El disco '¡Guau!' de Kiss

Por Paul Rigg

Tras el éxito comercial de Alive! los fans de Kiss podrían haber esperado algo similar para el cuarto disco de estudio de la banda; pero lo que obtuvieron fue Destroyer (15 de marzo de 1976; Casablanca Records). 

El vocalista Paul Stanley, el guitarrista Ace Frehley, el bajista Gene Simmons y el baterista Peter Criss decidieron juntarse con el canadiense Bob Ezrin para producir algo diferente, y el hombre que había trabajado con Alice Cooper, Lou Reed y Aerosmith, no decepcionó. No sólo introdujo a la banda nuevos efectos de sonido, como "niños gritando, tambores invertidos y un coro de niños", sino que también añadió contribuciones de una orquesta completa. Las partes de guitarra, que excluían en gran medida los solos, fueron reforzadas por secciones de piano y crearon un muro de efectos de sonido como el de Phil Spector. Como si esto no fuera suficiente, el disciplinado Ezrin, exasperado por los pobres conocimientos técnicos del grupo, a menudo detenía todo el proceso para enseñar a la banda algo de teoría musical básica. Se ha dicho que se parecía a un "campamento de entrenamiento musical", pero incluso el normalmente rebelde Simmons reconoció más tarde que "era exactamente lo que necesitábamos en ese momento".
 

 

El disco resultante, con su famosa portada en plan superhéroes de cómic, recibió inicialmente críticas mixtas, pero creció en fama y estatura, y pronto la banda estaba llenando estadios y emprendiendo extensas giras. 

Nada personifica más el cambio de dirección de Kiss que el Beth de Peter Criss, basado en una "novia pegajosa" de uno de los miembros de la banda. El piano y las cuerdas de la Orquesta Filarmónica de Nueva York se emplearon para respaldar la voz áspera de Criss. A Simmons y Stanley en particular no les gustaba la canción porque no era la "típica de Kiss". "La regla era poner la canción más débil, la que no tenía posibilidad de convertirse en nada, en la cara B. Así que lanzamos Detroit Rock City como el lado A", dijo Ezrin, y pensó "¡Diablos, pongamos a Beth en la cara B!" Sin embargo, la canción con menos posibilidades de convertirse en un éxito masivo para Kiss, se convirtió en uno, y catapultó a la banda al superestrellato. 
 

 

El tema que abría el disco, Detroit Rock City, también fue innovador, ya que comenzó con una introducción en la que un locutor cuenta la historia de un fan que va a un concierto de Kiss y se estrella, antes de que la banda aparezca. En una versión en vivo de la canción en el Mandalay Bay Events Centre de Las Vegas, se puede ver a Frehley tocando su Gibson Les Paul Deluxe de 1973.
 

"Cuando escribí Detroit Rock City, fue una oda a Detroit como una gran ciudad del rock", dijo Stanley. "Pero entonces oí hablar de alguien que fue atropellado por un coche y murió justo delante de un estadio donde tocábamos en el sur. Realmente me impactó. Así que convertí la canción en una historia de... la disparidad de querer celebrar la vida y que eso termine con tu muerte".
 

Otro tema pesado, convertido en uno de los himnos del álbum es Shout it Out Loud, en la que Frehley toca su Gibson Custom Shop Les Paul Signature en un concierto en vivo de 1996, y que le dio a la banda su primer número uno. God Of Thunder proporcionó otro sencillo a la banda, que se conoció como 'la canción de Simmons', porque se ajustaba mejor a su persona, aunque fue escrita por Stanley. El genio Ezrin añadió "tambores al revés" y "voces demoníacas", proporcionadas por sus hijos mientras jugaban con sus walkie-talkies.
 

 

La roquera Flaming Youth representa un nuevo cambio de dirección y se convirtió en otro de los sencillos. Como Frehley estaba demasiado ocupado jugando a las cartas el día de la grabación, Ezrin pidió al guitarrista de Alice Cooper, Dick Wagner, que interviniera y tocara la guitarra en esta pista. La balada Great Expectations, basada en Beethoven, añadió otro giro bizarro, al igual que el cierra "real" del disco, Do You Love Me, que más tarde fue versionada por Nirvana
 

Destroyer
no puede ser descrito como el disco definitivo de Kiss porque exploró nuevos efectos y experimentación que llevaron a la banda lejos de 'su sonido', pero como dijo el baterista Peter Criss "fue nuestro disco '¡Guau!'"; y a partir de ese momento, la banda nunca miró atrás.
 

 

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