi no había tenido tiempo ni para conocerse. Es más el bajista, Noel Redding, seguía utilizando el bajo semi acústico Gibson EB-5 de Chas Chandler ya que todavía no se había comprado uno propio (Redding era guitarrista). Aun así lo que lograron ese 23 de octubre de 1966 fue pura magia. La canción la había elegido Chandler sabiendo que tenía un éxito entre las manos si encontraba a la persona adecuada. Cuando descubrió a Hendrix en Nueva York en el Café Wha? el guitarrista ya la tenía en su repertorio, así que supo que había encontrado a su estrella. La canción había sido compuesta por el artista folk Billy Roberts a principios de los 60 pero había sido popularizada por varios grupos de folk rock y garaje de la Costa Oeste como los Leaves, los Byrds o Love. Estas versiones eran en tempo rápido pero Chandler quería grabarla de manera lenta como la hacía otro cantante folk, Tim Rose. Pero Hendrix demostró que cuando hacía una versión hacía de esa canción algo propio y su arreglo fue único e inspirado, al que Chandler añadió los brillantes coros de las Breakaways. Sin duda lo que más le costó fue grabar su voz, de la que se sentía bastante avergonzado, pero tras unas 30 tomas se quedó finalmente satisfecho. La canción se convirtió en el primer éxito de su brillante carrera y permanecería en su repertorio hasta el final, siendo la canción que clausuró el festival de Woodstock o contando con una brillante lectura en la Isla de Wight, menos de 20 días antes de su prematura muerte.
 

 

1. All along the watchtower


Háganme caso esta no es solo la mejor versión realizada por Hendrix, esta es la mejor versión de toda la historia del rock. Es más, esto no es una versión, es un robo en toda regla, puede que la canción esté escrita por Bob Dylan pero All along the watchtower le pertenece a Jimi Hendrix, con el propio autor comentando "cogió algunas canciones mías a las que nadie estaba prestando atención y las llevó a los límites de la estratosfera, convirtiéndolas en clásicos... Es extraño como cada vez que la canto, siempre pienso que es un tributo hacia él". La admiración, como ya había dicho, era mutua y Hendrix se decidió a grabar All along the watchtower según salió el disco que la contenía, John Wesley Harding. Hendrix estaba en pleno proceso de grabación de Electric Ladyland y decidió llevarse a unos cuantos amigos al estudio de grabación para grabarla, entre ellos Dave Mason, que toca una acústica de 12 cuerdas, de Traffic y Brian Jones de los Rolling Stones, que toca la percusión. El arreglo de la canción ya está en su cabeza y dicta a cada uno de los músicos lo que quiere, eso incluye a Noel Redding al que le dice exactamente lo que tiene que tocar en el bajo. Tras no quedar satisfecho y una fuerte discusión, Redding abandona la sesión. Hendrix toca una acústica de seis cuerdas, Mason la de 12 y Mitchell la batería, Brian Jones intenta con el piano pero no le sale nada y es rápidamente cambiado a la percusión, así graban la pista base. Pero Hendrix dará el do de pecho cuando vaya a grabar las voces y las guitarras eléctricas, aunque también terminaría grabando él mismo el bajo. Para el solo de la canción usó cuatro secciones distintas, una primera en la que toca de manera directa sin casi efectos, una segunda con slide (para la que supuestamente utilizó un mechero) y un fuerte uso del delay, una tercera con un efecto psicodélico de su pedal wah wah y una parte final que se podría considerar como un solo rítmico, con Hendrix utilizando distintas proyecciones de acordes. Es uno de los momentos cumbres de la historia de la guitarra eléctrica y suele aparecer nombrado como el solo más brillante de su carrera. Pero más allá del solo, la canción es perfecta de principio a fin, con Hendrix llegando a afirmar que "con las canciones de Dylan me suele pasar que son tan cercanas a mí que siento como si las hubiera escrito yo. Con Watchtower tuve esa sensación". Y no solo él, también Dylan la tuvo, reconociendo que desde el momento en el que la grabó se convirtió en su canción, haciendo que desde entonces el compositor más grande de la historia del rock haga en directo versiones de la VERSIÓN (así con mayúsculas) más increíble de la historia.